Capitulo 4

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En el resto del día estuviste analizándolo, o bueno, más bien haciendo teorías de todo lo que podía ser capaz, pero ahora ya sabías que él hablaba! Y que comía humanos...eso no era importante, sin duda, ¡él hablaba!

La mujer encargada de todo este tema de los animales marinos y eso al finalizar el horario fue a donde estabas tú, en el acuario, al llegar abrió la puerta viéndote a ti, sentada y terminando de comer tú almuerzo, y, como siempre, también al tritón quien al verla se fue a esconder rápido.

—¡Ey! Que onda. —camino hacia ti. —Veo que el tritón ya te tomó confianza.—suspiro poniendo sus manos en su cadera.

—¿Que? ¿Por que lo dice?—preguntaste volteando a ver por unos breves segundos al acuario notando que ya no estaba. —¿Que? Pero si estaba ahí...

—Por eso lo digo, en cuanto me vio entrar se fue corriendo a esconderse, y todo este tiempo, estuvo ahí, cerca de ti pero sin mirarte.

—Ah, es cierto. —rascaste tu nuca. —Tengo mis encantos, supongo.

—Bueno....—se fue a sentar en la otra silla que estaba frente a la tuya. —¿Que has investigado? ¿Si habla?

—Hablando de eso...—volteaste al acuario nuevamente, te quedaste callada, ¿y si le decías que en realidad si hablaba, que pasaría?

Muy probablemente quieran hacerle daño o algo parecido para que conteste sus preguntas, como por ejemplo donde está su demás especie, o entre otras.

Te quedaste callada un más, pensando en una respuesta decente, aunque al parecer la mayor se estaba desesperando.

—Etsuko, ¿habla o no ese idiota? —chasqueó los dedos cerca de ti sacándote de tus pensamientos.

—No, no habla....—mentiste, mirándola fijamente, si en algo eras buena era en la actuación, así que solo tocaba esperar a que te crea. —Intente sobornarlo con el pescado que compre pero nada, aunque, al parecer si entiende lo que digo.

—Eso ya lo sabíamos, sabíamos que entendía nuestro lenguaje. —se levantó repentinamente, se veía muy frustrada...esta puso una mano en su frente antes de caminar hacia el acuario, deteniéndose Justo en frente de este. —Este tritón me va a volver loca y a todos.

Te levantaste y te detuviste cuando estabas al lado de ella, también te le quedaste viendo al acuario, viendo las rocas, algas, etc.

—¿Estas segura de que no habla?

—Quizás sólo puede gruñir...—te encogiste de hombros. —O tiene un lenguaje del cual desconocemos.

—De que puede decir algo, puede, por que cuando lo torturamos soltaba gritos de dolor...—esas palabras no pudieron evitar que recordaras aquel momento, y al hacerlo solo un escalofrío te recorrió la espalda. —Si es que tiene otro lenguaje, vamos a tener que decirle lo que queremos con señas, él entenderá...y si no lo hace...lo-

—Si, ya entendí señora. —la interrumpiste, a decir verdad no querías escucharla decir lo que estaba a punto.. —Lo siento, me altere, pero, ya entendí....

Esta solo te miró, aún con sus manos en su cadera, y después solo volvió a suspirar una vez más, se dio la vuelta empezando a caminar hacia la puerta de salida.

—Yo ya me voy, guarda todo y vete también. —eso dijo antes de salir y cerrar la puerta.

En cuanto hizo eso, volteaste a ver al acuario notando que no había pasado ni siquiera un minuto cuando salió y Yoriichi se dejó ver, salió de la gran roca en la que se había ocultado y nado con suavidad hacia el vidrio, donde apoyó sus manos en este viéndote fijamente.

Experimento acuático | Yoriichi Tsugikuni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora