Capítulo 3

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Jorge se dirigió a Silvia.

— Sígueme el juego.- Le dijo Jorge al oído mientras la tomaba por la cintura.

— ¿Qué pasa?.- Pregunta Silvia confundida, pero se dejó tomar por la cintura.

— Unos estúpidos te apostaron, te voy a salvar.- Le respondió Jorge de nuevo al oído dándole un beso tierno en el cuello.

—¡¿Qué?!!!.- Exclamó Silvia.

— Vámonos.- Jorge la tomó por el brazo y salieron del salón de fiestas.

— ¿A dónde me llevarás?.- Pregunta Silvia confundida.

— A tu casa.- Respondió Jorge llevándola al estacionamiento del casino.

— ¿Cuál de todos es tu coche?.- Pregunta Silvia mirando al rededor.-

— Está belleza.- Contestó Jorge señalando a su motocicleta.

— Yo no me subiré ahí.- Dijo Silvia asustada.

— Vamos, ¿Prefieres quedarte en la fiesta?, Te recuerdo que estoy haciendo un sacrificio porque esos estúpidos no te hagan algo.- Dice Jorge apunto de exaltarse.

— ¡Ash!, está bien.-

Jorge la cargó para subirla a su motocicleta, la tomó por la cintura muy delicadamente, acomodándola ligeramente.

Jorge se monta y toma las manos de Silvia lentamente, las arrastra poco a poco por su torso.
Silvia al sentir sus manos tan cerca de las suyas se sintió segura, ella lo abrazó lo más fuerte posible, pues ella le temía un poco a las motos.

Jorge arrancó, durante el camino Silvia se reía por la adrenalina que llevaba, Jorge conducía rápido, pero a ella no le importó, se sentía segura.

De repente Jorge se detuvo por un lugar de la carrera muy solo, una vista inigualable, era una barranca en la Ciudad De México, una vista maravillosa.

— ¿Qué hacemos aquí?, me ibas a llevar a mi casa.- Pregunta Silvia preocupada y enojada.

— Solo quería que vieras lo hermosa que es la vista en el DF, ¿Te gusta?.- Dijo Jorge feliz, acercándose a una valla que estaba muy linda en esa parte.

— Pues si, es bastante linda, pero quiero ir a mi casa o bueno a uno de los departamentos de mi padre, sabes que yo siempre he vivido en Guanajuato.- Dijo Silvia y se volteó hacia la moto.

— ¿No te gusta?.- Le dijo Jorge al oído, rodeando su cintura con sus brazos, besándole el cuello, haciendo que Silvia suelte un gemido muy delicado.

— ¿Qué pretendes?.- Preguntó Silvia disfrutando los besos de Jorge.

— Muchas cosas, en especial pasarla bien juntos.- Respondió Jorge con una risita elegante, volteando a Silvia viéndolo cara a cara.

Comenzaron con un beso suave y delicado, después fueron subiendo la intensidad, ese beso se volvía más fuerte, intenso, agresivo.

Silvia desabotonó la camisa de Jorge, quitándosela la lanzó por el césped y después le quitó el fajo.

— Esto no está bien.- Dijo Silvia despegando a Jorge de ella.

Jorge no dijo nada y fue a buscar su camisa y su fajo, se colocó la ropa de nuevo y se subió a la motocicleta.

— ¿Vienes o piensas caminar hacia tu casa?.- Preguntó Jorge colocándose en su moto.

— Voy.- Contestó Silvia, se subió a la motocicleta y se abrazó de Jorge.

Llegaron al departamento de Silvia y ella se bajó de la motocicleta, dándole el casco a Jorge en la mano.

— ¿No piensas invitarme a pasar?.- Preguntó Jorge sarcástico.

— ¡Buah!, Pues pasa, me da igual.- Respondió Silvia acercándose a la puerta del edificio.

— ¿Es segura esta zona?, no pienso dejar a mi bebé en peligro.- Dijo Jorge riendo.

— Obvio que es seguro, ¿Vas a pasar o te quedas aquí?.- Dijo Silvia siguiéndole el rollo.

Jorge iba detrás de Silvia, llegaron al departamento de Silvia y ella sacó sus llaves para abrir.

Pasaron y Silvia encendió la luz.

— Es muy linda tu casa.- Dijo Jorge observando el lugar.

— No es mi casa, pero gracias, recuerda que yo vivo en Guanajuato, adoro la hacienda de mi padre.- Dijo Silvia riendo, pasando a la cocina, sirvió dos vasos de agua.

— Gracias.- Dijo Jorge dándole un sorbo al agua.

— ¿Para que querías pasar, niño pesado?.- Dijo Silvia riendo al final, yendo hacia la sala.

— Me encanta tu humor, niña caprichosa.- Exclamó Jorge.

Jorge se acercó a besarla con mucha pasión, Jorge bajaba el vestido de Silvia lentamente, comenzó a besarla cerca de los pechos, al llegar a los senos, Jorge empezó a besarlos con mucha suavidad.

El vestido terminó quedando tirado en el suelo, Silvia quedó en braguitas, ella volvió a desabotonar la camisa de Jorge lanzándola por alguna parte de la sala, después quitó el cinturón del pantalón y desabrochó el pantalón.

Jorge quedó en bóxer y Silvia en braguita.

Después quedaron totalmente desnudos, Jorge la arrincona a una de las paredes.

Ella se estremece al sentir como su miembro erecto golpea sus pompas moviéndose al sentir su piel, deseoso por entrar en ella y sentir su calor.

Jorge baja su dedo más largo a su vagina masajeándola placenteramente, mientras besa sus labios con pasión, casi devorándosela en el beso.

Jorge ríe con satisfacción al escuchar los pequeños jadeos de dolor en ella que le hace excitarse más, al acariciarle uno de sus senos y pasa la cabeza de su pene por toda su vagina, bastante húmeda, introduciéndolo un poco logrando contraerla de excitación por los desplazamientos circulares que hace con su miembro en mano penetrándola sólo con la parte más gruesa.

...

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