Capital 1 Prueba de Embarazo

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**Ratchet**

No podía parar de temblar mientras esperaba los resultados de ese maldito pedazo de plástico. Todo mi cuerpo estaba completamente tenso. Desde hace dos semanas, he tenido síntomas extraños: cambios de humor repentinos, fatiga, un apetito insaciable y feromonas fuertes junto a mí pérdida de celo.Todo eso era una clara señal de que algo estaba pasando en mi cuerpo, y tenía mucho miedo. Sabía que era muy posible que estuviera embarazado por el maldito suceso que viví. Todo ocurrió cuando estaba fuera de casa; un grupo de pandilleros me asaltó, me atacaron y terminé en el hospital durante una semana entera. Mis heridas apenas se estaban curando, y todas las personas en el hospital me miraban con desprecio, no solo por las cicatrices que me dejó ese ataque, sino también por la agresión sexual. Todos me veían con asco, incluso mis propios padres me ignoraban por la vergüenza que sentían.

Rezaba en mi interior para que la maldita prueba saliera negativa, porque si resultaba positiva, mi vida se iría aún más al carajo. Cuando fui a revisar la prueba, sentí que mi mundo se derrumbaba por completo al ver esa raya positiva.

X: ¿Ratchet?, ¿qué ocurre? Hace cinco minutos que estás en el baño. -La voz de su madre lo sacó de sus pensamientos.-

Alterado, trató de esconder la caja y la prueba para tirarlas a la basura, pero antes de que pudiera moverse, la puerta del baño se abrió, dejando entrar a su madre. Una mujer de cabello naranja blanquecino y ojos verde-azulados. Ella observó con atención todo el baño y vio aquel maldito pedazo de plástico.-

X: ¿Qué es eso? -preguntó con seriedad mientras se acercaba a la prueba. Antes de que él pudiera responder, ella miró la prueba, quedándo sorprendida.- ¿¡Qué es esto, Ratchet!? -gritó la mujer con enojo.-

Ratchet: Mamá, te lo puedo explicar - Respondió con miedo, pero, ¿cómo era posible que su madre no pensará que podía pasar esto? Lo violaron, ¿qué esperaba? ¿Que no pasará nada?-

X: ¿Qué ocurre? -La voz de su padre lo paralizó por completo. Giró rápido para mirarlo. Estaba en la puerta, con su cabello rubio rojizo desordenado y sus ojos azules claros.-

X: ¡Esto es lo que ocurre! -Gritó la mujer, mostrándole la prueba de embarazo, lo cual dejó atónito al hombre-. ¡No puedo creer que esto esté pasando! ¿¡Qué van a pensar todos!?

Ratchet: Mamá, las probabilidades de que surgiera un embarazo eran muy altas...

X: ¿¡Por qué tuviste que salir ese día!?

Aquello me dejó completamente sorprendido, provocándome una gran ira.

Ratchet: ¿¡Crees que a mí me gustó que me atacaran!? ¿¡Que me ultrajaran de esa manera!? ¿¡Que casi muriera por lo que pasó!?

X: ¡Claro que no! Pero no voy a permitir que tengas un mocoso. ¡Ya tenemos suficientes problemas con las miradas juzgadoras de nuestros vecinos, y un niño lo empeoraría aún más!

Quería seguir con la discusión, pero la voz de mi padre me detuvo.

X: Vete de la casa.

Ratchet: ¿Qué? -No podía creer lo que me estaba pidiendo-.

X: Agarra tus cosas y lárgate. No queremos tenerte aquí, y mucho menos a un bastardo. ¡Así que fuera!

Quería negarme, pero conozco bien a mis padres; no les importa lo que me pase. Suspiré con enojo y salí del baño para dirigirme a mi cuarto. Comencé a empacar mis cosas en mi mochila: no son muchas, solo ropa, algunas mantas, mis libros de ciencias y medicina, junto con los pocos ahorros que conseguí haciendo trabajos de limpieza para los vecinos o ayudando a sus hijos con temas de la escuela. Cuando terminé de empacar, me fui de mi casa.

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**Ratchet**

Caminé durante tres horas sin un rumbo fijo; no tenía a dónde ir. Esto era una maldita pesadilla: solo, sin hogar, sin poder terminar mi último año de secundaria para así empezar a estudiar en la universidad de mis sueños, y con un bebé que llegará en un par de meses. Si no logro conseguir un lugar donde quedarme temporalmente o un trabajo, voy a terminar en la calle como un vagabundo, y eso no es bueno ni para mí ni para el bebé.

¿Cómo voy a criar a un bebé? Ni siquiera quería tenerlo en estas circunstancias. Era imposible. Tenía tres opciones: la primera era el aborto, que es ilegal y nada higiénico; la segunda era darlo en adopción, pero eso me asusta demasiado. Los orfanatos son peligrosos y violentos, y jamás me perdonaría si este bebé sufriese maltrato. La tercera opción, que es la que menos me gusta, es quedármelo. Pero es irrealista, no tengo nada con qué mantener a un niño.

Suspiré cansado. Tenía que pensar con más calma y quizás considerar empezar terapia cuando encontrara un lugar donde quedarme y un trabajo estable.

A lo lejos, vi un pequeño cartel en un edificio que decía: "Departamento en alquiler".

Aquello era la oportunidad perfecta. Busqué en mi mochila un poco de dinero y me apresuré al edificio para hablar con el dueño.

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**Ratchet**

Después de varias horas de negociaciones y acuerdos, logré conseguir el departamento. Al entrar, vi que todo era un completo desastre: sucio, desordenado y sin muebles. ¿Qué se suponía que haría? ¿Dormir en el suelo? Esto no podía ser real. Pero cuando cerré la puerta, aseguré todas las cerraduras. Bueno, al menos tenía seguridad.

Saqué las mantas que tenía en mi mochila y las extendí en el suelo para acostarme.

Ratchet: Bueno, al menos tenemos un lugar seguro donde dormir... Sabes, no sé cómo voy a hacerlo o cómo podré seguir adelante... Solo quiero que sepas que nada de esto es tu culpa... Nada de lo que me está pasando es culpa tuya. Solo necesito tiempo para pensar en qué hacer contigo... Lo siento mucho.

Al terminar de decir eso, puse mi mochila como almohada, me tapé con las mantas y cerré los ojos.

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**Ratchet**

Las semanas fueron muy complicadas. Consigue dos trabajos de medio tiempo uno cómo camarero, llevando los pedidos y órdenes a los clientes, y el otro cómo trabajador en una biblioteca pública, ordenando los libros, no fue fácil. Aunque la paga no era suficiente, podía ahorrar un poco para mi universidad. Sin embargo, me tardaría dos o tres años en reunir todo el dinero necesario, a menos que consiguiera un aumento de sueldo, otro trabajo que mejorara mi situación o simplemente obtener una beca estudiantil.

La escuela fue un desastre. Aunque mis notas eran las mejores de toda la secundaria, el acoso no dejaba de llegar por parte de los alumnos y profesores. Me llamaban con nombres obscenos como "perra" o "zorra", o simplemente me hacían insinuaciones sexuales. Siempre me negaba y los maldecía, pero luego tenía que escuchar esas horribles palabras nuevamente. "No te hagas; bien que te gustó. Seguro gemiste como perra en celo, desesperada por atención."

Eso me hacía hervir la sangre, pero no podía hacer nada. Tenía que aguantar todo por mi futuro, porque si llegaba a enfrentarlos, tenía la gran posibilidad de ser expulsado. Solo rezaba a cualquier deidad para que esto se acabara pronto.

Mi pequeño Bebé Donde viven las historias. Descúbrelo ahora