Llamada

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Después de pasar una agradable tarde con Taehyung, compartiendo risas y confidencias, Jimin se dirigió al departamento de Yoongi. Últimamente, aquel lugar se había convertido en su segundo hogar; tanto así que ya tenía ropa y pertenencias personales allí para cualquier ocasión. El sol comenzaba a ocultarse, pintando el cielo con tonos anaranjados mientras Jimin caminaba con una ligera sonrisa en los labios, sintiendo una cálida anticipación por ver a su amado.

Al llegar al edificio, subió rápidamente por el ascensor hasta el piso de Yoongi. Al abrir la puerta del departamento, dejó caer suavemente sus llaves en la mesa de la entrada y exclamó con voz alegre:

—¡Yoongi! ¡Ya llegué!

Sin embargo, no recibió respuesta alguna. Extrañado, Jimin frunció el ceño y caminó por la sala en busca de alguna señal de Yoongi. Todo estaba en silencio, solo el suave tic-tac del reloj llenaba el espacio. Decidió subir las escaleras que conducían a la habitación, pensando que quizás Yoongi se había quedado dormido después de un día agotador.

Al entrar en la habitación, la escena que encontró le sacó una sonrisa. Yoongi estaba sentado en su escritorio, con los auriculares puestos y concentrado en la pantalla de su laptop. Parecía estar tan inmerso en lo que hacía que no había notado la llegada de Jimin.

Con una idea traviesa en mente, Jimin se acercó sigilosamente, asegurándose de no hacer ruido. Una vez detrás de Yoongi, levantó sus manos y cubrió suavemente los ojos de su novio con sus palmas.

—¿Quién soy? —preguntó Jimin con una voz juguetona, conteniendo una risa.

Yoongi sonrió de inmediato, reconociendo al instante el toque cálido y familiar.

—Mmm, déjame adivinar... ¿El ángel más hermoso que haya conocido? —respondió Yoongi, quitándose los auriculares y llevando sus manos hacia las de Jimin para descubrir sus ojos.

Jimin rió, sintiendo cómo su corazón se llenaba de alegría al escuchar esas palabras. Rodeó el cuello de Yoongi con sus brazos y se sentó cómodamente en sus piernas, acercándose para depositar un suave beso en sus labios.

—Acertaste —murmuró Jimin contra sus labios, sonriendo ampliamente.

Yoongi lo abrazó por la cintura, manteniéndolo cerca mientras lo miraba con ternura.

—¿Cómo te fue con Taehyung? —preguntó, acariciando con su pulgar el costado de Jimin.

Jimin suspiró, recordando la conversación que había tenido con su amigo. Decidió contarle todo lo que habían hablado, excepto la parte sobre sus miedos y preocupaciones más profundas. No quería que Yoongi se sintiera mal o culpable por algo que escapaba de su control.

—Fue genial. Hablamos de muchas cosas, me contó sobre sus nuevos proyectos de arte y, bueno, le conté sobre nosotros. Está muy feliz por nosotros, incluso me dio algunos consejos para nuestra relación —dijo Jimin con una sonrisa, intentando mantener un tono ligero.

Yoongi asintió, contento de que Jimin tuviera amigos que lo apoyaran tanto.

—Me alegra escuchar eso. Taehyung parece ser un buen amigo —respondió, inclinándose para besar la frente de Jimin.

Después de un momento de silencio cómodo, Yoongi preguntó:

—¿Tienes hambre? Puedo preparar algo de cenar si quieres.

Jimin negó con la cabeza, acurrucándose más en el pecho de Yoongi.

—No, la verdad es que comí algo con Tae antes de venir. ¿Y tú? ¿Has comido?

—Un poco, pero ahora mismo lo que más quiero es pasar tiempo contigo —respondió Yoongi, sonriendo mientras se levantaba con Jimin aún en sus brazos.

Días Infinitos YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora