Las aventuras futanari de Nami -traduccion-

Capítulo 31: Ojo Vidente - Viola

Desde el punto de vista de Nami

"Sí, Rebecca, así es." gemí mientras la sexy chica chupaba mi grueso pene.

"Hmmm..." murmuró mientras succionaba.

"Voy a correrme otra vez." advertí. "Prepárate."

Rebecca y yo habíamos estado follando intermitentemente durante la última hora más o menos. Ella se lo pasaba genial cabalgándome y yo disfrutaba cuando ella metía su pene en mí.

"Oh... Oh... ¡Aquí viene!" gemí.

"¡AHHHH!" Sentí mi pene estremecerse y empezar a bombear una carga caliente en la cálida boca de Rebecca.

*Trago* "Tan salado." gruñó Rebecca.

"¿Estás lista para otra ronda?" pregunté, sintiendo mis pechos moverse mientras me ajustaba en el asiento.

Rebecca estaba a punto de responder, pero se detuvo cuando oímos un ruido. Parecía el clic-clac de tacones altos.

"He estado observando con mis ojos..." dijo una voz.

"¡Tía Viola!"

Una mujer alta y curvilínea con largo cabello negro y piel bronceada se acercó. Llevaba un vestido ajustado y tenía una flor en el cabello.

¿Tía?

"Vi lo que ustedes dos hicieron." dijo Viola. "Pensé que eso era solo para nosotras."

"Ummm..."

"Y parece que has crecido un poco." La mujer se relamió los labios. "Nada mal, te estás convirtiendo en una verdadera mujer."

"¿Cuál es tu nombre?"

"Soy Nami."

"Nami..." la mujer sonrió. "¿Sabías que llaman a Dressrosa un país de amor y pasión...?"

"¿Hmm?"

"Y estoy llena de amor y pasión."

"¿En serio?" sonreí.

"Recuerdo cuando Rebecca era más joven, aunque trabajaba en el palacio, me escabullí aquí para enseñarle sobre su cuerpo..."

"Tía..."

"Se siente como si hubiera sido ayer..."

Desde el punto de vista de Viola

Hace unos años.

"Mucho gusto, Rebecca, puedes llamarme Viola."

"Pensé que tu nombre era Violet, trabajas con Doflamingo."

"Hmmm... sobre eso."

Le conté la verdad sobre por qué trabajaba de la manera en que lo hacía.

"Recuerdo cuando eras un bebé, conozco tu secreto, Rebecca." sonreí.

"¿Sabes sobre...?"

"Tu pene, sí." sonreí. "Estás en esa edad, ¿te está causando problemas?"

"Bueno..."

"Aunque aún eres joven, tu pecho se está desarrollando a un ritmo asombroso. Apenas tienes catorce años y ya tienes al menos una talla D."

La joven se sonrojó.

"¿Abajo está creciendo igual de rápido?" pregunté. "Está bien, puedes mostrármelo."

La chica nerviosamente se bajó los pantalones.

"Vaya, vaya... es bastante grande." sonreí.

"Se pone duro con frecuencia... duele porque se pone muy duro."