𑂘𑂘ㅤׄ ✨ㅤ۪ 𝐋𝖨𝖬𝖨𝖳𝖤 𝐃𝐄 𝐀𝖬☆𝖱 / 𝐊𝗎𝗆𝖺.

𝗢𝖭𝖤: 𝗔 𝘀𝘁𝗿𝗮𝗻𝗀𝖾𝗋.

¿𝖰𝗎𝖾 𝖾𝗌 𝖾𝗌𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗁𝖺𝗒 𝗊𝗎𝖾 𝗁𝖺𝖼𝖾𝗋 p𝖺𝗋𝖺 𝖾𝗌𝗍𝖺𝗋 𝖻𝗂𝖾𝗇? Q𝗎𝗂é𝗇 𝗌𝖺𝖻𝖾...

                          ❀. 𖹭ׅㅤׄ𑄹ㅤׅ𝅚𝅛ㅤ𝐋ꪱꭑꪱե𝖾 𝖽𝖾 𝐀ꭑᦅ𝗋.ㅤׄᗀㅤׅᲹㅤׄ᭪

La facultad de artes escénicas estaba llena de varias chicas y chicos talentosos. A pesar de lo estrictos que podían llegar a ser las personas encargadas de su educación. Era para bien.

Koga Yudai, un chico japonés de tan solo 20 años, con bastante experiencia en su estudio, sintiéndose cada vez más experto y feliz con lo que lograba cada día. Centrandose más en su satisfacción y felicidad. Estar interesado en el estudio de vez en cuando, ciertos proyectos le ayudaban a esté chico a mantenerse estable y recíproco con su felicidad y lo que lograba por si solo en la facultad.

Aunque su felicidad interna no trataba de su estudió y lo que lograría con eso, si no de su familia, –o lo que quedaba de ella-, afortunadamente tenía un hermano igual o más aplicado que él hacía el estudio, manteniendo feliz a su padre la mayoría del tiempo por los elogios que les daban en la facultad y en la preparatoria.

Riki a sus 16 años logró demasiadas cosas, diplomas, reconocimientos, buenas notas. Era un niño ejemplar, ¿Lo malo se podía esperar de él? Jamás. Riki estaba maravillado y fascinado con su hermano mayor, su amor entre hermanos era hermosamente recíproco y estable, lo que lograba que los dos estuvieran felices. 

Pero no eran los únicos hijos en la familia.

Había alguien más.

Sana, su hermana presenté pero ausente. Ella estudiaba en Japón, a cuidados de su madre -si se podía llamar así-, era una buena ejemplar como sus otros 2 hermanos, sin embargo, no llegaba a destacar tanto como lo hacían ellos. Sana mantenía estabilidad con sus calificaciones a pesar de que no le importaban y no se le dificultaba ser perfecta -para su madre-.

A pesar de eso, Riki y Yudai vivían felices con su padre, no obstante, nunca sintieron que les faltará el amor de una madre, a pesar de haberlos cegado de ese privilegio cuando ya tenían conocimiento sobre ello. 

Al igual que ellos, Sana nunca lidió con el dolor de no vivir sin un padre, pero a diferencia de Yudai y Riki, la encargada de la felicidad y la moral de la menor se convirtió en algo bastante diferente a lo que eran sus hermanos

Una mente llena de odio y rencor hizo que Sana nunca hubiera sentido pena, empatía, cariño o amor por su padre.

No lo amaba. O al menos eso decía.

                          ❀. 𖹭ׅㅤׄ𑄹ㅤׅ𝅚𝅛ㅤ𝐋ꪱꭑꪱե𝖾 𝖽𝖾 𝐀ꭑᦅ𝗋.ㅤׄᗀㅤׅᲹㅤׄ᭪

— ¡Yudai! —una voz familiar se escuchó en la puerta de la habitación del nombrado—.

— Papá... Faltan 1 hora y medía para entrar a la universidad... —gruñó el nombrado aún somnoliento tallando sus ojos—.

— Se me olvidó que tú tienes la realidad alterada, son las 5:45 y tú entras a las 6 en punto —.

— ¿¡5:45!? ¡Papá! ¿Por qué no me dijiste nada? —renegó y se levantó inmediatamente de su nido—

— en verdad te perdí... —aclaró— ¿Viste qué hora es? —preguntó sin importar que su niño se enojara con él después. Miró el reloj que tenía el menor en su techo aguantando la risa que estaba amenazando con salir de su boca—.