Mis ex están en todas partes.

Capítulo 34. Un nuevo comienzo.

Capítulo 34. Un nuevo comienzo.

Qiao Xuan despertó.

Parecía que el maestro había llegado justo a tiempo para salvarlo.

Sin embargo, estaba lleno de dudas. ¿Eran realmente él y su maestro las personas que vio en la ilusión? Pero claramente no tenía ese recuerdo. ¿Sería posible que fuera otra vida pasada? ¡Ya había pasado por siete reencarnaciones! Después de regresar, todos sus recuerdos se habían recuperado. ¿Habría alguna vida que desconocía?

Qiao Xuan se frotó la barbilla, sumido en sus pensamientos. Aunque creía que era poco probable que fuera una vida pasada, no podía descartar completamente esa posibilidad.

Más que eso, tenía curiosidad por saber qué había sucedido en las ruinas. ¿Por qué todo había desaparecido? ¿Y qué era esa llama blanca?

Qiao Xuan se palmeó el pecho. No sentía ninguna molestia, pero tampoco había aumentado su poder. Era como si nada hubiera pasado...

En cuanto a la última escena que vio, ese río interminable y sombrío, ¡Qiao Xuan sabía exactamente qué era! Era el río del olvido del inframundo, ese lugar maldito. Una vez lo había cruzado con ese tonto demonio, y realmente había sido una experiencia terrible...

Además, esta vez había vislumbrado vagamente un espejo al final, que parecía ser un tesoro...

Qiao Xuan pensó que debería ir allí una vez más, tal vez podría descubrir algo. Pero le había prometido a su maestro que regresaría al Reino Celestial, así que dudó por un momento.

Abrió la puerta y salió, dándose cuenta de que ya no estaban en la capital del Reino de Nanyue. Tenía sentido, si su maestro lo había rescatado, seguramente lo habría llevado lejos. Hualan probablemente ya los había perdido de vista...

Qiao Xuan caminó hacia afuera y vio a su maestro de pie en el patio. Cuando estaba a punto de acercarse, se detuvo al ver que Shuchen también estaba allí.

Los dos tenían expresiones serias, como si estuvieran discutiendo algo, pero al menos ya no estaban peleando...

También vieron a Qiao Xuan y dejaron de hablar. Yun Tingshu lo miró con una expresión suave y dijo: "Te despertaste. ¿Te sientes mal?"

Qiao Xuan respondió: "No, para nada".

Yun Tingshu asintió.

Qiao Xuan pensó por un momento y se acercó, preguntando casualmente: "Maestro, ¿escuchaste hablar del Sabio Donggan? Parece que esas ruinas eran suyas, pero nunca había oído hablar de un dios tan poderoso..."

Shuchen habló entonces, con voz indiferente: "Hay muchos dioses en los tres reinos. Es perfectamente normal que no hayas oído hablar de algunos".

Qiao Xuan preguntó sorprendido: "Señor del Tao, usted es el dios supremo más antiguo de los tres reinos. ¿Ni siquiera usted lo conoce?"

Shuchen negó con la cabeza: "No".

Qiao Xuan asintió y preguntó de nuevo: "¿Y qué hay del Dios Primordial? ¿Oíste hablar de él? También parece ser muy poderoso..."

Shuchen respondió con pereza: "No. Esos pequeños inmortales del mundo mortal, sin visión y presuntuosos, les gusta ponerse nombres que suenan impresionantes. En realidad, no creo que sean tan poderosos. No deberías tomártelo demasiado en serio".

Shuchen miró a Yun Tingshu después de decir esto, sonriendo fríamente: "¿No estás de acuerdo?"

Qiao Xuan: "..."