Ti amo, Cuore mio ★Mambar★

★Capitulo Tres★

Narra: Ámbar

A la mañana siguiente me despierto y cierro los ojos fuerte al notar la luz que entra por la ventana.
Creo que me va a explotar la cabeza, miro a mi alrededor y veo que las paredes no son de color rosa como en mi habitación, sino azules... Como en la de Matteo.
Miro a mi lado y ahí está, durmiendo como un bebé.
Me levanto rápido notando un mareo pero aún así lo hago. No sé qué hago aquí, ¿qué pasó ayer? Busco mis tacones y me los pongo.

- Ámbar, ¿qué pasa?- dice Matteo con la voz ronca de estar recién despierto, me recuerda a cuando estábamos juntos.

- ¿Qué hago acá? ¿Que pasó ayer?- digo preocupada.

- Estabas borracha, no querías ir a tu casa así que te traje aquí.

- ¿Que pasó... Entre nosotros?

- ¿Qué...? Nada, simplemente me pediste que durmiera con vos... Una última vez.- dice y su voz lleva melancolía.

Suspiro en forma de alivio.

- Vale... De todas maneras, debería de irme.

- ¿No querés comer nada? Podés desayunar aquí si querés.

- No, mejor me voy.- digo cogiendo mis cosas y yéndome.

Me cuesta mirarle, le echo tanto de menos, aunque solo hayan pasado apenas cuatro días. Pero me da miedo dejarme ver vulnerable de nuevo.

Ahora viene una parte peor, ir a casa y ver a mi madrina. Camino por las calles de Buenos Aires hasta llegar a la mansión. Entro intentando no hacer demasiado ruido, quizás pueda evitar verla. Subo las escaleras en silencio.

- ¡Ámbar!- oigo a mi madrina decir y me giro para mirarla con una sonrisa falsa- ¿no pensás saludarme?

- Sí, claro madrina, pero pensé que estarías dormida.

- ¿Dónde estuviste?- pregunta seria.

- Acabamos de llegar, nos dejaron en el Jam & Roller y vine hasta aquí.- digo entrando al salón para sentarme en el sofá que hay al lado de su sillón.

- Las maletas llegaron anoche.-dice sospechando.

- Claro, las mandaron antes, no podían traerlas con nosotros.

- ¿Y qué? ¿Ganaste?- pregunta e inmediatamente me pongo nerviosa.

- El Jam & Roller ganó. Yo no pude competir.

- ¿Y eso a qué se debe? Pensé que tenías un plan para ello.

- Luna compitió, yo no pude.

- Siempre te digo, usá tu cabeza, Ámbar. No compartiste, no ganaste y asumo que tampoco volviste con Matteo. Ahora vete a tu habitación, me estás dando jaqueca.

- Sí, madrina.- subo de nuevo las escaleras, está vez entrando en mi habitación.

Me tiro en la cama y comienzo a llorar en silencio.
Ella tiene razón. Fracasé en todo.
Mi plan para competir no funcionó.
Por lo tanto no gané la competición.
Y encima, Matteo besó a Luna, delante de muchísimas personas.
Todo me salió mal. Además, decepcioné a mi madrina una vez más. Miro a mi alrededor, las paredes rosas de mi habitación se sienten vacías. En el fondo de mi pensamiento, sé que ayer, en el interior de aquellas paredes azules, me sentía más arropada.

Al día siguiente, después de ir a clase y comer en la mansion, me dirijo al Jam & Roller.

- Chicos, acercaros por favor- dice Tamara y todos le hacemos caso- como sabéis, el Open tendrá lugar en tres días. Y, como siempre se apuntan los mismos grupos, hemos decidido que los equipos se harán al azar.

Un murmullo de quejas se empieza a oír.

- Tranquilas, me encargaré de que actuemos juntas.- les digo a Jazmín y Delfi.

- Pero, ¿cómo? Tamara dijo que serían a suertes- dice Jazmín.

- Jazmín, sabés que yo siempre tengo un plan.-le digo con suficiencia.

Esa misma tarde es el sorteo, hay bolitas de colores y cada uno agarra una al azar, si tenemos el mismo color estamos juntas. Antes del sorteo le pido a Pedro un té y robo tres bolitas azules. Cuando me trae el té, meto las bolitas en él para que estén calientes y así sabremos cuál agarrar.

A la hora del sorteo jazmín, Delfi y yo agarramos la bolita azul. Los demás también agarran una, al ver el último grupo algo se remueve en mi interior. Simón, Luna y... Matteo. ¿No podría tener peor suerte? Pensé en mi equipo, pero no en el suyo. Y ahora tendré que aguantar ver a Luna y Matteo juntos.

Nosotras decidimos cantar "Chicas así", practicamos un rato armando la coreografía.

Estos días los pasamos yendo al Blake y practicando en el Roller. Lo mismo de siempre.

Narra:Matteo

Cuando anuncian que el Open será al azar y me toca con Luna y Simón me fijo en la expresión de Ámbar. Pone una expresión de disgusto y celos.
Yo por mi parte, no estoy mucho más contento. No aguanto a Simón y el a mí tampoco, y estar con Luna solo complicará las cosas con Ámbar.
Después de anunciar los grupos, Luna y Simón ponen una excusa de que ahora no pueden practicar, así que voy a hablar con Gastón a una mesa mientras tomamos algo.

- ¿Qué pasó ayer? Desapareciste- dice él casual.

- Tuve que llevar a Ámbar a mi casa. Estaba bastante mal.

- ¿Pasó algo entre vosotros?

- ¡Claro que no! Estaba borracha, no haría algo así. Solo hablamos.

- ¿De qué?

- Me dijo que me quería, pero que no quería quererme.- digo evitando el contacto visual con Gastón, decir esto me duele.

- ¿Y que pensás hacer? ¿Aún la quieres?

- La amo. Ojalá volviera conmigo...

- Entonces tienes que hacer algo, sabés que Ámbar no es una chica fácil.

- Tienes razón... ¿Pero qué hago?

- El Open es tu oportunidad. Planea algo, algo grande pero no exagerado.

- Gracias, hermano, ya sé lo que voy a hacer.

Después de la conversación con Gastón me voy a casa. Tengo que pensar en mi plan.
Al día siguiente me acerco a Luna y Simón para decirles que no participaré con ellos.

- ¿¡Qué!? ¿Por qué?- dice Luna después de contárselo.

- No quiero hacerlo, aparte, creo que están mejor los dos solos.

Se miran el uno al otro nerviosos.

- ¿Qué? ¿Nosotros? Claro, claro... Somos mejores amigos.- dice Luna nerviosa.

- Bueno, lo que sea, os deseo suerte, la necesitan.

Les dejo ahí y me voy camino a la floristería, necesito algo grande si quiero que ámbar me perdone. Llego y compro diez ramos de rosas de color rosado. Sé que son sus favoritas.

Los días siguientes práctico en mi casa y en el roller, quiero que todo salga perfecto, tan perfecto como ella.

Holaaaa 🫶🏼, este capítulo no es demasiado bueno la verdad, pero lo necesitaba de conector.
Aún así, gracias por leer🩷
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🫶🏼🫶🏼