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જ⁀➴

Castillo de Chapultepec
CDMX
2021

Nuestra llegada al Castillo se vio interrumpida por un mar de cabezas de diferentes tonalidades de cabello. Al parecer había llegado la, no muy novedosa, noticia de que Julián regresaba de su retiro en Argentina, como a ellos les gustaba llamarle.

— ¿Tú suéter era de ese color o se puso gris cuando te tiraron al suelo?

Julián caminaba apresuradamente por los pasillos, los cuales conocía como la palma de su mano. Los lentes negros que había rehusado a quitarse desde que ambos salimos del restaurante ahora estaban sobre su cabeza, acomodados entre sus rizos dorados. Ignoraba, como había aprendido hace años, la obvia falta de tacto que empleaba Nicolás al hacer sus preguntas.

— Cállate Nico — Alex atinó a decir, pese a que toda su atención estaba en abrir la envoltura del alfajor que tenía en manos.

— ¿Te hicieron morder el polvo los nuevos escoltas? — Ahora es el turno de Anastasia de preguntar de manera burlesca.

— Si, yo también los extrañé — Julián dijo, derrotado. Tratando de dar por zanjado el tema de conversación.

Ambos doblamos hacia la derecha, tratando de dejar atrás la horda enardecida que nos seguía.

— ¿Por qué estás lleno de polvo? — Fue lo primero que Vicente le dijo cuando se nos unió en uno de los pasillos.

— Carlota te supliqué que no les contaras lo que ocurrió — Julián dijo desesperado, parando en seco mientras volteaba a verme con hartazgo.

— ¡Yo no fui! No los he visto desde la mañana.

—¿Por qué regresaste tan rápido de Argentina? — Nico insistió — ¿Terminaste tan rápido tu diplomado?

— Papá dijo que era una maestría — Alex añadió distraídamente.

Nicolás chocó abruptamente contra la espalda de Julián — ¿Por qué paramos? — Preguntó desconcertado, con la boca llena de alfajor, limpiando las migajas que había dejado regadas en la espalda de Julián.

— Sí, ¿a dónde iban? — Preguntó Vicente, notando que todos tenían dulces menos él. Anastasia, que estaba a su lado, sacó un alfajor extra de su bolsillo y se lo dio en la mano.

— Pensaba ir a los Gobelinos pero creo que ahora necesito ir al fumador — Julián admitió, exhausto.

— ¿Por qué no van a ayudar a Beto a bajar las cajas llenas de dulces? — Interrumpí rápidamente. Ninguno de los cuatro parecía convencido — Les sugiero que guarden las cajas donde siempre, antes de que mamá decida cambiar el escondite — Dije mirando a Nicolás, que comprendió enseguida a lo que me refería — Terminando de bajar las cajas pueden agarrar unos cuantos dulces más como compensación.

Todos asintieron, satisfechos, antes de salir corriendo en dirección al auto.

— ¡No olviden compartir los dulces! — Les recordé a medida que los cuatro corrían hacia el auto — ¡Y no corran!

Noté como las dos nuevas niñeras caminaban rápidamente detrás de mis hermanos. Ambas con semblantes severos.

— ¿Ellas son las famosas niñeras? — Preguntó Julián con bastante intriga. Yo simplemente asentí. — Son un poco...

— ¿Intimidantes? — Dije regresando mi vista a él.

— Terroríficas — Admitió el. — Además, ¿tenían que ser...británicas? — Preguntó ligeramente ofendido.

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⏰ Última actualización: Sep 02 ⏰

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