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Corría tan lejos como podía.

Los sentimientos a flor de piel y ese disgusto tan grande en mi interior estaban acabándome.

¿Por qué me sentía de esa manera? ¿Qué es lo que pasaba por mi cabeza cuando esa mujer llego y porque me disgusta tanto?

—Emanet ¿estas bien? —Mi brazo fue tomado para detenerme.

Evans y su rostro confundido trataban de saber que me paso.

—No lo se.—articule como pude.—Y-yo, no lo se.

Mis feromonas estaban en desastre eso era obvio.

—Alejate, no quiero hacerte daño.

—Emanet dime que sucedió ahí adentro. ¿Cómo puedo ayudarte?

—Tu no puedes ayudarme, ni siquiera yo entiendo que me sucede.—sonreí falsamente cuando mi respiración se calmo. —Nadie puede hacerlo. Ahora déjame, no me siento bien y no quiero hacerte daño.

—Si puedo ayudarte solo llámame ¿esta bien?

—Gracias.

Como pude y con las fuerzas que me quedaban es que me aleje de Evans para ir directo a mi habitación.

De la nada llegaban los recuerdos de ese dia, donde fui rescatado por manos insensatas y crueles. Las mismas manos que seguramente quisieron dañarme muchas veces.

Era la sensación de protección lo que sentí ese dia, un extraño recuerdo de sus ojos dorados viéndome fijamente se volvían cada vez mas claro, sabia que me salvo, sabia exactamente que me sostuve de el para salir del abismo y eso es todo.

No hay mas, pero mi mente sigue volviendo a ese momento como si de la canción favorita se tratara, la mas sonada. La del momento.

Si quería volver a ese momento debía intentar evocarlo de nuevo.

Con rapidez me deslice por el armario en busca de la ropa que llevaba ese dia, ropa que ya estaba debidamente doblada y sin ningún rastro de suciedad, mas sin embargo con acercarla lo suficiente a a mi rostro podía percibir el aroma de la fragancia. No era vino ni café, era un olor distinto.

Seguí llenándome de el olor para probar si los recuerdos volverían mas nítidos pero eso no funciono, falta una pieza a este rompecabezas.

—Emanet ¿Puedo pasar?—Los golpes de Claus en la puerta.

Guarde rápido todo el desastre que había hecho.

—¿Qué quieres?

Con nerviosismo tome el pomo de la puerta.

—Necesitamos hablar. Por favor abre.

—Si buscas que me disculpe con esa mujer no lo voy a hacer.

"Es que la odio y desconozco el motivo." Quería agregar.

—No es sobre Georgina. —Silencio.—Bueno si es sobre ella pero no voy a pedirte tal cosa.

—Entra.

Me miro con curiosidad y sin decir nada se sento en mi cama.

—¿Por qué no te gusta Georgina?—Se cruzo de brazos.

—Yo nunca dije que no me gustara, olvide tomar mis medicinas y mis feromonas se salieron de control es todo.

—Eso era un ataque de pánico que no es producido por tus feromonas, no puedes negarlo, pero voy a pasarlo solo por que veo que ya estas mejor. Me preocupaste enserio.—corrigió.—Nos preocupaste,

Rei.—¿a ti y a quien mas? Esa mujer no me conoce, deja de ser dramático.

—No estoy hablando de ella, hablo de mi y de Dralva. Casualmente esta mas flexible, algo raro de el. Pero debe ser por la influencia de Georgina, asi que quiero que la trates bien por los días que ella se quede en esta mansión. Se que puedes hacerlo ¿Emanet me estas escuchando?

| VINO DELICTUM | © BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora