✦; Mamá dijo que iba a estar bien, pero mamá no sabe lo que esta en mi mente.
Mamá dijo que el sol va a brillar, pero mamá no sabe lo que es querer morir.
Ya no puedo soportar esto, pesado por el dolor dentro de mis venas.
Ya no puedo soportar esto...
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Scorpius Black estaba de pie frente a la puerta de la Madriguera, la casa de los Weasley, con el corazón palpitando en su pecho. El aire nocturno era fresco, cargado con el aroma de la hierba húmeda y las flores silvestres que crecían en el jardín. Cada vez que venía aquí, no podía evitar sentir una mezcla de nerviosismo y emoción.
Había salido con Ginny varias veces antes, pero esta noche era diferente. Esta noche era la noche. Había preparado cada detalle con una meticulosidad que rozaba la obsesión, queriendo que todo fuera perfecto. Bajo la emoción y la anticipación, sin embargo, sentía el peso de un secreto: había recaído en su adicción, y Ginny no lo sabía. Pero esa noche, ese secreto quedaría enterrado. Nada, ni siquiera sus propios defectos, estropearía este momento.
Ginny Weasley, la chica que había capturado su corazón desde el primer día que la vio, estaba adentro, preparándose para su cita. Pero esta noche era diferente a todas las demás; esta noche, Scorpius había decidido que le pediría que fuera su novia. Sabía que era un paso enorme, pero también sabía que sus sentimientos por Ginny eran más fuertes que nunca, y estaba listo para hacer esta promesa.
La Madriguera era una casa pintoresca, un hogar lleno de amor y calidez, aunque a veces Scorpius sentía la desaprobación en el aire cada vez que ponía un pie en la propiedad. Molly Weasley, la matriarca de la familia, abrió la puerta y lo recibió con una sonrisa educada, aunque detrás de esa sonrisa siempre parecía haber una ligera sombra de desconfianza. Scorpius sabía que la señora Weasley hubiera preferido que Ginny estuviera con alguien más, quizás con alguien como Harry Potter, pero intentó no pensar en eso. Esta noche era suya y de Ginny, y no dejaría que nada lo distrajera.
—Buenas noches, señora Weasley—dijo Scorpius, tratando de mantener su voz firme y amigable.
Molly le devolvió una sonrisa forzada, casi como una formalidad.
—Ginny está casi lista, solo un minuto más. —y se dio la vuelta, deteniendose en la repiza en la entreda. —Harry estuvo aquí más temprano, es siempre un placer tenerlo, ya sabes, familia.
El comentario sobre Harry hizo que el corazón de Scorpius se contrajera ligeramente, pero no dejó que eso se reflejara en su rostro. Sonrió cortésmente y asintió, pero por dentro luchaba por mantener su confianza. Sabía que Ginny lo había elegido a él, y eso era lo único que importaba. Pero las comparaciones constantes con Harry eran difíciles de ignorar.
Finalmente, escuchó pasos bajando las escaleras y, al levantar la vista, el mundo pareció detenerse. Ginny apareció en la puerta, y Scorpius quedó totalmente embelesado. Era como si todo el universo hubiera conspirado para hacer que Ginny se viera tan hermosa en ese momento. Llevaba un vestido sencillo pero elegante, de un suave color azul que contrastaba perfectamente con su cabello rojo fuego, el cual caía en suaves ondas sobre sus hombros. Su sonrisa era radiante, como un rayo de sol en un día gris, y cuando sus ojos se encontraron con los de él, sintió que todo en su vida se alineaba perfectamente.
