A fresh start

174 27 7
                                    

Podría decirse que Max nunca se dio por vencido al buscar a Checo, recorrió cada lugar, espero en cada gran premio, llamó unas mil veces al celular de Checo, pero no volvió a tener respuesta. Se preguntaba porqué había tenido que pasar.

Max había tomado decisiones importantes desde que Checo se había ido. Decidió volver a su pequeño pent-house en Mónaco, llevó a Jaime con él y comenzaron a vivir juntos, Max decidió volver a correr en formula 1, volvía a ganar grandes premios y subir al podio casi cada carrera. La vida de Max, simplemente volvía a ser vida, no mejor, no peor, solo era. 

Creía que volver a amar a alguien era complicado, pero se equivocó, Jaime era más de lo que podía desear, lo comprendía, lo acompañaba, lo escuchaba, y Max también estaba para ella en cualquier momento. En cierta forma, se dio cuenta que nunca iba a remplazar a Checo, siempre iba a tener su lugar especial, pero debía seguir.

Max le propuso matrimonio a Jaime una tarde nublada en Suiza, lejos del bullicio, de todo lo que conocían. 

—No te pido que te cases conmigo en este momento, y si no quieres hacerlo está bien, solo quiero saber si es posible—dijo Max ese día. 

Jaime lo abrazó con fuerza. 

—¿Por qué no querría hacerlo?—Jaime alejó su cabeza del pecho de Max para verlo a los ojos. 

Max sintió un pequeño dolor en su estomago. No quería decirlo, pero así era su relación con Jaime, debía decir la verdad.

—Porque antes de ti existió Checo y bueno, viste todo lo que pasó—dijo Max algo apenado, como si recordar como había esperado a Checo fuera algo de lo cual ocultarse. 

Jaime sonrió con esa sonrisa que le gustaba tanto a Max, era una sonrisa pura, amable, amigable, una sonrisa que daba paz. 

—Entiendo que Checo fue tu todo—respondió y pasó su mano por el hombro de Max—y por la forma en la que hablabas de él me hizo quererlo también, no en la forma que tu lo querías obviamente, más bien en la forma en la que estimas a alguien que cuidó a una persona que quieres mucho, y en este caso Checo te cuidó a ti todo ese tiempo. Nunca voy a ser Checo, ni intento que me quieras como a él, porque le guardo respeto a ti y lo que tuviste con él. 

—¿Entonces?—Max estaba un poco confundido. 

—Que la forma en la que me quieres a mí está bien, y obviamente quiero casarme contigo Max—Jaime se acercó a Max para darle un beso, y Max sonrió entre besos. 

Jaime tenía razón. Esta vez sería diferente, y lo diferente no era malo, solo era algo desconocido. Se sentía afortunado por primera vez después de mucho tiempo, comenzaba a creer que la vida estaba escribiendo un final feliz para él.

La siguiente semana volvió a Monza, Italia para correr el gran premio de Monza. Poco a poco se había reincorporado a las carreras en su totalidad, y ya hablaba con normalidad con los otros pilotos de la parrilla, con ayuda de Charles ya no se sentía solo o vulnerable ante ellos. Entendía que podía convivir sin salir dañado. 

Una mañana antes de salir a prácticas, Max dio una vuelta por el paddock que aún estaba vació, casi no había gente así que lo ayudaba a relajarse. Sin embargo, ese día Carlos Sainz apareció entre el garage de Williams. Su primer pensamiento fue huir de él, pues sabía lo cercano que era Checo y desde aquél accidente no habían cruzado muchas palabras, pues Max desconfiaba de él o Carlos de Max, algo así. Max lo evitaba a toda costa, pero está vez le dio por cruzarse a propósito en su camino. 

 —Carlos—Max se acercó a la barda donde estaba recargado. 

Carlos lo vio con una mirada acusadora, pero aún así lo saludó. 

—¿Todo va bien?—Max se colocó a su lado. 

—De maravilla—dijo Carlos—oí que te vas a casar, en hora buena. 

Max sonrió rápidamente, era raro hablar con el mejor amigo de Checo sobre su próxima boda. 

—Fue algo que no venía venir la verdad—Max comenzó a sentirse que debía dar explicaciones. 

Carlos rodó los ojos, pero no de forma sarcástica. 

—Vale, no te preocupes. Estoy seguro que Checo estaría feliz—finalmente Carlos le sonrió. 

—¿Tu sabes algo de él?—preguntó Max. 

Desde la última llamada que Checo le hizo a Max, Max se había quedado con mil preguntas, sabía que Carlos debía saber más, pero nunca se había atrevido a preguntar. 

—Se que está bien, tu sabes cuanto te quería—Carlos sonó algo triste. 

—¿Y si me quería tanto por qué nunca me volvió a buscar?

Max parpadeo varias veces, no quería sentir más porque se suponía que era una etapa superada, pero era imposible evitar los sentimientos que alguna vez Checo despertó en Max. 

—Max...—dijo Carlos, como si quisiera terminar la conversación. 

—Ya, perdón—Max recuperó la compostura—en fin, te haré llegar la invitación a la boda, ya sabes, invitaré a todos los pilotos. 

Carlos le sonrió con alegría genuina. 

—Allí estaré. 

Diez días después, Checo regresó. 


No he actualizado en mil años, pidoperdon, real un capitulo super corto pero necesario para entenderme a mí misma jaja. 

Prometo volver. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 09 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El amor de mi otra vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora