Capítulo 6

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Los científicos trabajaron día y noche ideando un plan para atrapar al titán sin causarle daño alguno y para ello tuvieron que calcular el número de dardos tranquilizantes necesarios para dormir a la criatura de gran tamaño.

Al llegar al hábitat donde vivía el titán, el grupo liderado por Hanji se dispersó por los alrededores, no solo había científicos por tierra, sino también por aire con la finalidad de facilitar el traslado.

—Hanji, recuerda mantener la compostura cuando aparezca el titán —pidió Moblit, él más que nadie estaba preocupado más por la reacción de su compañera que la del titán.

—Tranquilo Moblit, soy consciente de ello. Confía en mí. —Tranquilizó ella sin apartar la mirada de la lona oscura que colocaron en el suelo.

Un gran silencio reinaba en todos los puntos en los que se encontraban los científicos esperando un movimiento o alguna señal para actuar. Tuvieron que pasar cinco largos minutos para que el subgrupo liderado por Nifa comenzase a escuchar pasos fuertes cerca de ellos, lo que supusieron enseguida que se trataba del titán.

El terror se apoderó de ellos, era la primera vez que veían a una criatura tan enorme y les imponía demasiado su presencia. Aun así, lograron esconderse para no ser vistos tal y como se había acordado en un principio, después de todo, sus vidas corrían peligro.

—Hanji, ¿me escucha? —preguntó Nifa en tono bajo usando su walkie-talkie.

—Sí, te escucho perfectamente —confirmó.

—Ahora mismo está pasando el titán y se dirige hacia la trampa que preparamos.

Hanji tragó saliva, su corazón comenzó a latir con rapidez de emoción. —Muchas gracias, Nifa, ahora nosotros nos encargaremos del resto. —Se despidió la mujer.

—Moblit ¿escuchaste todo?

—Sí, lo escuché.

—Entonces avisa rápido a Abel y al resto. No hay tiempo que perder y solo tenemos una oportunidad. —Ordenó Hanji mostrando seriedad mientras rezaba porque todo saliera bien a la primera y que la policía no acudiera en ese mismo instante.

El titán estaba tranquilo o al menos así se sentía antes de empezar a sentirse observado. Sabía que convivía con animales, sin embargo, el escuchar ruidos entre la maleza le mantuvieron en alerta haciendo que estuviera todo el tiempo mirando de un lado a otro esperando a que el que provocaba ese ruido saliera o le atacara.

Fue cuestión de segundos en los que los ojos del titán y los de Hanji se cruzaron. Pero el titán no logró reaccionar como quería y es que sentir numerosos pinchazos en su cuerpo a causa de los dardos tranquilizantes le despistaron enseguida. La reacción ante aquel acto fue querer quitarse los dardos y atacar a ese grupo de humanos que tenían su mirada puesta en él con la intención de defenderse… No lo logró porque cayó dormido fulminantemente en el suelo.

                             ‎‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ***
Al principio a Mikasa le resultó un poco difícil adaptarse a su nuevo trabajo, estaba tan acostumbrada a trabajar en una oficina bajo presión constante que el ser dependienta le pareció un mundo completamente nuevo. Para su suerte, Historia estaba ahí en todo momento para ayudarla e incluso los clientes estaban siendo muy empáticos con ella.

—Dime, Mikasa, ¿cómo te está resultando este primer día de trabajo? —preguntó Historia después de terminar de dar un último sorbo a su taza de café.

Ambas chicas, después de una mañana tan ajetreada, decidieron tomarse su merecido descanso en la trastienda.

—No te voy a mentir, en las primeras horas estaba muy nerviosa, es mi primera vez en un trabajo cara al público y tenía miedo de estropearlo todo. —Se sinceró con total calma mientras dio un mordisco a su sándwich. —Aunque termine agotada estoy feliz por trabajar aquí porque comparado con mi trabajo anterior este es mucho más tranquilo. Así que te vuelvo a dar las gracias por esta oportunidad.

A Tale of Six Trillion Years and One NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora