Tus oídos captaron el sonido del timbre resonando por toda la escuela, lo que significaba que el día escolar finalmente había terminado. Era un gran alivio, para ser honesto, además de que mañana sería fin de semana, así que no tenías nada que hacer, simplemente quedarte en casa, solo tú. Algo que llevabas haciendo desde hace bastante tiempo, ya que nadie te esperaba en casa...
"Bueno, queridos alumnos, el día ha terminado. Pueden ir a guardar sus cosas" -decía el profesor. Se notaba en su voz el cansancio por haberlos aguantado a todos ustedes ese día- "Espero que logren disfrutar este fin de semana"
Mientras guardabas tus cosas en la mochila, observabas cómo tus compañeros salían del salón, charlando alegremente sobre sus planes para el fin de semana. Tú, en cambio, te quedaste un momento más, mirando el aula vacía. Había algo en el silencio que siempre te hacía sentir más cómodo que en medio del bullicio.
Finalmente, te levantaste y saliste de la escuela. El cielo estaba cubierto de nubes grises, presagiando una lluvia inminente. El viento fresco te despeinaba mientras caminabas hacia tu casa, que no estaba muy lejos. Aunque el trayecto era corto, lo sentías más largo por la soledad que te acompañaba.
"Bueno, entonces dime, T/N, ¿qué piensas hacer este fin de semana?" -murmuraste para ti mismo mientras seguías caminando en tu propia soledad, pateando una pequeña piedra- "¿Dormir todo el día en la cama? ¿Salir a alguna parte? ¿Intentar sobrevivir otro día en este mundo lleno de demonios o incluso de peores cosas?"
El sonido de tus pasos resonaba en las calles desiertas mientras te sumergías en tus pensamientos. Sabías que el mundo en el que vivías estaba lejos de ser normal. Los demonios, esas criaturas que acechaban en cada rincón, habían cambiado la vida de todos. Pero para ti, ese cambio había sido aún más profundo, más personal.
Mientras caminabas, el viento comenzó a soplar con más fuerza, arrastrando consigo las primeras gotas de lluvia. Te subiste la capucha de la chaqueta, pero no aceleraste el paso. La lluvia era lo único que acompañaba tu soledad, y por extraño que pareciera, te resultaba reconfortante.
En esos momentos, la lluvia comenzó a caer con mucha más fuerza. Podías sentir cómo cada gota de agua chocaba contra tu cuerpo, empapando tu ropa. Sabías que tenías que encontrar algún lugar para refugiarte antes de que el frío calara hasta tus huesos.
Miraste a tu alrededor, buscando desesperadamente un refugio, cuando tus ojos se fijaron en una puerta que parecía estar entreabierta. Las luces del interior parecían cálidas y acogedoras, un contraste con la tormenta que rugía afuera. Sin pensarlo dos veces, te dirigiste hacia allí, cruzando la calle rápidamente, mientras el agua corría por el asfalto.
Entraste con cuidado, intentando no hacer mucho ruido. Comenzaste a caminar despacio para ver si había algo o alguien en el interior. De repente, escuchaste un estruendoso ruido, como si algo grande se hubiera caído, resonando por todo el lugar. Luego, unas voces comenzaron a discutir.
Te acercaste con cautela para averiguar qué estaba pasando. Te ocultaste detrás de unas cajas y asomaste la cabeza para observar.
Al asomarte detrás de las cajas, viste un pequeño grupo de personas en el interior de lo que parecía ser un viejo almacén. La habitación estaba mal iluminada, pero las luces de una lámpara de escritorio parpadeaban sobre una mesa en el centro. Los rostros de las personas eran difíciles de distinguir debido a la penumbra.
Pudiste ver que se les había caído una pequeña caja, que se había abierto tras la caída, esparciendo parte de su contenido por el suelo. No podías distinguir claramente qué era, pero parecían ser balas unidas entre sí. Parecían bastante pesadas, ya que pasaron un buen rato recogiendo las balas que se habían caído.
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el corazon del gun devil (siendo reescrita)
Fanfictionque hubiera pasado si el demonio pistola te entregara su corazon? (Actualmente siendo completamente reescrita desde cero)