Just A Game // Finn Wolfhard. [✔️]

20

Pasaron unos cuantos días en los que terminé de empacar todas mis cosas para irme de la casa.

El día en el que me mude Finn y mi papá me ayudaron a llevar mis cosas porque aun no me quitaban el yeso y ninguno de los dos quería que yo hiciera tanto esfuerzo.

Claro que adaptarme a vivir sola fue difícil, y más considerando que la casa se sentía vacía.

Mi mamá me ayudó un poco a decorar y era obvio que iba a necesitar comprar muebles. Mi habitación quedó casi igual a la de mi antigua casa solo que más espaciosa porque era la principal.

—Se ve vacía —habló Finn sentado en el mesón de la cocina y asentí—. ¿Ya sabes como decorarla?

—Necesito comprar muebles para la sala, un televisor y obviamente más cosas pero se me está acabando el dinero —respondí pasándome una mano por la cara—. Tengo el dinero justo para comprar pintura.

—Sí, no nos ha vuelto a llegar nada por la canción —Asentí porque las emisoras nos pagaban y Waves of Love tuvo una recepción y lucró mucho—. ¿Deberíamos subir otra?

—No sabría, no he terminado la otra —respondí sacudiendo la cabeza.

—No necesariamente esa, una que ya esté escrita —propuso y apreté los labios, era una buena opción.

—Voy a ver opciones y te digo, ¿Sí? —Asintió lentamente para después juntar sus labios con los míos haciéndome sonreír.

Sentí una de sus manos en mi cuello haciéndome levantar la cabeza para poder profundizar el beso en lo que yo llevaba una de mis manos a su espalda.

—¿Vamos a que te quiten eso? —preguntó separándose del beso y asentí—. Te llevo.

Ambos salimos de la casa y después subimos al auto para ir al hospital y que me quitaran el yeso porque no soportaba un día más con eso en el brazo.

Al llegar nos atendieron como una hora después pero fue bastante rápido el que me lo quitaran. Sonreí al ver mi brazo sin el yeso aunque sí tenía una cicatriz en el hombro no muy grande.

Ambos nos fuimos del hospital mientras yo me miraba el brazo una y otra vez, que bien se sentía no tenerlo inmovilizado y con comezón.

—Sanó bien —aseguró Finn pasando una mano por mi brazo y asentí—. Y la cicatriz casi no se nota.

—Tienes razón —Sonreí para después abrazarlo por la cintura sin dejar de caminar.

—¿Me acompañas a comprarle comida a Poppy? —Asentí mientras ambos nos subíamos al auto y Finn arrancó.

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Durante la noche estaba sola en la casa ya que Finn tenía un compromiso familiar. Así que estaba en mi habitación mientras comía pizza y veía ideas en mi computadora para decorar la casa.