Capítulo 2

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La gente obvia era una cosa y después estaban Taehyung y Jimin, quienes se encontraban escondidos detrás de la barra luego de que dejaran un pan francés, un rol de canela, un café y un frappuchino sobre la mesa en la que se encontraba el salvador de Jimin.

—Si lo querías matar de un coma por exceso de azúcar, probablemente lo conseguirías con todo lo que me pediste que le acercara.— susurró el chico de cabello castaño mientras miraba al pelinegro qué se encontraba en la mesa a dos metros de ellos.

Jimin simplemente le jaló del brazo y, con una mirada fulminante, le ordenó que cerrara la boca.

—Me salvó la vida.— comentó por lo bajo.

—Y ahora tú le arrebataras la suya.— Jimin se giró ligeramente hacía Taehyung y le dio un zape tronado, mientras se reía y después se reincorporaba sobre sus pies para mirar a Jungkook sobre la barra. —Ve a hablar con él, Jimin, está siendo demasiado obvio que lo trajiste solamente para mirarlo más tiempo.

“¿Estoy siendo obvio?” se preguntó Jimin al darse cuenta de que no le ha retirado la mirada al pelinegro desde que se sentó sobre la primera mesa que se encontraba junto a la puerta. Era inevitable, que nadie culpe a Jimin, de verdad ese chico era sumamente lindo y a Jimin le interesaba saber más sobre él. Le daba curiosidad, pero, ¿no estaba siendo egoísta?

Tomó fuerza y valor de donde no se imagina y se acercó a la mesa, con todo y el botiquín que previamente Jungkook le había pedido que improvisara y le acercara para poder curarle la raspadura de su mano. Ese es el porqué Jimin estaba escondido con Taehyung detrás de la barra mientras analizaba a Jungkook.

Jimin se dio cuenta de que a Jungkook le gustaba su café con cuatro sobres de azúcar.

Y Taehyung se dio cuenta de que, probablemente, es la primera vez que ve emocionado a Jimin después de varios meses y eso le hacía feliz.

—Ya volví y tengo lo que me pediste. —
Empezó a sacar todo lo que Jungkook, en su papel como médico, le pidió para su curación, para después sentarse justo frente a él.

—¿Puedo tomar tu mano? —preguntó Jungkook cauteloso hacia Jimin. Y este último solo asintió.

Acto seguido, Jungkook se encargó de mirar atentamente su mano, analizándola por si había alguna herida.

La piel de Jungkook era áspera y cálida, tenía unas manos muy lindas y grandes, así como dedos largos. Jimin siguió analizando su piel hasta que llegó a su muñeca, donde se encontraba la tinta oscura del tatuaje que pintaba su piel. No podía distinguir qué era, pero le parecía sumamente interesante y, sobre todo, muy caliente.

Jimin tamborileó nerviosamente sus dedos sobre la mesa mientras Jungkook revisaba su mano. Cuando sus ojos se encontraron por un breve segundo, Jimin sintió un escalofrío recorrerle la espalda, como si ese contacto visual le hubiera revelado más de lo que estaba dispuesto a admitir.

—Al parecer fue solo una torcedura. — El pelirubio tuvo un pequeño sobresalto al escuchar su voz. —Te coloqué pomada y una curita en la herida. Es bastante pequeña, pero seguro pica y molesta. Así que, con eso seguramente disminuya la molestia. Intenta mantener reposo algunos días. Seguro lo necesitarás para esa torcedura. — Sonrió Jungkook mientras dejaba suavemente la mano de Jimin sobre la mesa.

—¿No quieres ser mi médico particular? —

—Aún no soy médico, pero sin duda me encantaría serlo después de graduarme.— Le entregó una dulce sonrisa a Jimin, para después beber un poco de café. —Me da un poco de pena dejar todo lo que me ofreciste, pero me tengo que ir. Tengo que dejar unos papeles en la universidad, acaban de transferirme y necesito entregarlos hoy. — El pelinegro miró la hora en su teléfono para después pararse de la mesa.

sinceramente, Jimin. (kookmin) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora