Capítulo 4

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Una risa escandalosa resonaba por toda la oficina.

- ¿Me estás diciendo que tú verga se descompuso? JAJAJA - el rubio no intento disimular lo gracioso que era escuchar aquella historia.

- ¿Terminaste? - bufó el castaño - claro que no, es solo que ella no era tan... Atractiva.

Ni el propio Rex se trago aquella mentira, pues la mujer con la que planeaba pasar la noche, era la más hermosa de la ciudad, pocos hombres eran afortunados al siquiera acercarse. De ahí el enojo que sintió al saber que Dangervest no parecía ni un poco interesado.

- Tienes que admitir que para un... - miro de pies a cabeza - libertino, como tú. Es bastante extraño que esto suceda, a menor que tenga que ver con lo que sucedio aquella noche, la del corte de luz.

- ¡No ocurrió nada, Connor! - decía con fastidio tratando de creer sus propias palabras.

Si no fuera por su propio autocontrol, tal vez aquella noche el mayor hubiera cometido un serio error.

- Cancela todas mis agendas, voy a salir.

- ¡Rex, espera!, olvidas algo.

- ¡¿Qué?!

- Tu dignidad

Ese día Connor perdió un diente, para su fortuna era una de las muelas del juicio. Por lo que ya no necesitaría la cirugía, sin embargo, aquella era mucho mejor que recibir el golpe que Dangervest le propinó.

Por su parte el castaño llamo a las personas que conocía e incluso agendo citas, todas para ese mismo día, sin embargo, por más que trató y trató, lo único que consiguió fue varias bofetadas en la mejilla. Algo tenían con su lado derecho del rostro.

Sin más que hacer el mayor camino sin rumbo, lo que lo llevo a parar en una plaza que de alguna manera le resultaba familiar, se desplomó en la primera banca que vio, el sol le pegaba fuerte pero no parecía importarle, solo quería dejar su mente en blanco, al menos por un instante. De alguna manera se sentía derrotado y todo por culpa de un pequeño que ni siquiera iba a volver a ver, o eso creía.

- ¿Señor? - pregunto un joven angustiado - ¿Se encuentra bien?

De inmediato reconoció esa voz.

- ¿Niño? - solto un pequeño quejido y lentamente se recostó en la banca - ¿Que haces aquí? - cuestionó cubriéndose con el saco que se había quitado momentos atrás por el calor.

- Yo estudió aquí.

Aquella plaza resultó ser el campus de la universidad, justo en frente de aquella cafetería.

- Vaya... Y ¿Qué tal el trabajo?

Pregunto y entonces la frente del menor se arrugó, estaba molesto y aún así se veía muy tierno.

- Me despidieron

- Ah... Que mala noticia... ¿Vamos a comer?.

- ¡¿No escuchaste?! - al final, Emmet estalló - me despidieron por tu culpa.

- Oye, niño. Eres adorable - sonrio de forma coqueta - Tranquilo, te conseguiré un empleó nuevo y mejor pagado, lo prometo  - dijo sin más - asíque preguntare otra vez y esta vez será la última... ¿Vamos a comer?

-... Quiero waffles...

Después de unos cuantos pucheros el mayor llevo a Emmet a un centro comercial, al rincón de la comida rápida en dónde Rex pidió una taza de café muy cargada y Emmet waffles y una taza de café.

- ¿En serio puedes conseguirme un empleó? - cuestionó algo dudoso

- Tengo una empresa... Creí que al escuchar mi nombre todos sabian quien era y se inspiraban en mi.

Coffee - remmexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora