17/ Revivir las heridas.

594 58 10
                                    

Diecisiete.

No olvides votar (⁠◠⁠‿⁠・⁠)⁠—⁠☆

●◉◎◈◎◉●

Lo veo irse sin siquiera mirar atrás.

Le di lo que quería. Él no va a volver más. Y eso está bien, es lo que quiero.

Me recuesto en la cama y solo miro el techo. Miles de pensamientos llegan a mí, y todos son de arrepentimiento por lo que había hecho.

¿Por qué me arrepiento? Definitivamente no por la dura cogida que tuvimos, me arrepiento de hacerlo tan rápido y no haberlo hecho suplicar más.

Joder, ¿por qué soy así?

Si quería que se fuera de mi vida, es lo planeado, es lo correcto.

Le di lo que quería, y yo disfruté hacerlo. Él se va y las cosas vuelven a como eran antes, una vida sencilla y sin riesgos.

Aunque no sé por qué siento que ahora es cuando no me dejará tranquila.

Me levanto y miro a mi alrededor. Todo está hecho mierda. La cama ni hablar.

Los recuerdos no quieren salir de mi cabeza. Recuerdo sus palabras, lamidas, su duro sexo, y vuelvo a estar caliente. Mi cuerpo reacciona a mis pensamientos y a sus huellas en mi piel. Estoy llena de chupones, zonas enrojecidas por la brusquedad de su tacto, y mi sexo está adolorido; mejor dicho, todo mi cuerpo, de pies a cabeza, está adolorido.

Me doy un baño y eso ayuda con mis malestares. Al salir, rebusco en la gaveta y encuentro su bóxer y camisa; me los coloco ya que no tengo otra opción. Miro la linda ropa que tenía anoche y sonrío por su detestable estado.

La fina blusa tenía las bolitas en todas partes y solo quedaron las tiras, la falda rota por la mitad y los pantis... miro por todos lados y no los veo. Ese maldito.

Salgo de la habitación y solo cuando doy unos simples pasos me doy cuenta de que estoy caminando chueca. Qué vergüenza.

Respiro profundo cuando abro la puerta de la habitación en donde se encontraban las chicas y...

—¡Lilith! —Katherine camina hasta mí y me mira de arriba abajo—. Estábamos preocupadas. Pensamos lo peor y Delay...

Miro a un costado y veo a Delay hablando con dos policías. ¿Qué carajos están haciendo?

—Al parecer, la chica apareció —dijo uno de los policías. Al ver a Delay, esta solo me pedía perdón con la mirada.

—¿Qué sucede? —digo inmediatamente.

—Llamé a los policías porque pensé que ese hombre iba a matarte. Bueno, la verdad, ellos ya estaban aquí por el caso del chico al que le dispararon en la mano —los policías no dejaban de mirarme—. Aproveché para que te buscaran, ya que les dije que ese hombre te raptó.

Mierda.

—Necesitamos hablar con usted, señorita —habla el mismo policía—. A solas.

—Claro.

Miro a mis amigas y ellas inmediatamente entendieron. Cuando Delay pasó al lado mío, me susurró un «lo siento» y le sonreí como respuesta.

—Necesitamos aclararle que el señor Rinaldi ha pagado los daños y su multa. El hombre con la herida en la mano aceptó la multa y desapareció —agrega cuando las chicas salen de la habitación—. La llamada de sus amigas nos hizo atar los cabos con lo que la víctima declaró.

—¿Y qué ha dicho la víctima? —mido mis palabras porque no sé a qué me enfrento, si a la verdad o a los arreglos de Rinaldi.

—Que Rinaldi le disparó en la mano cuando estaba bailando con una Mujer. ¿Usted es la mujer? ¿Usted bailó con aquel hombre? —Mientras su compañero miraba ansiosamente mi cuerpo sin disimular, él estaba intrigado por mi respuesta.

LAS NOCHES DE ORIÓN {+18}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora