Los demonios... Seres malignos que siempre se encuentra en la profundidad del infierno, esperando por todas aquellas almas pecadoras, que un día vivieron en el mundo terrenal..
Talvez Existan demonios que tengan tan solo una pisca de humanidad... Pero nadie eso lo sabia.
Ninguno de aquellos seres se le conoce alguna debilidad en particular, fuertes, poderosos, desafiantes y seguros de si mismo aquellos que no confian ni en su propia sombra ya que podría traicionarlos.
Pero tenían algo que siempre ocultaban ante todos y ese era su lazo de sangre cada demonio tenia su parte buena aquella que era como el Yin y el Yan la maldad siempre tendra a alguien que la elimine o controle para no volver a perjudicar.
Esto no ocurrio en el demonio mas joven de todos, aquel que nació por obra de dos grandes personas un demonio junto a un angel caido. Aquel pequeño ser nacio sin ningún lazo que lo atara algo que lo convertiría en el mas fuerte al no tener alguna debilidad ante nadie.
Años pasaron y nunca encontró a esa persona que lo atara como lo hacían los demás demonios, el vivía para conseguir y alimentarse de todas aquellas almas en pena que no querían seguir viviendo mas, tentándolos a todos a morir.
Hasta que un día la vio aquel pequeño ser que le había quitado la vida a su madre para poder aferrarse a este mundo nuevo para ella, el estaba ahí en su nacimiento llevando consigo a su madre a los caminos de la muerte como todo el mundo le conocía a el.
La vio crecer, sus primeros pasos, sus primeras palabras, su primer día a kinder cada minuto que pazo con ella hasta que un grave accidente llego.
Aquel joven demonio quería salvarla pero no lo logro, su familia se habia dado cuenta que el empezaba a crear sentimiento por una humana y eso en el infierno estaba extremadamente prohibido.
Ese día el Rey de los demonios su padre la mato, tomando aquella pequeña vida que salio de aquel cuerpo indefenso que no podía moverse, victima de un fatal accidente.
Conoció el llanto... Sus lagrimas desbordarse de sus ojos mojando sus mejillas, aquel dolor profundo que sentia su pecho. Ahora entendió, el dolor de los humanos cuando un ser querido se les era quitado.
¡El la amaba!
En ese momento, vio como aquella chica era llevada por los ángeles hasta el cielo, sabia que ella estaria en un lugar mejor.
Abriendo sus grandes alas, cambiando el tono de sus ojos a unos rojo sangre, su unica debilidad aquella por la cual era capaz de dejar su vida en el infierno y crear una nueva en la tierra.
Murio...
Aquel demonio solo tenia sed de una sola cosa.
¡Venganza!
Los siglos fueron pasando y Nadie sabia el oscuro secreto de el...
Su poder habia crecido, doblegando ante sus pies a cualquier demonio... Todos le aclamaban como la... Muerte.
Y el Rey Demonio -Satanás- se enorgullecia.
Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin.
El timbre sono dando por finalizada las clases, los chicos salian bostezando y riendo esta clase era la mas aburrida de todas.
- Recuerden... Siguiente clase continuación del cuento- hablo la profesora Kurenai guardando sus cosas.
- Profesora Kurenai podría prestarme el libro, quisiera saber la continuación de la historia - dando una pequeña reverencia a su superior
- Hina chan esa es la tarea para la próxima clase pero se que no descansarás hasta que te preste el libro... Lo are pero que sea un secreto - guiñándole el ojo extendiéndole el libro que tanto ansiaba su estudiante favorita.