Dos

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    2. El gran dia

Lisa se mantuvo hasta tarde trabajando en casa, no por el trabajo que tenía acumulado  o por lo que intentaba avanzar, simplemente la castaña no dejaba de pensar en que la omega, de qué Rosé, su dulce y tierna amiga, la omega con la que tanto había fantaseado quisiera de ella un cachorro, el simple hecho de pensar en un cachorro con su cabello oscuro y las facciones de Rosé, su miembro desperto con desesperación provocando un gruñido de la alfa, 2:39am marcaba el reloj, terminó su trabajo y se fue a la cama, cuando abrió los ojos el reloj marcaban las 5:41am, apenas unas horas de sueño, miraba el techo pensando en Rosé, conociéndola, estaría dormida, se levanto a la trotadora y comenzó a ejercitarse, cuando terminó entro a la ducha, pero su mente continuaba vagando en Rosé, finalmente volvió a la realidad cuando su movil sonó con una llamada de la omega y con una sonrisa le respondió.

-Hola Rosie.-Lisa sonó con una voz ronca, estaba ansiosa porque Rosé le dijera que la estaba esperando.

-Hola Lily, espero no haberte despertado.-La alfa vio la hora, 10:30, mas de cinco horas llevaba despierta.

-No Rosie, no te apures, ¿a que hora quieres que, vaya?-Pregunto Lisa aclarando su voz.

-Yo he desayunado y he preparado, todo lo que podríamos, necesitar.-Rosé habló nerviosa.
-Lisa, si no quieres, no tienes que...

-Rosé, ¿ahora te arrepientes?- El tono que uso Lisa para hablar sonaba seguro y burlón, y comenzó a caminar al auto, lista para ir por la omega.

-No, no, yo no, no me he arrepentido, solo no quiero que te sientas obligada.-Respondió la pequeña rubia.

-Esta bien Rosie, llego en unos minutos, ¿llevo algo?-Pregunto la alfa.

-No, tenemos todo aquí.-Lisa sonrío y ambas terminaron la llamada.

Rosé estaba en su closet, ¿lencería sexy o su lencería de siempre, un vestido o ropa casual? Estaba por tener sexo con Lalisa Manoban, la alfa mas sensual, mas atractiva, su mejor amiga, no quería que su amiga se sintiera seducida de otra manera que no fuese, ¿clínica? Decidida, eligió un vestido sencillo, pero eligió su lencería mas sensual, aunque era color azul cielo, era de encaje, y se transparentaba, quizás, Lisa ni siquiera la notaria, eran mejores amigas, sabía que solo sería instintivo, y solo lo haría para ayudarla, la rubia cepillaba su cabello, ordenando su ondulados que se formaban perfectamente aun después de bañarse, Lisa llamo a la puerta y Rosé exhalaba nerviosa, abrió la puerta intentando verse tranquila.

-Hola Rosie.-Lisa se inclinó para besar la mejilla de la rubia, que sonrojada recibió el beso.

-Hola Lily.-Respondió Rosé orgullosa de que no le temblara la voz, pero la alfa si de algo estaba orgullosa, era de conocer a la rubia, Lisa tomo la mano de la omega para tranquilizarla, en respuesta sonrió, y sabía había ayudado el intento de consuelo.

-¿Tu habitación?-Pregunto Lisa con una mezcla de ansias, y nervios, Rosé se limitó a asentir, las ansias por su celo parecían despertar el celo de Lisa y eso a la alfa no le molesta, ni a la omega, ambas lo querían y necesitaban, ninguna lo admitiría, pero ambas se necesitaban con desesperación y no solo por el celo.
-Si quieres parar, lo haré, no importa que.-Lisa hablo casi en un susurro, y Rosé asintió antes de hablar.

-Te elegí porque confío en ti, y lo mismo para ti, si no quieres, me las arreglare.-Las pupilas de Lisa eran prácticamente negras ahora, ya no había destello del color cafe casi miel de la alfa, ahora parecía dominada por sus instintos.

-Créeme que no querré parar.-Lisa sin pensar tomo los labios de la omega, lograron encontrar un ritmo rápidamente, la cabeza de ambas, intentaban  mantenerse conscientes del objetivo que tenían, solo lo hacían por un cachorro para la omega, Rosé tenía claros sus sentimientos por Lisa, la amaba y sabía que era la única alfa que podría aceptar como su alfa, a la única alfa a la que se sujetaría y de la única de la que aceptaría una marca, pero tener un cachorro, sería algo que amaría y le recordaría a Lisa siempre; Lisa por su lado, solo quería a esa omega para ella, quería que estuviera con ella; sus instintos primitivos brotaron, depositó a la rubia en la cama y comenzó a desnudarse, Rosé tímidamente hizo lo mismo, cuando vio la lencería de la rubia, estaba segura que sus bolas explotarían si no entraba en la omega, "mía, Rosé mía" de inmediato detuvo esos pensamientos, sabía qué Rosé no quería a ningún alfa con ella, había una sola cosa que quería, su semilla, y eso haría le daría a la omega un cachorro, si Rosé se lo pidiera, le daría una camada entera.

-Lisa, por favor.-Rogó la omega al sentir la cabeza del miembro de la alfa en su entrada, ambas estaban listas para el momento, y ansiosas, su cuerpos deseosos y mas dominados por el instinto, se unieron, entre jadeos, y las estocadas de la alfa, cuando sintió su nudo formándose, llego a lo mas profundo de la rubia, el aroma y los gemidos de su mejor amiga, despertaban sus ansias por marcarla, por que el mundo se enterara que el cachorro que se formaría en ella seria suyo al igual que la omega, dejo leves mordidas, algunos moretones que se borrarían en unas horas o unos días, Rosé se encontró ansiosa, quería recibir esa mordida, estaba por pedirla  cuando los chorros de la venida de Lisa comenzaron a bombear, el nudo de la alfa impidió que salieran, y un grito fuerte se escucho por la casa, el orgasmo de la rubia que la estaba desgarrando.

El cachorro de la omega (Chaelisa gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora