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—El es Evans, será tu tutor.

Un Alfa bastante joven de traje muy formal ya estaba delante de mi.

—No me mires de esa manera Emanet, por supuesto que hice caso a tus palabras y he traído una persona que te ayudara con tu entrenamiento. No solo eres el sucesor, si no que tampoco eres un ser humano cualquiera que debe aprender a cuidarse, yo no estaré para ti siempre. Asi que esta es la mejor solución. Lo había pensado cuando sucedió lo de Diabla pero ya que lo sugeriste..—Sonrio con autosuficiencia. —Evans alguna vez pertencio a la marina hasta que entro como nuevo recluta en la organización.—El alfa se inclino ante mi.

—Te enseñara todo lo que debes saber. Por favor se amable.

Sonrei a medias hasta que el nombrado Evans tomo mi mano y la beso.

Estaba entre asqueado y anonadado.

Pensé que me llevarían a la sede de entrenamiento en Rusia, no que Claus me traería un nuevo guarda.

—¿Por qué no me enviaste a Rusia? Te pedi entrenamiento no una niñera.

—Evans por favor discúlpame un momento.

Claus gruño entre dientes antes de sacarme de la habitación con un agarre solido.

—¿Qué diablos sucede contigo?—grito. —¿Sabes que acabas de dejarme en ridiculo niño estupido?

—Ya te lo dije, quiero ser el mejor y no voy a conseguirlo con tus ideas de un cuidador para mi.

—El no será tu cuidador. Vendra cada dia a asegurarse de que te conviertas en el mejor de todos como querias ¿te quedo claro?— Volvio a arrastrarme del brazo. —Ahora volveras y te comportaras ¿Estamos?

Asentí.

—Buen chico.—Susurro en mi oído antes de empujarme puertas afuera.

El alfa estaba de espaldas a mi.

Miraba los cuadros colgados en la habitación con bastante atención.

—Disculpa a este niño imprudente.— Claus se disculpo.

—No se preocupe.

Senti un golpe de Claus a mi lado.

—Como comprendera mi hermano no suele estar aquí mucho, es un hombre ocupado al igual que yo. Pero Emanet con gusto le mostrara la mansión. ¿No es asi?

Lo fulmine. —Asi es, sígame por aquí.

Claus volvió a su sonrisa soncarrona y emprendi camino con el Alfa detrás de mi.

¿La bestia sabra que ahora tiene un desconocido mas por su mansión? No creo que su querido hermano se lo hubiese comentado.

Tal vez lo sabe y no le importa. Como siempre.







No es que a Dralva no le importara.

Era porque estaba muy ocupado embistiendo a la mujer debajo de el, que no estaba enterado de las cosas que estaban sucediendo en su mansión.

—¿Bueno?— Hablo por el teléfono mientras sus caderas seguían el mismo patron.

La habitación llena de feromonas mas que de costumbre. No era tan promiscuo como para dejar que eso sucediera.

Esas eran señales de que su rut estaba por llegar.

—¿Dralva? Te hablo porque necesito comentarte algo importante ¿Tienes tiempo?

—Habla rápido.

Claus era ajeno a lo que sucedia pero tampoco es como si pudiera entrometerse en su vida.

| VINO DELICTUM | © BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora