Capítulo 1

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El aroma del café recién hecho llenaba la pequeña cafetería, mezclándose con el dulce olor a pan recién horneado.

Cuando Jimin escuchó la campanilla de la puerta sonar, instantáneamente dirigió la mirada hacia la entrada, para encontrarse con la sonriente anciana que siempre pedía el mismo chocolate caliente y el tan famoso pan francés que hacían en esa cafetería en la que Jimin trabajaba, y de la que, según Jimin secretamente, sus padres eran dueños.

Ahí estaba la viejita, junto con su perrito el pug, que, extrañamente, se parecía a ella.

¿Conocen la teoría de que las mascotas se parecen a los dueños? Jimin era un ferviente creyente de esa teoría, porque la viejita y su pug con problemas de respiración lo confirmaban, así como Jimin creía con fuerza qué se parecía a su chihuahua cabezón. El con orgullo decía ser su padre.

—Hola, señorito. — Saludó muy feliz la anciana, agitando la patita con olor a cheetos del pug que yacía en sus brazos.

—Buenos días, señora Jung, dígame qué le puedo servir hoy. — contestó un sonriente Jimin, fingiendo que no sabe que la señora va a pedir lo mismo de siempre, pero ya con la orden escrita en la caja. Acto seguido a darle en siguiente después de que la señora dijera: “Lo de siempre”.

Jimin lo sabía, sabía leer muy bien a las personas y le encantaba hacer juegos donde “leían” a las personas con su mejor amigo, Taehyung.  Era divertido, aunque a veces confuso, había personas que tenían caras tan neutrales que para Jimin era un verdadero reto.

Ya con el pedido listo, Jimin lo entregó a la señora Jung.

—Que tenga un lindo día, señora Jung, y también que lo tenga Benito. — Jimin se inclinó un poco sobre la barra para acariciar al lindo cachorrito, mientras la señora reía dulcemente.

—Se llama Bentiquio, no Benito. — y realmente Jimin se avergonzó, pero rió con fuerza al ver al perrito.

—Lo lamento, Bentiquio, mi intención no era cambiarte el nombre a Benito. — seguramente el perrito estaría triste pues Jimin no recordó su nombre real, pero hey, que no lo culpe, todos los pugs se llaman Benito.

La señora Jung, siempre sonriente, agradeció y se despidió de Jimin, encaminándose a la puerta con la ruidosa campanilla.

Después de despedirse de la señora Jung, Jimin se relajó un poco.

—No puedo creer que le dijeras Benito al pug. Su dueña se rompió el cerebro con su nombre real y tú cambiándoselo — Taehyung estaba sentado debajo de la barra con el celular en la mano mientras deslizaba y veía videos en internet.

Jimin soltó una carcajada mientras limpiaba la barra y Taehyung se reincorporaba a su lado, guardando su celular, para después ayudar a Jimin con la limpieza.

Pero un momento después, Taehyung le llamó la atención con algo que había encontrado.
—Oye, Jimin, ¿este monedero no es de la señora Jung? — Tae levantó un cuadrado de piel sintética que se encontraba en el suelo y se lo mostró a Jimin. Revisó sus tarjetas y efectivamente la dueña era la señora Jung. —¡Corre a devolvérsela, Jimin, anda!

El castaño lanzó el monedero a las manos del pelirubio y este salió corriendo detrás de la señora Jung, pero antes dejó su delantal y el ridículo gorrito, ambos siendo el uniforme de la cafetería.

Este salió a la calle y volteó a ambos lados buscando a la señora feliz del pug, hasta que la divisó a contraesquina de la cafetería. Jimin solo corrió para poder alcanzarla.

—¡Señora Jung! —gritó para que le mirara y efectivamente lo consiguió.

Jimin corría por la calle con una expresión de concentración en el rostro, sus zapatillas golpeando el pavimento en un ritmo constante, bastante torpe y sin fijarse en los autos. De repente, un motociclista se acercaba rápidamente por detrás de él, pero Jimin no se dio cuenta, demasiado enfocado en su carrera con el objetivo de alcanzar a la señora Jung.

Jimin estaba a punto de ser atropellado por una motocicleta.

Con un movimiento ágil, alguien se lanzó hacia Jimin y lo empujó con fuerza hacia la acera, justo cuando la motocicleta pasaba rozando sus espaldas. Los dos chicos cayeron contra la orilla, jadeando por el susto. Jimin se volvió hacia el chico con una mirada de terror, mientras el chico lo miraba sumamente preocupado y le palmeaba la espalda.

—Mierda, ¿estás bien? —preguntó con real preocupación el chico que le acababa de salvar la vida a Jimin, mientras lo analizaba rápidamente, checando que todo estuviera bien.

Jimin solo pudo asentir dudosamente, pues sentía que su mano le dolía y ardía, al igual que sentía su corazón latir a mil.

—¡Señorito Jimin! —escuchó a la señora gritar mientras se ponía de rodillas para mirar a Jimin y comenzaba a pellizcar sus mejillas para saber si Jimin estaba realmente vivo o solo era un espejismo estarlo viendo con los ojos bien abiertos.

—Sí, estoy bien. —sonrió Jimin intentando ignorar el punzante dolor en la mano, mientras que con ayuda del chico guapo que le salvó la vida y la anciana era levantado del suelo. —Vine a devolverle su billetera— Sacó la billetera de la bolsa trasera de su pantalón y se la entregó.

—¿Puso en riesgo su vida por esto? ¡No lo vuelva a hacer, Jimin!

El corazón de Jimin latía tan rápido que apenas podía oír los regaños de la señora Jung.
Ella estaba realmente preocupada y solo miraba con pena a Jimin, y a Jimin no le gustaba esa mirada.

Bueno, realmente era incómodo ser regañado por una señora que no es su madre enfrente de la avenida, con todos los coches observando y un guapo de 1.80 analizando a Jimin y escuchando cómo es regañado.

La señora se aseguró de que Jimin y el chico lindo estuvieran bien, para luego tomar su billetera e irse junto a su perrito.

Jimin se giró sobre sus pies y lo miró.
—Muchas gracias, ya sabes, por salvarme. —El pelirubio se rascó la cabeza y se inclinó hacia el chico alto en forma de agradecimiento—. Trabajo en la cafetería de aquí cerca, puedo pagarte con lo que quieras de ahí.

—No es necesario, estoy aliviado con saber que estás bien. —Sonrió el chico, pero su mirada se dirigió a la mano a la que Jimin constantemente le ejercía presión—. Pero, me parece que no estás totalmente bien. ¿Seguro que estás bien?

Jimin rápidamente miró su mano y dejó de apretarla.

—No es nada, creo que solo fue un raspón. — miró su mano apenado.

—Mi nombre es Jeon Jungkook, y creo que el tuyo es Jimin, ¿cierto? Escuché a la señora repetirlo varias veces, a menos que “Jimin” sea un nombre secreto para otro nombre. — el pelinegro comenzó a balbucear, notablemente nervioso. —Mi punto es que puedo aceptar lo de la cafetería como un agradecimiento, pero me gustaría revisar tu mano.

“Jungkook es un lindo nombre” era lo único en lo que podía pensar Jimin. Jimin también pensaba que era lindo cuando tenía que "leer" personas como Jungkook, parecía muy amable y le daba buenas vibras, como dirían por ahí. Solo tenía un buen presentimiento.

—Soy estudiante de medicina, estoy a dos semestres de terminar, pero me gustaría revisar tu mano, si no es molestia. — terminó de decir Jungkook.
—Claro, está bien, si gustas acompáñame. — sonrió Jimin hacia su nuevo amigo, que le salvó la vida, y que Jimin rezaba que fuera el amor de su vida o algo así, lo que sea pero que estuviese en su vida y la marcara de por vida con marcadores.

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agusto, lo escribí a la 1 am, y la vdd es q uno cuando tiene sueño no razona, así q si hay errores m echan un gritillo.
los tkm, espero les guste, va haber mucho amor para dar aki.

sinceramente, Jimin. (kookmin) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora