"Dónde los años 70's nunca terminan"
En una ciudad marcada por el crimen, la corrupción, el sonido del rock and roll y la música disco, tres personajes de mundos opuestos; un mercenario, una cantante y un guardaespaldas, se ven obligados a colaborar...
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—¡Bienvenidos a su humilde morada!, las habitaciones están al fondo a la derecha, pueden ponerse cómodos, están en su casa, bueno, departamento. –sonríe.
—Gracias, Wade, es muy amable lo que haces por nosotros, aunque Logan no lo reconozca.
—Sé como es, no es malo, solo quiere ser el mismo, sé que me lo agradece tanto como tú, Tony.
—Bueno, la diferencia es que Tonya no ha tenido que lidiar contigo durante casi veinte años. –replicó.
—Hasta los noventa, Logan.
—¿Ustedes vivían juntos? –pregunta ella.
—Sí, por desgracia. –le responde Logan con fastidio.
—¿Son...? –Tonya señalaba a ambos tratando de descifrar la relación.
—¿Roomies?, ¡Sí! –exclama Wilson.
—No, quise decir, ¿son pareja?
—Por favor, claro que no, no andaría con este ni aunque me dieran un millón de dólares. –dice Logan.
—¿Qué hay de dos millones? –pregunta Wade dejando su máscara sobre la mesa.
—Me largo a dormir, he tenido un día sumamente extraño con ustedes y supongo que así serán de ahora en adelante, además, mañana viajaremos temprano, supongo.
—Ah sí, tenemos un largo camino por recorrer, será mejor que durmamos lo mayormente que podamos. –ella le responde a Logan.
—Bien, buenas noches.
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La cochera estaba llena del suave murmullo de las maletas que se cerraban y el roce de las ruedas contra el pavimento. Tonya observaba a Wade con una mezcla de diversión y asombro mientras él organizaba meticulosamente el equipaje. Con las manos en las caderas, ella le preguntó con una sonrisa:
—¿No crees que son demasiadas maletas?
—Es todo lo necesario, Tonya.–Wade respondió en tono seguro, sin apartar la vista de su tarea. –¿Estamos listos para comenzar el viaje?
Tonya frunció el ceño un momento, pensativa.
—Solo falta Logan. ¿Dónde está?
Wade encogió los hombros, una leve sonrisa asomando en su rostro.
—¿Crees que se haya arrepentido?
Tonya rodó los ojos, medio divertida, medio exasperada.
—Voy a buscarlo.
Con un ligero suspiro, se dio la vuelta y se encaminó hacia la casa, sintiendo el aire cálido de la tarde en su piel. Cruzó el umbral y se adentró en el pasillo, con la esperanza de encontrar a Logan en su estado habitual de enojo - fastidio.
