¡Detente, Kacchan! +18

🔸️30🔸️

|Fragor|

¿Había sido un camino fácil? Por supuesto que no, nada era fácil en la vida de un héroe, mucho menos si se trataba de un profesional; sin embargo, ahí estaban EraserHead y All Might, ambos sobre el tejado de un edificio abandonado que se encontraba a medio kilómetro del sitio del intercambio, para su sorpresa y buena suerte, se trataba de una carretera ubicada en una zona montañosa, eso significaba que los oficiales podían posicionarse en lugares estratégicos y pasar desapercibidos sin ningún problema, así que de cierta manera eso los hacía sentir un poco aliviados, aunque, ellos simplemente estaban ahí para apoyar en dado caso de que algo se saliera de control, estaban ahí como Plan B.

Finalmente, estaban a escasos minutos de que todo sucediera, no podían negar que habían esperado este momento con ansias; el simple hecho de visualizar a aquellos sujetos en una patrulla policíaca les generaba una profunda satisfacción. Aunque, sabían perfectamente que la cárcel no era ni una pequeña parte del castigo que se merecían esos bastardos, pero era lo más sensato que podían hacer dadas las leyes de ese mundo en decadencia.

Ambos profesionales alternaban el único par de binoculares cada cierto período de tiempo, notando que todos los elementos estaban en su posición correspondiente.

All Might: Me preocupa que todo esto se salga de control - Habló repentinamente.

Aizawa: ¿Por qué lo dices? - Cuestionó un poco extrañado.

All Might: Es solo que... aunque parezcan simples, algunas veces estas situaciones son complicadas - Mencionó con un poco de preocupación.

El azabache suspiró.

Aizawa: No puedo decirte que todo saldrá bien - Habló con su característico tono - Pero recuerda que estamos aquí para intervenir si surge algún problema - Señaló con una tonalidad pragmática.

All Might: Tienes razón, pero aún así... - Sin pensarlo, se interrumpió a sí mismo - Ahí vienen - Dijo de manera apresurada, mientras observaba por los binoculares.

De inmediato, ambos héroes cesaron sus palabras, y sin pensarlo dos veces, observaron el sitio en el cuál se llevaría a cabo el intercambio entre aquellos sujetos. Finalmente, la hora acordada se marcó en los dispositivos de cada individuo presente, indicando que, después de una prolongada pero corta espera, eran las 8 a.m y como si fuera una especie de confirmación una camioneta negra apareció en el horizonte de aquella carretera.

Todos la observaron atentamente, siguiendo sus movimientos con suma cautela, hasta que después de unos minutos se detuvo en el lugar previamente acordado; la orilla de la carretera a la altura del kilómetro 106. Y solo segundos después un auto azul se estacionó en el mismo lugar.

No pudieron evitar apretar los dientes con excesiva fuerza al notar que aquellos hombres estaban a metros de ellos; aquellos bastardos que se mostraron en ese desagradable vídeo estaban en uno de esos vehículos. Por supuesto que querían ir hasta ese lugar y golpearlos directamente, pero no importaba cuán furiosos estuvieran; debían comportarse como profesionales. No podían desperdiciar la única oportunidad que tenían para atrapar a esos infelices, así que, con un aire de resignación decidieron poner atención a lo que estaba ocurriendo a medio kilómetro de distancia.

...

Las puertas de ambos autos se abrieron simultáneamente, mostrando a tres sujetos robustos bajando del auto azul, al mismo tiempo que siete hombres de complexión promedio bajaron de la camioneta negra. Ambos líderes avanzaron lentamente, hasta que finalmente estuvieron frente a frente, todos observaban atentamente los movimientos de la banda contraria, pues el hecho de hacer un intercambio no era señal de que el contrario lo cumpliera, es decir, no había ninguna garantía de que todo saliera como debía, incluso existía la posibilidad de que los asesinaran ahí mismo y se llevaran la mercancía, así que con eso en mente, se observaron mutuamente siendo conscientes de que debían mantenerse alerta en todo momento.