De postre comieron una tarta típica de la región que Nika había preparado el día anterior, y a las diez y media, más o menos, estaban retirándose a sus habitaciones. Bela no se había despertado y Alek no había aparecido por allí después de salir corriendo a la calle. Mikael le había llevado unos trozos de pizza a su habitación a Jaana, que era la única a la que Elisa aún no había conocido.
Nika le pidió que la siguiera. Al entrar en la habitación, le pareció un sueño.
Era un dormitorio cuidadosamente decorado, con unas cortinas de color rosa con flores, a juego con los motivos que adornaban el papel de la pared. En el centro se ubicaba la cama. Una cama enorme, de matrimonio, con un gran dosel de estilo clásico. Las cuatro paredes estaban plagadas de armarios y estanterías y en la parte frente a la puerta, justo bajo la ventana de dos por dos, un escritorio desordenado lleno de folios escritos y libros. La chimenea estaba encendida. Elisa se sintió más cómoda. Sus músculos se relajaron al instante, en cuanto percibió el calor del hogar.
一¿Todos los cuartos tienen chimenea?
一No 一Nika se deshizo de las botas y se cambió los calcetines rápidamente por unos gruesos de algodón一. Pero las que tienen chimenea están ocupadas. Aquí los inviernos son criminales.
Nika se dirigió a un armario y, al abrirlo, desplegó una cama individual con sábanas y mantas encima. Hizo un gesto circense mirando a su invitada.
一¡Sorpresa!
Elisa rio y se acercó.
一Wow. ¿La tienes siempre lista por si acaso?
一La ha preparado Alek 一se le achinaron los ojos al sonreirle. Parecía muy orgullosa一. ¿Ves? Es un abuelo gruñón, pero en el fondo...
Desapareció de la vista de una Elisa sorprendida pasando a un compartimento dentro de la habitación.
Era el cuarto de baño. Cuando salió, tenía el pijama puesto y el pelo recogido. Invitó a Elisa a hacer lo mismo después de ofrecerle un pijama y calcetines.
Al poco rato, estaban las dos en la cama gigante de Nika. Se hundían entre cojines.
一Debe ser increíble vivir aquí 一comentó Elisa mirando a su alrededor.
La luz de la luna entraba por la ventana y ella contemplaba cada detalle como si estuviera en un cuento. Algunas zonas del castillo no le habían provocado aquella sensación. La habitación de Nika era diferente.
一Bueno, tiene cosas buenas y malas, como todo 一Nika se acomodó en la cama y se encogió bajo las mantas一. El principio no fue fácil, la verdad. Claro que no era una situación normal.
Elisa la miraba interrogante.
一No nos trasladamos aquí por gusto 一comentó一. Papá y mamá murieron en un accidente.
一Lo siento.
Elisa enmudeció.
一Fue hace mucho. Teníamos once y doce años. La única persona que quería y podía quedarse con nosotros era mi abuela y ella no iba a moverse de aquí. Estuvimos unos meses en un centro mientras se resolvía todo esto del papeleo... ya sabes. Era muy triste. No podía dormir con Alek. Y él estaba... no sé, estaba raro. Yo lloraba mucho, pero la verdad es que no entendía lo que pasaba. Solo sabía que echaba de menos a mi madre y que Alek no estaba conmigo todo el tiempo y, además, estaba raro. Tuvimos que decidir si quedarnos así 一continuó ante el silencio atronador de Elisa一 y en nuestra ciudad, o venir aquí. Le rogué a Alek y, al final, accedió. A veces me siento culpable porque yo quería esta vida. Bueno 一se corrigió一 no quería esta vida justamente, pero sentía que nuestra familia era mi abuela y no quería renunciar a eso. Pero Alek no quería, entonces me siento culpable porque estamos aquí por mi decisión.
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Después de perderte
RomanceElisa, que lucha constantemente por encajar en el molde que otros han fabricado para ella, acabará enredada entre las palabras de Altair, un hombre que se lanza a una enfermiza y peligrosa aventura por defender lo que más le importa, aunque eso le c...