"Dónde los años 70's nunca terminan"
En una ciudad marcada por el crimen, la corrupción, el sonido del rock and roll y la música disco, tres personajes de mundos opuestos; un mercenario, una cantante y un guardaespaldas, se ven obligados a colaborar...
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1970:Club 'The Velvet', Broadway, San Diego. —☆
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"Now and then I think of all the times you screwed me over But had me believingit was always something that I'd done..."
La noche era joven en la avenida Broadway, el sonido de la música creaba una sinfonía caótica que se mezclaba con el murmullo de las conversaciones y risas en 'The Velvet'. Desde su pequeño escenario, Tonya "La Cantante" absorbía la energía del mundo público, su voz surgiendo como un destello entre la multitud, desafiando la oscuridad que acechaba en los rincones de aquel lugar.
Mientras tanto, en una mesa apartada, Logan Howlett tomó un sorbo de su bebida, sus ojos escaneando la sala como un lobo en busca de presas. Era un guardaespaldas, un hombre de pocos amigos y muchas cicatrices; cada una de ellas contaba historias que no estaba dispuesto a compartir. En su mundo, la lealtad y la vulnerabilidad eran un lujo que no podía permitirse. Observaba a Tonya, preguntándose si sería la excepción a su rígido código de vida. Su voz lo envolvía, y su carisma era un remanso en medio de un tormentoso océano de problemas.
En la penumbra del club, Wade Wilson finalizaba un apretón de manos con su contacto peligroso. La sombra del hombre de negocios se alargaba, reflejando la naturaleza turbia de su trato. Sabía que comprometerse con él podría atraer más problemas de los que estaba dispuesto a afrontar. Pero la recompensa era tentadora, una oportunidad de salir del ciclo de violencia que había arrastrado su vida. Al girarse en dirección a la barra, algo en la atmósfera cambió; una vibración, un zumbido en el aire que le hizo fruncir el ceño.
Tonya cantaba con pasión, pero sus sentidos estaban alerta. En el fondo de su mente, había algo inquietante, algo que no se podía ignorar.
En un instante, una explosión de gritos sacudió el ambiente. Las luces comenzaron a parpadear, interrumpiendo la suave calma de la melodía, y la música dio paso al caos.
Un grupo de hombres enmascarados irrumpió en el club, armados y decididos, sus intenciones claras mientras avanzaban entre las mesas.
El corazón de Tonya latió con mayor fuerza. Estaba atrapada en la vorágine de su propio show, sin saber que el hilo de su vida cambiaría esa noche. Entre el pánico y el desespero, su mirada se encontró con la de Logan, quien ya había saltado de su asiento. Con una sutileza de la que no era consciente, él se convirtió en su protector sin conocer la profundidad del abismo en el que ambos se adentrarían.
Un disparo resonó, seguido de un grito desgarrador que apagó la música y sembró el terror. Logan se movió como una sombra, empujando a Tonya a un lado mientras se abalanzaba hacia los asaltantes, su entrenamiento y su deseo de mantenerla a salvo fusionándose en un esfuerzo frenético por lidiar con la situación.
