Misaki sonrió, habían pasado dos días desde que llegó a Japón, aunque su padre había insistido mucho en que se presentarán con la identidad que les fue dada hace un par de meses, su hermana y él estaban de acuerdo, después de todo Mirai fue un nombre dado por papá, mientras que Misaki es un nombre que le dio su madre. Ya se habían adaptado a esa identidad.
Misaki estaba en una cafetería, cerca de una librería, recordando un poco de esa vida, su padre es un consejero, dedicado principalmente a colaborar con grandes empresas, pero también estaba vinculado a otras áreas, por lo que su vida siempre había sido lujosa. Su hermana y él habían ido a prestigiosas escuelas, habían tenido divertidos viajes, siempre la más hermosa ropa y los mejores espectáculos pagados por su padre.
—Mientras no suceda nada, todo está bien.— Se levantó y salió del lugar, había un gran clima en Japón, estaban a principios de Verano y todo le gustaba.
Una camioneta negra llamó su atención, sin duda alguna podría notar lo imponente de la escolta, quizá el jefe era alguien alto, con cierto porte y un aura de superioridad. Vio que estaban cerca de un restaurante de comida japonesa tradicional.
Sonrió. —Será divertido.— Sintió que sería divertido conocer a alguien así, por lo que vio como iba vestido con un pantalón negro, ajustado a sus piernas, mostrando con orgullo esa cintura que tenia, un suéter ligero de color negro, pues aun no se acostumbraba al clima japones, ademas de un saco semi formal de un tono crema, zapatos formales por si era necesario, para cerrar con broche de oro, una gargantilla de oro blanco con un sencillo diseño de cadena, y su colonia favorita de Oud for Happiness de Initio Perfumes Privés, le encantaba porque generaba presencia y le inspiraba sensualidad. —Vamos.—
Misaki caminó entre la calle, antes de que alguien le pudiera prohibir la entrada, ingresó, con ese aire de sensualidad y de dignidad que se cargaba al caminar, se sentó a una distancia prudente, un poco lejos del campo de visión, pero donde pudiera estar al pendiente de todo, entonce Misaki vio entrar a un hombre, tal vez 185 centímetros, no lo podría decir con seguridad, con el cabello negro azabache, porte firme y tiene una buena figura, bastante apetecible para él, con el cabello peinado hacia atrás y un pequeño fleco en su frente.
—Ufff, sus manos son grandes.— Pensó mientras ordenaba.
Misaki se dedicó a observar a discreción, había escuchado la voz de aquel hombre, y le gustó, pero antes de irse a discreción, su teléfono comenzó a sonar.
—Papá.— Saludó como normalmente lo haría.
La conversación continuó por unos instantes, ignorando que era escuchado por los agentes de aquel misterioso hombre.
—Claro, será fácil, solamente necesitaré mi computadora, pero va a tardar dos días en llegar, así que tenemos dos opciones, esperamos o bien podemos comprar otra y la configuro, me tardará un par de horas.—
Misaki comentó con calma lo que podría hacer, claro sin ser evidente, pero aun así, recibió miradas de los agentes de aquel hombre.
Asintió. —Muy bien, iré a comprar una computadora y después me iré para allá.— Colgó y después guardó su celular.
Misaki caminó hasta la salida, antes de irse vio a aquel hombre, usaba unos lentes negros, quiza ya iba de salida, por lo que no pudo ver sus ojos, pero habia escuchado su voz y ese cuerpo le hizo sentirse muy intrigado, por lo que sin afan de algo, se despidio con un gesto de mano y corrio hacia la avenida, donde tomo un taxi y solicitó que lo llevasen a una plaza.
Asami Ryuichi se sintió bastante consternado, un joven de apariencia promedio le había hecho un gesto de despedida, jamás dio su nombre, pero tenía una voz agradable, aunque quizás su vestimenta no le hacía justicia, quizá algo confeccionado a la medida, o incluso algo más limitado le sentaría bien, pero no pudo verlo muy bien, pues se había sentado fuera de su campo de visión y solo lo vio un instante antes de que este saliera corriendo.
