17.

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< chapter 17: hermanos >

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El sol comenzaba a despuntar en el horizonte, arrojando un suave brillo dorado sobre los terrenos de Hogwarts. El aire fresco de la mañana llevaba consigo una promesa de libertad, pero para Scorpius, esa libertad parecía estar lejos de su alcance. Mientras miraba por la ventana de su habitación, sentía una mezcla de tristeza y resignación. Sabía que aquel día sería el último que compartiría con Draco y Theodore. No podía seguir luchando, y la idea de rendirse se había convertido en una amarga certeza. Sin embargo, quería asegurarse de que la última imagen que ellos tuvieran de él fuera la de un Scorpius feliz, despreocupado y en paz.

Se vistió con esmero, eligiendo su camisa favorita, aquella que Draco siempre decía que lo hacía ver como un "pequeño aristócrata en entrenamiento". Se miró al espejo por un momento, ajustando el cuello de la camisa, y esbozó una sonrisa que no alcanzó sus ojos. No quería que Draco y Theodore notaran nada fuera de lo normal. Hoy debía ser como cualquier otro día, un día entre hermanos.

Bajó las escaleras con paso ligero, intentando imitar el aire despreocupado que Draco siempre llevaba consigo. En los sillones de la sala común, lo esperaban sus dos mejores amigos. Draco, con su habitual expresión de fastidio, mientras formaba un ave con hoja de papel, y Theodore, con una sonrisa amplia, probablemente pensando en alguna broma para avergonzarlos a los dos.

—Mira quién decidió finalmente unirse a los mortales —comentó Draco sin levantar la vista de lo que se encontraba armando con sus manos, mientras Scorpius entraba en la habitación. Su tono sarcástico fue recibido con un asentimiento de Theodore, quien agregó:

—Estábamos a punto de enviar un Patronus para asegurarnos de que no te habías enamorado del reflejo en el espejo.

Scorpius dejó escapar una risa, una genuina esta vez. Era imposible no reírse cuando estaba con ellos. La amistad que los tres compartían estaba construida sobre una base de bromas pesadas, comentarios sarcásticos y, sobre todo, un profundo cariño mutuo.

—Lo siento, Theo, pero hoy no puedo competir con tu nivel de vanidad. Eres insuperable. —Scorpius tomó asiento al lado de Draco, mientras Theodore ponía los ojos en blanco.

—Vaya, y yo que pensé que te estabas guardando algo especial para hoy, Black. —Theodore le lanzó una sonrisa burlona, mientras Draco levantaba la vista de su gran logro y lo miraba con una mezcla de diversión y escepticismo.

—¿Y qué plan maestro tienes para hoy, Scorp? —preguntó Draco, dejando el ave de papel a un lado. Aunque intentaba mantener su habitual tono de despreocupación, había una ligera curiosidad en su voz. A veces, Draco sospechaba que había algo más detrás de la fachada siempre tranquila de Scorpius, pero nunca había presionado a su amigo para que lo compartiera.

𝐈 𝐂𝐀𝐍'𝐓 𝐂𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐓𝐇𝐈𝐒 𝐀𝐍𝐘𝐌𝐎𝐑𝐄; Ginny Weasley ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora