—Bueno, ya es hora de que te vayas, mañana vuelve, ¿está bien?
—Claro...
Sin mirarla, me dirigí al futón donde había dejado mis cosas, las tomé y volví a caminar hacia la salida.
[NARRA ESCRITORA]
Esa misma silueta te veía salir, si, aquella criatura te veía fijamente alejarte, no era para nada tonta, sabía en lo que estaba atrapado y que básicamente te ibas, ahora, le tocaba pasar la noche solo, pues, su especie estaba acostumbrada a dormir en pequeñas rocas, y bueno, las rocas del acuario no servían para nada.
Tendrá que prepararse a una noche oscura y sin compañía.
En cambio tú, saliste del laboratorio, te quedaste observando por unos segundos lo inmenso que era y por cierto hermoso, sonreíste de una manera cálida sin que te dieras cuenta. El hecho que ahora tomarías un papel importante en este sorprendente y grande lugar te hacía sentirte irreal.
— ¡Etsuko! ¡Ya vámonos! —te grito tu profesor, volteaste y corriste hacia el autobús, el cual los llevo ahí, ahora iba a dejarlos a cada uno en su casa.
Te sentaste en el único asiento que quedaba libre, pusiste tus cosas a un lado y apoyaste tu cabeza en la ventana, comenzando a apreciar la vista en cuanto el vehículo empezó a acelerar.
[••••]
Le hiciste una leve reverencia al autobús después de haberte dejado en tu casa, de forma obvia tú te bajaste.
En cuanto el vehículo desapareció de tu vista, te diste la vuelta caminando hacia tu hogar, estabas preocupada por tu abuelo, había estado solo todo el día! Bueno, sin ti, ya que tú tía acepto en ayudarlo todos los días mientras tú trabajabas.
Sacaste las llaves de tu casa de uno de los bolsillos de tú pantalón y abriste la puerta, estaban ya todas las luces apagadas, entraste después de cerrar nuevamente la entrada, y caminaste por el pasillo dirigiéndote hacia la habitación donde dormía tu abuelo.
— <<Que alivio...sigue durmiendo..>> —pensaste al asomarte a la habitación, y ver a tu queridísimo abuelo durmiendo.
Aún recuerdas la ves que entraste y él pensó que eras un ladrón, debido a eso te terminó pegando con la escoba, aunque no fue tan grave y fuerte afortunadamente.
Te fuiste a tu cuarto, donde te dejaste caer en la cama sumamente cansada, hoy había sido un día muy alegre para ti, pero a la vez cansada, te prometías a ti misma mejorar para que te lograran aceptar en el laboratorio.
[••••]
—Hija mía...no me contaste nada de lo que pasó ayer. —te dijo tu abuelo, mientras le servías en una taza el café que siempre tomaba todas las mañanas.
Obvio, se había levantando y a diferencia de los demás días ahora si te reconoció, no como los otros que si le tenías que recordar quien eras. Si...sufría de Azheimer
—El laboratorio es enorme, lo hubieras visto. —le dijiste, terminándole de servir y dándole la taza. —También todo era muy impresionante, tenían muchas máquinas que ojalá hubieras visto.
—Me alegra que estes cumpliendo de una vez por todas tu sueño, querida. —te sonrió de forma cálida y amable, mientras le tomaba un sorbo a su caliente café.
—Y a mi me alegra también, todo el dinero que tenga lo voy a gastar en ti y te daré la vida que te mereces, y que jamás tuviste. —te acercaste a él donde le diste un pequeño beso en su mejilla.
—No, no te preocupes, a mi ya casi se me acaba el tiempo.
—¡Abuelo! —sin duda, no te gustaba para nada que dijera eso.
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Experimento acuático | Yoriichi Tsugikuni
RomansaLa vida de Etsuko Akinori va mejorando bastante cuando la contratan en el mejor laboratorio de todo Japón. No podía desear más, tenía buena encomia, unos padres que la amaban, buena casa y el mejor trabajo pagado de todos. Pero, toda su vida da vuel...