El reino de Sakura, una vez un lugar de prosperidad y alegría, se había sumido en la penumbra. La ausencia de los reyes, que se habían retirado a un palacio en las montañas, había dejado un vacío de poder que Sasori, el nuevo rey, no había logrado llenar.
Su ambición, desmedida y despiadada, lo había llevado a aumentar los impuestos del pueblo, convirtiendo la vida de los ciudadanos en una lucha constante por la supervivencia. Las calles, antes llenas de risas y música, ahora resonaban con el lamento de los hambrientos y la desesperación de los desamparados.
Sakura, la reina, se había convertido en una prisionera de su propia corona. Su corazón, una vez lleno de esperanza y amor, ahora se sentía pesado y vacío. Sasori, con su naturaleza fría y calculadora, había mostrado su verdadera cara. Su amor, que Sakura había creído real, se había convertido en una máscara que ocultaba su avaricia y su crueldad.
- Sasori - dijo Sakura, con la voz llena de tristeza - Los impuestos son demasiado altos. El pueblo no puede pagarlos.
Sasori la miró con una sonrisa fría, con una mirada que no dejaba espacio para la compasión.
- Sakura - dijo, con una voz llena de arrogancia - El reino necesita dinero para prosperar. Y yo soy el rey, y yo decido cómo se gasta el dinero.
Sakura se sintió impotente. Sabía que Sasori no la escucharía, que su corazón era de piedra.
- Sasori - dijo, con la voz llena de desesperación - Por favor, baja los impuestos. El pueblo está sufriendo.
Sasori se acercó a ella, con una mirada que la hizo sentir un escalofrío.
- Sakura - dijo, con una voz llena de amenaza - Hagamos un trato, cuando me des un hijo varón, para que siga el linaje, entonces bajaré los impuestos.
Sakura se sintió humillada y desesperada. Sasori la estaba usando, la estaba manipulando para conseguir lo que quería.
- Sasori - dijo, con la voz llena de furia - No soy una herramienta para tus ambiciones.
Sasori se rió, una risa fría y cruel.
- Sakura - dijo, con una voz llena de desprecio - Eres la reina, y tu deber es darme un heredero, además pense que querias o mejor para tu peblo.
Sakura se sintió atrapada entre la espada y la pared, con un hombre que la trataba como un objeto, como una posesión.
Se retiró a su habitación, con el corazón lleno de dolor. Sabía que tenía que hacer algo, que tenía que luchar por su pueblo, que tenía que recuperar su dignidad.
Se decidió a tener un hijo, a darle a Sasori lo que quería, para así poder salvar a su pueblo. Pero el destino, una vez más, se había puesto en su contra. Mes tras mes, Sakura intentaba quedar embarazada, pero no lo lograba..
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Mientras tanto, en el reino de Sasuke, los reyes Itachi e Izumi se preparaban para un viaje al otro lado del mar. Un contrato importante, que beneficiaría a ambos reinos, los obligaba a viajar a un reino lejano.
Su hijo, un niño de apenas un año y medio, llamado Kaito, no podía acompañarlos en el viaje. Era demasiado pequeño para soportar las largas jornadas en el mar.
- Sasuke - dijo Itachi, con una mirada llena de confianza - Te dejo a cargo de Kaito. Cuídalo como si fuera tu propio hijo.
Sasuke asintió, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.
- No te preocupes, hermano - respondió - Cuidaré de Kaito como si fuera mi propio hijo.
Itachi e Izumi se subieron al barco, con la mirada llena de esperanza y confianza. Sasuke, con el corazón lleno de tristeza, se quedó en el muelle, viendo cómo se alejaba el barco.
Kaito, en brazos de una sirvienta, observaba con curiosidad el barco que se alejaba. Sasuke lo tomó en brazos, con una sonrisa que no podía ocultar la tristeza que lo inundaba.
- Kaito - dijo, con la voz llena de ternura - Tu padre y tu madre volverán pronto.
Kaito sonrió, sin comprender las palabras de Sasuke.
Sasuke se sintió solo, con la responsabilidad de cuidar a un niño que no era suyo. Pero sabía que tenía que ser fuerte, que tenía que cumplir con su deber.
Mientras tanto, en el reino de Sakura, la reina seguía luchando por su pueblo, por su dignidad, por su amor. Su corazón, aunque herido y lleno de dolor, seguía latiendo con la esperanza de un futuro mejor, un futuro en el que el amor y la justicia triunfarían sobre la avaricia y la crueldad.
El destino, una vez más, había separado a Sakura y Sasuke, pero su amor seguía vivo, como una llama que ardía en la oscuridad, esperando el momento de volver a encenderse.
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Sinfonía de Amor y Corona
AléatoireSakura, una reina con cuatro hijos, se encuentra en una encrucijada. Los años han pasado desde que se vio obligada a casarse con un príncipe cruel, dejando atrás su amor por Sasuke, un príncipe rebelde de un reino rival. Ahora, como reina, se encue...