¡Detente, Kacchan! +18

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•:|Liberar lo que es imposible soltar|:•

La voz perteneciente al director de la academia resonó en la silenciosa habitación, indicándole al joven que permanecía al otro lado de la puerta que ingresara a la oficina. La gran estructura metálica comenzó a abrirse con lentitud, y solo segundos después una peculiar cabellera verde se asomó por la mediana apertura, entrando por completo al lugar en el que se llevaba a cabo la reunión.

De manera automática, su vista se posicionó en una peculiar y rebelde cabellera, perteneciente al chico que se encargaba de robarle sus preciadas horas de sueño. Sus ojos se abrieron enormemente, mostrando su preocupación.

Izuku: ¡Kacchan! - Exclamó con una mezcla de sorpresa y alegría, avanzando de manera involuntaria hacia el rubio cenizo.

Sorprendido, Katsuki giró su rostro en una fracción de segundo, y como una cuerda a punto de romperse, sus ojos se encontraron con los del contrario en un choque repentino, generando un estruendoso ruido metálico que solo ellos lograron percibir, en ese momento, el tiempo se detuvo para ambos chicos, uniendo sus miradas con tal intensidad que, inevitablemente, una sensación eléctrica viajó por la espalda de cada uno.

Izuku clavó su vista en aquellos ojos carmesí, aquellos ojos que permanecían grabados en su retina... aquellos ojos que...

"Despierta, idiota. Aún tenemos mucho por hacer."

"¿Que por dónde sales? No digas estupideces."

"Eres un maldito llorón, ¿Así quieres ser un estúpido héroe?."

Los pasos del peliverde cesaron abruptamente, confundiendo a todos los presentes. Como si se tratara de un balde de agua fría, pequeños fragmentos de aquél acontecimiento tan desgarrador comenzaron a llegar a su mente, de manera lenta, Izuku colocó ambas manos en su cabeza, recorriendo la misma con un ritmo similar, su suave cabello acariciaba la piel de sus manos, provocando una ligera sensación de cosquilleo en el dorso de la extremidad, ambas manos se detuvieron repentinamente a mitad de su cabeza, y sin pensarlo, apretó sus puños con fuerza, sintiendo la manera tan violenta en la que cada mechón era jalado por sí mismo. No podía hacer esto, no podía ver a Kacchan, mucho menos tenerlo cerca, sus ojos insistía en clavarse en el suelo, pero de alguna manera se sentía como una presa acorralada bajo la intensa mirada de un depredador, una presa que sería atacada al momento de desviar su atención, incluso juraría que era capaz de sentir los feroces colmillos de Kacchan clavarse sobre su cuello.

La penetrante mirada de Katsuki se encontraba puesta sobre la figura cohibida del pecoso, exigiendo una respuesta con la misma. No entendía por qué ese pequeño imbécil se había detenido sin razón alguna, ¿Qué carajo estaba pasando? Como si se tratara de un rayo, la respuesta llegó a su mente... Era válido que Deku no quisiera verlo ni en una maldita pintura después de toda la mierda que había sucedido durante las últimas semanas, había pasado muy poco tiempo desde que todo este desastre comenzó por lo que la herida de Deku aún estaba "fresca", así que, por ese lado era capaz de comprender la situación. Podía notar en sus ojos la enorme desesperación por salir de ese lugar, pero, ¿Por qué no había intentado huir con la misma desesperación en sus últimos encuentros? ¿Por qué ahora lucía tan afectado?... ¿Acaso.. esto significaba que la preocupación que había mostrado cuando estaba malherido no significaba una mierda? La inquietud comenzó a crecer en su pecho, quería ayudar a ese pequeño idiota y no aceptaría un no como respuesta.

Bakugo: Deku - Articuló en un murmullo apenas audible, aún afectado por el repentino freno del pecoso.

Su suave voz se adentró en el sistema auditivo del peliverde, recorriendo cada milímetro de su oído interno hasta ser descifrada. Sin ser completamente consciente, su respiración se tornó entrecortada y pesada, como si de alguna manera el aire de la habitación no fuera suficiente para llenar sus pulmones, una ardiente sensación de calor se instaló en su cuerpo, provocando una sudoración excesiva, y solo segundos después, su cuerpo comenzó a temblar.