17

835 50 6
                                        

Izuku vaciló, podía sentir las miradas juzgadoras de sus compañeros sobre él pero a pesar de eso decidió acatar la orden de su explosivo "amigo".

Estaba nervioso por lo que los demás pudieran pensar sobre él pero aún así comenzó a agacharse poco a poco para tomar ese lápiz, solo necesitaba hacer eso ¿Verdad? ¿Qué podría pasar?.

Continuó inclinándose con cautela, estába a escasos centímetros de tomar ese últil escolar entre sus manos pero de pronto el dolor agudo en la zona baja se intensificó causando que cayera bruscamente al suelo.

-¡Agh!

Un quejido de dolor retumbó en los oídos de cada uno de sus compañeros, algunos se preocuparon mientras que otros simplemente mantenían su atención en lo sucedido hasta que una voz rompió el incómodo silencio que se había formado desde su llegada al aula.

Bakugo: ¿No puedes levantar un maldito lápiz? Idiota - Se burló al ver su pequeño cuerpo en el suelo.

Iida: ¡Bakugo! Te pido que respetes a tus compañeros - Exclamó de inmediato.

Kirishima: ¡Oye Bakugo! ¿Qué te sucede amigo? No deberías hablarle así a Midoriya - Reclamó a la vez se levantaba de su asiento para ayudar al peliverde.

Bakugo: Eso no te importa, cuatro ojos - Le dirigió una mirada de indiferencia - Y tú no te metas, pelos de mierda - Señalandolo con un dedo.

Kirishima: Hey Midoriya ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? - Se acercó al peliverde y simultáneamente ignoró a Bakugo.

Al igual que Kirishima, Uraraka también se apresuró a correr para ayudar a su amigo y al llegar se agachó frente a él.

Uraraka: ¡Deku! ¿Estás bien? - Preguntó alarmada.

Pero instintivamente colocó una mano en el hombro del pecoso.

Una sensación de pánico lo inundó al sentir que la mano de la castaña se encontraba en su hombro y nuevamente los recuerdos invadieron su mente.



Estás apretado


Se sentía como un virgen


Veo que aprendiste quién manda ¿No es así.

Mientras recordaba comenzó a experimentar cada uno de los toques y sensaciones, como si estuviera reviviendo hasta el más mínimo detalle con claridad y precisión de aquellos terribles días y sin poder evitarlo el miedo y el pánico se apoderaron de él.

Bakugo: ¡Ven aquí, idiota!

Izuku lo vió perplejo al igual que su alrededor.

Una vez más estaba parado en esa habitación.

Bakugo: ¡Esta vez no escaparas! Maldito nerd

Rápidamente tocó su cuello con desesperación y notó que no tenía aquella cadena así que sin pensarlo dos veces comenzó a correr despavorido a la vez que era perseguido pero la habitación no era muy espaciosa y más pronto que tarde estaba arrinconado.

El cenizo se acercaba lentamente con confianza hasta que finalmente estaba tan cerca de Izuku que se avalanzó sobre él, ambos comenzaron a forcejear abruptamente pero ninguno de los dos cedía ante el otro hasta que por falta de fuerza Izuku fue sometido.

El de carácter explosivo le dedicó una sonrísa victoriosa y se acercó a su cuello lentamente hasta hacer contacto con su piel.







































¡Detente, Kacchan! +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora