Perdido en Argentina

Capítulo 3 : Furia ardiente

Los ojos pertenecían a uno solo, Iwaizumi Hajime .

 Sus ojos brillaban de rabia. Estaba furioso. Iwaizumi y Oikwa no se habían visto durante un mes. Ayer llamaron antes de dormir y hablaron de lo emocionados y felices que estaban de ver al codificador y de que pasarían cada segundo juntos. Pero su novio estaba mirando a otra persona como si fuera la persona más bonita del mundo.

Y esa persona no era otra que el famoso 'genio creador'.

Kageyama Tobio .

<< Punto de vista de Oikawa >>

Cuando llegamos al gimnasio, el equipo de Schweiden Adlers y su entrenador nos estaban esperando en el gimnasio. Hicieron cola frente a la entrada y su sofá estaba frente a ellos.

Cuando entramos al gimnasio mis ojos se posaron directamente en Tobio-chan. Se veía hermoso, sí, llevaba unos pantalones cortos negros y una camiseta deportiva azul, pero aún así; la camiseta estaba ajustada alrededor de su cuerpo y sus abdominales y músculos eran visibles. Pero eso no atrajo mi atención hacia él, quiero decir sí, puedo mirar su cuerpo por el resto de mi vida, pero cuando vi sus ojos.

Sus hermosos ojos azul océano oscuro. Podría ahogarme en ellos y sería feliz.

Lo miré durante unos 10 segundos y quedé hipnotizada. Luego él me miró y nos miramos a los ojos. Parecía tan hipnotizado como yo. 

Después de unos 15 segundos de haber entrado, sentí que alguien me miraba con rabia, pero no me importó. Todo lo que podía pensar y mirar era a Tobio-chan.

Aparté la mirada de Tobio-chan solo cuando escuché a uno de los sofás tocar el silbato y gritar que el entrenamiento estaba comenzando y que teníamos que ir a calentar y estirarnos antes del juego.

Fui con mi equipo a un costado del gimnasio para calentar y estirar. Cuando terminamos, comenzó el juego.

Jugamos 3 partidos ese día, perdimos 2 y ganamos 1. Me sentí un poco decepcionado conmigo mismo, pero orgulloso de Tobio-chan. Ha mejorado mucho en voleibol y en la comunicación con sus compañeros de equipo. Estoy muy orgulloso de él.

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Mañana es el último día de partidos de entrenamiento con Adlers. 

 Ahora mismo estoy tumbado en la cama, descansando después de una intensa práctica y viendo un documental sobre extraterrestres. Mis ojos se fueron abriendo cada vez más hasta que los cerré por completo. Pero de repente, una serie de golpes me despertaron. «¡¿Quién coño está perturbando mi sueño reparador?! Uf, la audacia de algunas personas», me quejé mientras caminaba hacia la puerta.

Abrí las puertas de golpe y enfureció a Iwaizumi. Parecía que quería estrangularme allí mismo.