~• Adam's Legacy •~

El Infierno

El cielo rojo del Infierno se encontraba brillando con intensidad, los pecadores que se refugiaron en el último exterminio peleaban entre ellos por los recursos, los caníbales recolectaban algunos restos de los que murieron en la matanza realizada por los exorcistas. Todo era un caos, para cierta serafín caída el lugar era aterrador y grotesco, similar al Cielo en estructura pero con varios fallos.

-E-Esto es horrible -dijo Sera mientras se ponía de pie y empezaba a caminar por las calles infernales-

-Vaya vaya, ¿No quieres estar en una película?~ -mencionó un hellhound que trabajaba en el estudio de Valentino mientras veía de pies a cabeza a la contraria-

-N-No!! -gritó ella haciendo aparecer algunos ojos alrededor de su cabeza-

-Mierda, pero que carácter, aún así yo te cogería~ Puedo hablar con Val para que tú seas mi compañera en las películas -mencionó el hellhound mientras movía su cola y sonreía de manera lujuriosa-

-Te he dicho que no!! -gritó por segunda vez la serafín caída mientras tomaba una forma muy similar a su antigua forma angelical, asustando así al pecador haciendo que se fuera-

Sera seguía caminando por las calles del infierno viendo con miedo y algo de asco a las almas condenadas, en realidad si actuaban de manera salvaje, algunos se drogaban y otros fornicaban en público, cosa que la incomodó. No sabía cómo todas esas almas actuaban de esa manera, tampoco sabía en qué se había equivocado para ser desterrada del Cielo, todo lo hizo por los ganadores, para mantenerlo a salvo, para mantener a salvo a Emily..

-Esto no es justo...si hay un ángel que no merece el Cielo es Tara...Ella es la que se merece estar aquí...no yo... -dijo Sera para si misma mientras sentía una sensación nueva para ella, no era odio puro, si no más bien, resentimiento, tanto hacia la hija de Adán, como hacia lo que alguna vez protegió con tanto esmero-

La serafín caída se había quedado en su antigua forma celestial, solo para mantener alejado a los pecadores que querían sobrepasarse con ella. Estaba consiente que cuando un ángel cae su físico cambiaba, algunos tomaban una forma grotesca y macabra y otros parecían más humanos.

Su andar sin rumbo fijo terminó cuando vió el Hotel Hazbin, sabía que Charlie era la fundadora de dicho lugar, pero también estaba consciente de todo el daño que causó al infierno por los exterminios que ella permitió. Se dirigió al hotel sin mucha esperanza a qué fuera bien recibida..

-Oh..Sera....espera Sera?! Que haces aquí? -dijo Charlie dejando pasar a la contraria mientras estaba sorprendida de verdad en el infierno-

-Es una..larga historia, soy ahora como todos los ángeles que se le revelaron al Creador...son innombrables en el Reino Divino... -dijo con cierta tristeza la serafín caída mientras mantenía su forma "angelical"-

-Oh, no sabes cuánto lo siento Sera, pero puedes quedarte aquí si gustas -respondió Charlie con una pequeña sonrisa en su rostro, haciendo que la contraria sonriera un poco-

-Gracias joven Morningstar

-No hay de que Sera

Lucifer, eventualmente se dio cuenta de la caída de Sera, y no estaba feliz de verla, más bien se encontraba triste y sentía lástima por ella, sabía lo difícil que es caer al infierno siendo un ángel, el lo vivió al igual que el resto que lo siguió. Pero Sera, no se merecía dicho destierro, hizo todo lo que debía hacer, su único error fue tratar de proteger el Cielo.

-Sera, yo...no esperaba verte aquí..se que no nos llevamos del todo bien, pero podemos iniciar de nuevo -dijo Lucifer con la intención de llevarse bien con su antigua compañera y amiga-

-Tal vez, sea bueno -respondió Sera haciendo sonreir al contrario- 

La caída de Sera significa dos cosas, la posibilidad de que una a la Ars Goetia, o que se vuelva una duquesa del infierno. Ambas opciones no son del todo aceptadas por Sera, pero una de las dos deberá pasar...