El final de una historia puede ser el punto de ignición de otra. Una nueva oportunidad de tener algo que ellos siempre quisieron,de vivir la vida que se les fue arrebatada y de paso conocer a personas que serán parte importante de sus vidas mientras...
"Yo no se en donde nací pues mis progenitores me abandonaron en un orfanato en Cataluña, España en un enero lluvioso de 1967. Por que lo hicieron?, no lose y tampoco me importa pues me abandonaron y ya nunca supe de ellos."
Llovía de manera torrencial y enfrente de un gran predio que decía orfanato rayo de sol estaba una canasta de frente a una gran puerta.
Derrepente la gran puerta fue abierta de donde salió una monja muy hermosa con una piel blanca como la nieve y un cabello oscuro,pero lo que más resaltaba unos ojos muy hermosos.
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Pobre bebe[Dijo con un pesar la monja con delicadeza tocando la manta que tenia la canasta,ella encontró un pequeño papel]
Shura[Susurro la monja que con una dulce sonrisa tomó el pequeño bebe de cabellos verdes que estaba dormido a pesar de la tormenta no se había despertado por nada]
"Mi vida en aquel orfanato no fue ningún sueño,por el contrario fue un verdadero infierno. Los niños mayores me golpeaban,me insultaban y me perseguían sin saber el motivo,quizás era por mi nombre japonés,quizás descontaban su dolor en mi,quien sabe.
Lo peor es que las monjas no hacían nada al respecto,ni siquiera la madre superiora,es más en una ocasión me había defendido de una de las tantas palizas, sin embargo en vez de ayudarme las monjas fueron en contra mio, incluso me obligaron a pedir disculpas solo por haberme defendido.
Con tantos golpes,tantas palizas y dolores empezaba a perder el miedo,la tristeza,el dolor Básicamente ya no sentía nada. Hubiese terminado como un simple fantasma si no fuera por ella. María,la única persona de aquel maldito orfanato que se importaba conmigo,la primera persona que yo ame."
Un pequeño Shura de unos 4 años estaba mirando el suelo con una cara con moretones,tenía la mirada gacha con una expresión vacía en sus pupilas.
Este era tratado por aquella monja de nombre maría que pasaba un pañuelo con alcohol en su rostro.
Disculpa pequeño por no haberte ayudado,es muy injusto lo que hacen contigo[Dijo con mucha tristeza María mientras limpiaba las heridas del pequeño Shura]
No te preocupes Maria,ya ni me importa más,las demás monjas me ven de la misma forma que ellos,nose porque gane ese odio pero estoy acostumbrado[Dijo el pequeño Shura con aquella mirada melancolíca]
No digas eso,nadie tiene el derecho de hacerte el mal mi hijo,nadie solo dios tiene el derecho de juzgarnos,no agaches la mirada ante nada ni nadie[Exclamó con fuerza en sus palabras a lo que Shura abrió los ojos sorprendidos]
Mi hijo eres un grandioso niño y eres lo mejor que me paso en esta vida,siento que dios te puso en mi camino por eso estoy agradecida[Dijo con una dulce voz Maria colocando su mano en la mejilla del pequeño Shura que sin poder aguantar empezó a derramar lágrimas para luego abrazar a la monja]
