Capítulo 10

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Esa silueta que veía Jorge era muy conocida, él estaba seguro de que era Silvia, pero veía que su cabello era castaño oscuro, y Silvia tenía su cabello pelirrojo tirándole a castaño claro.

Jorge ve que la joven se cae al río y la chica se estaba ahogando, Jorge corrió rápidamente a auxiliarla. —¡Ayudaa!!.- Gritaba la joven mientras se estaba ahogando.

Jorge se quitó la camisa y saltó a salvar a la chica, la tomó por sus brazos y la recostó en el césped.

— ¿Está bien?.- Preguntó preocupado.

— Si.- Respondió la chica mientras tosía por toda el agua que había tomado. — Gracias.- Dijo amablemente.

— No hay de que.- Respondió y tomó su camisa para cruzar el puente e irse a su rancho.

— Espera....- Lo detuvo, "¡Joder lo que me faltaba!" — ¿Eres Jorge?.- Preguntó un poco exaltada.

— ¿Silvia?.- Respondió con otra pregunta, los dos muy sorprendidos.

— ¿Qué haces aquí?.- Preguntaron los dos al mismo tiempo, después de un silencio incómodo.

— Yo aquí vivo.- Respondieron los dos al mismo tiempo.

— A ver, ¿Cómo?, ¿Eres la persona que acaba de comprar el rancho de al lado?.- Preguntó Silvia asombrada.

— Si, ¿Qué pasa?.- Dijo Jorge.

— Todo lo haces para estar cerca de mí, ¿cierto?.- Dijo Silvia entre risitas.

— No te creas tan importante, niñita.- Respondió Jorge bromeando, muy sarcásticamente.  Los dos rieron por último y se fueron juntos hacia al establo de la hacienda de Jorge.

— ¿Por qué te ahogaste?.- Preguntó Jorge interesado en el tema.

— Mejor no hablemos de eso.- Respondió Silvia.

— Bueno si te incomoda está bien, pero me lo puedes contar con confianza.-

— Ven.- Dijo Silvia señalándole a Jorge que se sentara junto a ella en heno.

A Silvia se le hizo un nudo en la garganta, pero empezó a contar... —Cuando yo tenía siete años, de hecho un año antes de conocerte en persona, mi hermana Luisa me lanzó en ese mismo río que me acabas de ver, la corriente estaba muy.. muy fuerte y-y... me estaba ahogando.- Termino bajando la voz y agachando la cabeza.

— Hey, nunca volverás a estar sola porque yo te voy a cuidar, pero ese miedo debe vencerse, ¿vale?.- Afirmó Jorge, acariciando la mejilla de Silvia suavemente.

— Basta Jorge, no hagas promesas que no vas a cumplir. Te vas a casar, ¿por qué lo haces?, Dices que me amas, pero te casas.- Dijo Silvia con un poco de decepción y celos. —¿La amas?.- Agregó Silvia.

Hubo unos segundos de silencio incómodo... —Sí.- Respondió Jorge no tan seguro de lo que dijo, este se fue rápidamente dentro de la hacienda, exactamente a el estudio. Silvia fue detrás de él, pero en cuanto Silvia iba a alcanzarlo Jorge le cerró la puerta en la cara.

Silvia no sabía que hacer, ella no estaba muy acostumbrada a consolar a las personas, mucho menos a alguien que no fuera Carlos o su padre.
....

En ese viaje a Guanajuato, Jorge había llevado a Riccardo para que supervisara los muebles, los empleados, etc.

Riccardo vio el suceso de que Silvia estuviera tocando la puerta insistentemente él se acercó a ver que pasaba y ver si podía ayudar.

— George, abre.- Ordenó Riccardo.

— Richard vete, déjenme solo.- Dijo Jorge lleno de frustración.

— George si no nos abres la maldita puerta la tumbó.- Respondió Riccardo.

Jorge no respondió y tampoco abrió. Riccardo fue por las llaves del estudio y abrió la puerta, Jorge estaba dormido en la silla detrás de ese escritorio. De tantos sentimientos que se le acumularon se quedó profundamente dormido, ahí lo dejaron pues Riccardo sabía que a Jorge le fastidiaba que lo tocaran.

— Señor Riccardo, ¿Por qué Jorge se encerró?.- Preguntó Silvia preocupada y con la voz un poco baja, pues Jorge estaba dormido.

— Jorge es un hombre muy sensible y siempre el lugar seguro ha sido su estudio de las tantas propiedades que tiene, por no decir lo que pasa o lo que siente, se encierra hasta quedarse dormido como siempre.- Explicó Riccardo.

— ¿"Cómo siempre" ¿Pasa seguido?.- Preguntó Silvia confundida, esta vez prestando mucha más atención.

— Sí.- Afirmó Riccardo.

— ¡¿Qué y Por qué?!!!.- Dijo Silvia asombrada, por dentro tenía demasiada preocupación.

— Eso sí no te lo puedo contar, cuídalo please, ¡Bye!!.- Dijo Riccardo para finalizar, se levantó del sillón y salió.

Silvia quedó pensativa y decidió averiguar ¿Qué pasaba?, esa era su nueva misión, sabía que en esta hacienda no encontrara nada, pero en la hacienda de la Ciudad de México iba a haber evidencias.

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⏰ Última actualización: Oct 12 ⏰

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