Just A Game // Finn Wolfhard. [✔️]

12

Ambos nos giramos a ver a Emily qué me estaba llamando con su mano mientras sonreía lo que hizo mi sangre hervir, ¿Cómo me pudo interrumpir el momento?

Tensé la mandíbula por eso, pudo ser en cualquier otro momento pero no cuando estaba por besarme con Finn, no era momento y me había puesto de mal humor.

—¿No vas a ir? —preguntó Finn y me crucé de brazos mirando a Emily—. ¿Te enojaste? —preguntó sonriendo llevando una mano a mi mentón haciéndome mirarlo y me encogí de hombros—. En algún momento Cass.

—Yo quería que fuera este —murmuré bajando la mirada y después lo miré cuando dejó un beso en mi frente.

—Solo esperemos, ¿Sí? —Asentí suspirando pesadamente y después sacudí la cabeza—. Y devuelveme la sudadera.

—No, es mía —respondí mirándolo mientras levantaba las cejas y él me apretó las mejillas para después alejarse porque sabía que no me gustaba.

—Nos vemos al rato Cass —Sonrió para después irse dejándome cruzada de brazos en media cubierta.

—¿Qué carajo pasó? Estuvieron a esto de besarse —habló Emily llegando a mi lado tomándome del brazo y la miré mal.

—Y tú nos interrumpiste —acusé y ella abrió la boca por eso—. Me vuelves a ver en una situación de esas y no me interrumpes, porque si lo haces te tiró del barco.

—No, esperate —habló ella y me crucé de brazos nuevamente. Emily abrió los ojos al darse cuenta—. Te enamoraste otra vez, Cass cómo es que...

—No sé, solo paso —respondí y después tomé aire—. Y se siente tan bonito, de verdad.

—¿Estás segura de quererte arriesgar con él? —preguntó con preocupación y asentí.

—De eso se trata el amor, de arriesgarte a estar con esa persona —respondí y Emily separó los labios por mi respuesta.

—Ya te perdimos —aseguró pasándose una mano por los ojos y después sacudió las manos—. Si te hace otra bajeza lo dejo sin hijos, ya te advertí.

—De acuerdo —Asentí mientras reía—. ¿Vamos a jugar bolos?

—Vamos —Me tomó de la muñeca jalandome hacía el salón mientras reía.

Al llegar al salón nos pusimos los zapatos y después tomamos la bola para empezar a jugar.

—¿Por qué se te resbala? —preguntó ella entre risas al ver que la bola salió disparada de mis dedos con solo mover un poco la mano.

—Porque mis dedos son muy delgados —respondí estirando la mano haciéndola reír—. Al menos no tiro con las dos manos como Jack.

—Eso sí —concedió ella tomando la bola para lanzará logrando derribar la mayoría—. Te toca.