A Tale of Six Trillion Years and One Night

Capítulo 1

NOTA: El título de este fanfic proviene de la traducción del título de una canción de Wagakki Band, dicha canción me dio la idea de escribir esto.

Link de la canción subtitulada al español: https://youtu.be/MWkWCDlOyp8?si=qs64_KI_qLcu8klf

Espero que disfruten de la lectura. 💖

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Cuenta la leyenda que hace seis trillones de años los humanos se vieron obligados a vivir con unas criaturas gigantes y de aspecto monstruoso a las que llamaron titanes. Nadie sabía su origen exacto, las personas religiosas creían que eran producto de brujería, los científicos lo relacionaban con alguna nueva especie animal y el resto se movían de un grupo a otro dependiendo de sus ideales. Los titanes habitaban en los bosques, con el resto de animales y alrededores de pueblos y grandes ciudades. Hasta el momento no hubo ninguna comunicación entre humanos y titanes; sin embargo, hubo una regla no escrita y establecida con el tiempo, donde los titanes prohibía a los de su especie no acercarse a los humanos y viceversa.

Un ave se posó sobre la rama de uno de los tantos árboles del bosque, su color era blanco como la nieve y sus ojos oscuros como la noche. Aquel animal plumoso se quedó mirando fijamente al titán de ojos verdes con pelo corto y de color marrón que llevaba varios minutos persiguiéndole. Ambos estaban en una batalla de miradas comenzada por el titán. El ave, cansada de aquel juego absurdo, gorjeó antes de abrir sus alas y volar lejos de ahí. El titán abrió los ojos sorprendido y maravillado por su reacción y sin dudar volvió a perseguir al pájaro una vez más.

Aquel titán no solo era conocido por su aspecto gordito y bajito a comparación con otros titanes, sino que también era reconocido por su gusto por perseguir pájaros, el titán se divertía haciendo aquello a pesar de que el resto de titanes lo veían como el “raro” del grupo. ¿Cuál era el motivo exacto por el gusto de perseguir aves? Nadie lo sabía, ni siquiera él mismo, tal vez le gustaba jugar con los pájaros y verlos volar. Sin duda el titán sentía envidia por estos seres porque eran libres por poder ir a cualquier lugar sin ser mal vistos. El joven titán corrió con toda su velocidad atravesando el bosque persiguiendo al ave; sin embargo, su juego fue interrumpido por otro titán más alto que él, de orejas puntiagudas y cubierto de pelo oscuro en la zona del pecho y cara y de ojos claros. Aquel titán adulto le agarró del brazo obligándole a parar, su rostro era serio, por lo que el titán de menor tamaño suspiró derrotado y se marchó triste junto al mayor.

Entre titanes y humanos reinaba la paz hasta el año 854, donde Shiganshina estaba pasando por una gran crisis donde el alimento y el dinero comenzaba a escasear. Los titanes dificultaron el proceso porque ellos se alimentaban de la carne animal y los cazadores, a duras penas, lograban cazar algo por su culpa. Era la noche de mitad de semana y sin que nadie fuera consciente, un titán hambriento se acercó a la ciudad en busca de alimento porque llevaba días sin probar bocado alguno.

—Maldita sea… Siempre me andan regañando cuando no le hago daño a nadie. —Habló un hombre en elevado estado de embriaguez caminando torpemente por las oscuras calles de la ciudad. —Les voy a pegar a todos y verán quién manda, ya lo verán —dijo pegando un puñetazo al aire.

La vista de aquel hombre era bastante borrosa, causando así que no supiera al principio con qué se había chocado. —Joder, ¿quién colocó un muro en mitad de la calle? —Se quejó levantándose del suelo una vez que chocó con el pie del titán que había entrado ya a la ciudad.

Gilbert, el tabernero de la ciudad, apiló la última caja de refrescos vacía sobre el resto de cajas del mismo producto. Después cerró con llave la puerta de la taberna y se marchó finalmente a casa.