Misaki por otro lado siguió buscando una laptop y una computadora de escritorio, era inconveniente que no tuviera su equipo completo, pero por ahora bastaría. A los minutos encontró algo que podría servirle, realizó la compra, usando la tarjeta que su padre le había dado, después pidió que lo ayudaran con las cajas y subió a la camioneta de su padre, quien ya estaba listo para recibirlo.
—Muy bien, es hora de trabajar, Misa-Kun.— Takehiko halagó a su hijo mientras subía al lado del conductor para que ambos se pusieran a trabajar.
Misaki sonrió y así ambos continuaron su camino, al ser algo de trabajo omitieron ir a casa y decidieron hospedarse en un hotel, cerca del centro de Tokyo, pero con un margen de movimiento bastante grande.
—Pediré servicio a la habitación.— Takehiko dejó a su hijo armando sus juguetes mientras él se hacía cargo de todo lo demás.
Asintió terminando de conectar algunas cosas. —Pide fruta, tal vez fresas,uvas y algunas manzanas picadas, voy a requerir algo en que entretenerme mientras trabajo.— Pidió mientras prendía la nueva computadora y su laptop.
Asintió. —El trabajo de hoy consiste en generar una protección anti robo para un empresario bastante prominente.— comentó como si fuese algo normal.
Sonrió mientras se metía a la red central del hotel. —¿Cuánto me darán?— preguntó mientras dejaba que la conexión terminara de establecerse a la paz que destapaba una botella de agua que posteriormente debía ser desechada.
—La paga es buena, para ti 1.3 millones de dolares.— Respondió mientras le entregaba a su hijo un disco duro.
Asintió. —Muy bien, que nadie me moleste a partir de ya.—
Las luces fueron apagadas, solo se escuchaba el ruido del teclado, mientras que el menor traía audífonos con música, la noche sería larga, debía estar terminado antes del mediodía, pero como odiaba trabajar de mañana y tarde, debía terminar todo lo más pronto posible. El sonido del teclado era algo constante, solo se detenía por muy cortos periodos de tiempo.
—Estas cantidades son impresionantes.— Observaba un estado financiero mientras bajaba a la par que generaba un código simple, después sería algo bastante elaborado. —Muchos ceros, en fin, es mejor apurarme.—
Takehiko observaba a su hijo trabajar, él era encargado de la seguridad de su hijo menor, ese tipo de trabajos eran poco frecuentes, pero mientras tuviera una labor así el menor, él no descansaba hasta que su hijo estuviera fuera de radar. Le gustaba que su hijo no se impresionara por la cantidad que los clientes tenían de dinero, eso era algo fundamental para ese trabajo.
—Muy bien hijo mío.—
Misaki estiró un poco su cuerpo, el cansancio estaba marcado en sus muñecas, espalda y hombros, así que después de un baño, podría ir a dormir, eran las 3:00 de la mañana. Así que sabe que dormiría al menos hasta las 3:00 de la tarde como mínimo.
—Papá.— Se acercó a su padre, mismo que estaba en vigilancia constante. —Ya terminé.—
Asintió y se levantó. —Muy bien, este será el último trabajo que acepte, es hora de que continúes con tu vida.— Ama a sus dos hijos, cada uno tiene habilidades muy buenas para ese mundo, pero no, él quería que sus hijos fueran felices.
—Gracias papá, me voy a dar un baño, después dormiré.— Misaki disfrutaba de ese tipo de trabajos, pero eran sumamente exigentes, por lo que desde hace varios meses había hablado con su padre, quería estar fuera de eso y simplemente vivir como un joven medianamente normal.
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El desenlace de una ilusión.
FanfictionDos objetivos diferentes, un vínculo establecido sin aviso, riesgos y estrategias. Simplemente algo que se convierte en ilusión. Primer capítulo. 6/08/2024