Capitulo 7

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- ¿Qué estás haciendo aquí?

- Sr. Rex...

- ¡¿Rex está ahí?! - pregunto angustiado el rubio - ¡Soldado sal de ahi!... - la llamada se cortó y era evidente, ya lo habían descubierto.

- Sr. Rex... Yo solo... - el menor quería responder Pero por un momento el tiempo se detuvo para él, ¿Dangenvest, siempre había Sido así de atractivo? Se pregunto, pues frente a él se encontraba el mayor con una camisa blanca arremangada que dejaban a la vista sus brazos bien entrenados, los botones del cuello desabotonados  y para su sorpresa, llevaba puesto unas gafas de lectura que lo hacían ver... Aún más atractivo - Yo...

- ¿Te enamore? - pregunto burlón - o ¿Por qué se te cae la baba al mirarme?

- Eso... Eso no es cierto - volteo con las mejillas sonrojadas - yo solo... Vine a preguntarle si se le antoja algo, como un café o un tesito - invento bastante rápido - solo eso.

- ¿Y por que estás en mi silla ?

- se veía cómoda... - sonrió nervioso

- A-ha... Muy bien - sonrió - entonces siéntate

- No, yo ya me- trato de levantarse Pero lo interrumpieron

- siéntate - ordeno el mayor.

A Emmet no le quedó de otra más que obedecer, tenía miedo. Conforme el mayor iba acercándose un millón de pensamientos inundaban la mente de Brickowski.

- ¿Se molestó mucho?, Claro que sí Emmet es su silla... ¿Me habrá visto con su celular a la mano?... Tonto Brickowski, tonto... Y ¿Si ya no quiere que viva con él? Tal vez me diga algo como: ¡¡Fuera de mi oficina, fuera de mi casa y fuera de mi vida!! - sin duda tenía miedo y por reflejo cerró sus ojitos algo que le resultó tierno al mayor.

Entonces abrió lentamente uno de sus ojos y vio a Dangenvest fijamente, el mayor estaba frente a él apoyando su peso en los brazos de la silla, rodeándolo.

- ¿Cómodo? - pregunto con una pícara sonrisa, mientras Emmet solo se limito en asentir con la cabeza. Se había hecho bolita, sus manos abrazaban sus piernas y se hundió más en la silla de escritorio - tranquilo - sonrió - no te voy a matar por sentarte en mi silla, si fuera tú también lo habría hecho.

Sin más, Rex se enderezó y le cedió el paso para que pudiera marcharse y así hizo el menor, estaba por salir de aquel lugar Pero la voz de Dangenvest lo detuvo.

- Por cierto, acepto tu oferta - menciono mientras tomaba asiento.

- ¿Oferta?...

- Si, sobre el café. Que sea tinto - le lanzo un pequeño guiño y continuo con sus obligaciones, Pero está vez con una sonrisa en sus labios.

- ¡Oh! Claro... Enseguida.

Salió de ahí tan rápido como pudo y se dirigió a la cocina, una vez que ahí, se congelo por un instante se preguntaba como había llegado a ese punto en dónde aquel hombre le resultaba alguien atractivo. En su falcudad había escuchado su nombre y lo que había logrado a corta edad, algo que le resultó admirable. Sin embargo, en ningún momento se imagino que tan solo verlo ocasionaría que se pusiera nervioso, se sentía confundido pero de alguna forma también se sentía feliz.

Mientras tanto en la oficina de Rex.

- Connor ¿Eh? - carcajeaba - ¡Ja-ja! Debería despedirte por hacerlo espiar mi vida privada Pero, esto podría ser divertido - hablaba para si mismo, hasta que noto su otro celular en la mesa - mierda - susurro - si hubiera leído esto...

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Rex, vamos a vernos está noche

¿Por qué no respondes mis llamadas?

Me gustó lo de anoche, llámame quieres?

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- seguro que aquello le parece desagradable - suspiro - bueno, él no tiene porque saber ese lado de mi vida - se dijo mientras aún observaba aquel teléfono - Pero... ¿Por qué no mostrarle algo mejor? - sonrió algo malicioso mientras desbloqueaba su celular dispuesto a manejarlo.

Mientras tanto en la cocina, el menor se encontraba mirando aquella taza llena de café, sentía sus mejillas calientes. Y se preguntaba desde cuanto estar cerca suyo lo afectaba, en eso se puso a pensar sobre aquel día que lo vió en la cafetería, estaba empapado y muy enojado, por lo que se preguntaba en qué momento empezaron a llevarse bien y en eso, un recuerdo cruzo por su cabeza.

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- Está arrestado por manosear a un menor.

- Oh~... Pensé que era por exceso de belleza

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Se cubrió la boca por la impresión y se cuestionó sobre aquella noche, pues recordaba perfectamente que ese día Rex estaba muy cerca de él, pero no sabia que habia ocurrido después y como termino en su casa aquella noche.

Se apresuró en ir hasta su oficina con el café a la mano y en cuanto entro vio al mayor haciendo su trabajo, en cuanto esté lo vio sonrió y le hizo una señal para que se acerque.

Emmet camino hasta el lado derecho de Dangenvest dejando aquella taza de café junto a ese montón de papeles.

El mayor se estiró y se levantó cediendo el asiento a Brickowski quien no quería Pero de todos modos se acomodo en aquella silla de escritorio. Rex se quito los lentes para luego masajear sus ojos cerrados, estaba agotado, tiro los lentes al escritorio y se apoyo en el mismo para luego tomar la taza y darle un largo sorbo a su café.

- La próxima vez que quieras ver mi celular sin que yo lo sepa asegúrate de no dejar tus pequeñas huellitas - aconsejo burlón.

- ¿Como lo noto?

- Si algo se mueve de mi oficina lo sabre, lo único que quiero saber es ¿Por qué?

-... El señor Connor me pidió que le mandara unos documentos importantes Pero cuando entro colgó la llamada... Lo siento mucho - invento algo nuevo, pequeño pinocho - Crealo, por favor... No quiero terminar en la calle.

Dangenvest sonrió triunfante, como si quello fuera exactamente lo que estaba buscando.

- Oh es verdad... Siempre olvido esos detalles - otro mentiroso - Así que no vas a admitir que te da celos que yo conozca a chicas ¿Eh? - pensó para si mismo - en ese caso, ten - le aventó el celular.

- Pero...

- Quiero contratarte - sonrió.

- ¿Contratarme?... Sr. Rex me alaga Pero no creo que tener su celular sea un trabajo - sonrió nervioso.

- Claro que no, tu serás mi nuevo secretario.

- ¿Secretario?

Mientras tanto en el otro lado de la ciudad, un Rubio que se encontraba en su champiñon.

- siento que alguien me acaba de apuñalar el corazón.

Continuará...

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⏰ Última actualización: Aug 25 ⏰

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