Legend Quest: Volt

Capítulo II

─¿Has escuchado lo que dicen por ahí? Un chico dice que va a “liberar la nación” desafiandote a una carrera. Le llaman “el rayo de Inazuma”
─Ah, ¿sí? Quien osa blasfemar sobre mí es merecedor de un castigo ejemplar. ¿Acaso tiene una visión elemental? ─preguntó Shogun Raiden.
─No me consta ─contestó Yae Miko.
─Mandaré a alguien a por él y, como ha querido, nos veremos frente a frente.

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   Al día siguiente Sokudo se levantó temprano para entrenar como de costumbre. Cuando se disponía a dirigirse hacia la puerta alguien tocó imponentemente la puerta, su madre abrió mientras él observaba desde la habitación continua.

─Soy la general Kujou Sara del clan Tenryou. Vengo en nombre de la excelentísima Shogun Raiden en busca de Denki Sokudo ─dijo la general acompañada de 2 soldados.

   La madre de Sokudo se quedó impresionada al ver que los actos de su hijo al fin tendrá consecuencias. Todos los vecinos observaban la situación expectantes. Sokudo se dirigió decidido a la puerta.

─Soy yo ─dijo el chico.
─¡Sokudo! ¡No! Perdonad a mi hijo por favor, no es un mal chico, solo está confundido ─rogó su madre.
─Eso no me corresponde, señora Denki ─respondió Sara tajantemente ─Él tendrá que hacerse responsable de los actos revolucionarios que ha demostrado. Es algo inadmisible ─la general mira a Sokudo ─¿No te avergüenza tener esos comportamientos mientras tu padre trabaja duro para servir al país?
─Con todo el respeto, hago lo que creo justo y necesario. ¿No venías a buscarme? Vamos, se hace tarde ─contestó Sokudo de manera desafiante.

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─Excelentísima Shogun Raiden, aquí le traigo al buscado Denki Sokudo.
─Muchas gracias, general Kujou Sara ─aparta la vista de Sara para mirar a Sokudo ─Así que aquí tenemos al famoso “rayo de Inazuma”, ¿no es así? ─le preguntó desafiante al chico.
─Soy yo, y con orgullo.
─¿Y qué pretendes conseguir con eso?
─Que dejes la dictadura que estás imponiendo en Inazuma. La gente que se dedicaba a asuntos exteriores como el comercio se muere de hambre, y parece que eso a ti no te importa. No mereces ser arconte si no sabes cuidar a tu nación.
─¡Insolente! ¡No te atrevas a blasfemar a tu gobernadora de esa manera! ─contestó Sara ofendida.
─Tranquila Sara ─dijo Shogun Raiden ─¿Y cómo vas a conseguir que yo “deje la dictadura”? Soy lo mejor que le podría haber pasado a Inazuma. ¿Acaso quieres combatir?
─No, pero apuesto a que no podrás correr más rápido que yo.
─¿Quieres hacer una carrera? Empezaba a valorarte un poco más, parecías valiente, pero ahora me doy cuenta de que solo eres un inmaduro. Retírate antes de que me canse, tengo cosas más importantes que hacer.
─¿Tienes miedo? ─dijo el chico con un tono burlesco.
─¿Miedo? ¿De ti? Mejor cállate.
─Serás recordada como la arconte que se acobardó de hacer una carrera contra un humano.
─… Está bien, ¿y qué quieres si ganas?
─Abrirás de nuevo las fronteras y eliminarás la caza de visiones.
─¿Y si yo gano?
─Me iré de Inazuma.
─De eso nada. Si yo gano serás castigado a ojos del pueblo para que esto no vuelva a suceder.

   Aunque Sokudo se abrumó con la respuesta de la gobernante, no era nada que él no hubiera pensado ya que podría suceder. Dudó durante unos segundos pero aún quedaba una promesa por cumplir.

─Acepto.
─Muy bien, la carrera dará comienzo en la Ciudad de Inazuma, seguiremos por la llanura Byakko hasta el bosque Chinju. Rodearemos la montaña Yougou hasta la Aldea Konda pasando por Araumi. La carrera llegará a su fin en el puerto de Ritou, donde se hará tu ejecución pública ─dijo Shogun Raiden.
─Eso habrá que verlo ─contestó Sokudo.
─La carrera comenzará mañana al amanecer. Espero que no te arrepientas o quedarás en evidencia frente a toda la ciudad.
─Lo mismo digo.