The first date;Quackity

Seis: Como una flor marchita

⋆ Ciudad de México | Presente ⋆
ʚ Alexis pov ɞ

Bebí de mi cerveza recordando aquellos días en los que Sofía y yo solíamos ser cercanos. La sensación de mariposas en el estómago seguía sin desaparecer y aquella conexión que en su momento nos hizo amantes permanecía intacta, la quería, la amaba y la adoraba, pero entendía que a veces las cosas no salen como queremos.

—Deberíamos salir alguna vez—dije sin pensarlo—con todos los demás, ya sabes, revivir aquellos viejos tiempos.

—Me agradaría, en lugar de celebrar que se acabó el semestre, vamos a celebrar una noche sin hijos—dijo divertida ganándose una pequeña risa de mi parte, mientras procedía a beber un poco más—¿Podemos salir a la terraza?—pregunto.

—¿Estas estresada?—cuestione, pues ella había dejado el tabaco hace mucho tiempo y solo recurría a él cuando la cantidad de estrés o ansiedad acumulada por el trabajo era excesiva. Ella asintió y yo volví a preguntar—¿Qué pasó?

—Primero vamos a la terraza—pidió mientras se levantaba a buscar la cajetilla de cigarros que escondía arriba de la alacena desde tiempos inmemorables y ofreciéndome otra cerveza. Ella no llevaba ni la mitad de la suya puesto no era su bebida favorita en el mundo y termine aceptándola.

Me levanté de mi asiento para seguirla hacia aquel lugar donde solíamos salir a hablar después de un largo día de trabajo y ahora, después de tanto, se sentía un poco extraño repetir aquella costumbre que teníamos.

Nos sentamos en la mesita que habíamos adecuando apenas nos mudamos aquí y ella levantó el cenicero del suelo para ponerlo en el centro, cubrió el extremo de su cigarro para poder encenderlo con ayuda de su encendedor, el mismo encendedor con una calcomanía de Hello Kitty que se dedicaba a rellenar cada que el gas se terminaba.

—¿Ahora si ya me vas a contar?—le pregunté mientras pedía su encendedor para poder destapar mi botella. Ella aspiró un poco del humo de su cigarro y asintió extendiéndome aquel objeto.

—Tenemos que entregar la siguiente edición de la revista—suspiro—pero realmente hay algo que no me está cerrando, no sé si soy muy perfeccionista pero siento que ha sido de los peores trabajos que hemos hecho—negó.

—¿Y por que?—levante las cejas.

—No sé qué le sucede últimamente a Sebastián, siempre grabamos las entrevistas para subirlas al YouTube de la revista y es muy bueno, ¿Sabes?—volvió a darle una calada a su cigarro—hace las entrevistas amenas, preguntas justas y un contenido divertido—asentí—pero esta vez todo se ve serio y hasta llega a ser incómodo—pasó una mano por su rostro—Samy igual me entregó unos visuales muy muy fuera de lugar, han hecho estructuras bastante extrañas y no se como arreglar esta edición, deseche muchas ideas y pareciera que les dije "Háganlo peor"—solté una pequeña risa nasal.

—¿Y por que no les dices eso?—la miré de reojo—Eres su jefa.

—Pero son mis amigos—se justificó.

—Si, claro. Tus amigos fuera de la oficina Sofi, dentro de ella deben acatar tus órdenes aunque eso suene mal, si te están entregando una porquería diles que es una porquería—me encogí de hombros—Es lo que yo hago con Aldo y Osvaldo.

Ella soltó una risita.

—Dios, es que eso no es lo peor—me dio una mirada de agotamiento—luego llega este wey a media junta y me dice que quiere que intercambiemos ediciones, que quiere que su equipo traduzca nuestras entrevistas y todo el material de este mes y ellos a cambio nos dejan una edición suya para traducirla—rodó los ojos—Ni de pedo, ¿o sea está pendejo?—frunció el ceño y yo reí un poco.