Memory Final

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Kevin miraba su reflejo en el gran espejo que estaba enfrente de él. Acomodó su traje color blanco y peinó de nuevo su negra cabellera, sonrió mirándose. Estaba más que listo para uno de los días más importantes de su vida, su boda con Julián.

Escuchó como alguien abrió la puerta de la habitación donde se encontraba—Mi niño, que chulo te ves—una voz femenina se escuchó, era la madre de Kevin que lo miraba con mucha felicidad.

—Gracias ma, aunque las mamás siempre dicen eso de sus hijos—se rió un poco Kevin. Su mamá se acercó.

—Pero yo lo digo en serio, me saliste bien bonito—acomodó el cuello de la camisa de su hijo, agarró una corona de flores rosas y se la puso en la cabeza—tu padre, que en paz descanse, estaría feliz de verte—sonrió nostálgica. Kevin abrazó a su mamá, recordar a su padre los ponía a ambos deprimidos pero no sería así esta vez.

—Bueno ya—se soltó su mamá cambiando su semblante a uno alegre para la ocasión—¿Nos vamos? Ya todos están esperando.

—Si...—el omega quedó quieto en su lugar unos segundos.

—¿Pasa algo Nahín?—le preguntó la mujer.

—Es solo que—tragó saliva—de repente me comencé a sentir muy nervioso—comenzó a tallar sus manos en su pantalón.

—Mi vida—contestó su madre.

—O sea, si estoy más que emocionado porque al fin Julián y yo seremos esposos pero aún así no puedo dejar de sentir nervios—su madre le tomó de las manos y le sonrió.

—Todo estará bien, esos nervios son normales. A todos les pasa—Kevin se sintió un poco reconfortado—Yo confío mucho en Julián, ha demostrado ser un gran joven. Pero...—Pausó tomando fuerte las manos de su hijo—si prefieres irte, nos vamos y ya. Tu mamá te apoya en todo lo que quieras—contestó segura, el chico de cabello negro solo negó riendo un poco.

—Tampoco exageres mamá—Inhaló un poco de aire y lo soltó en un gran suspiro—Estoy listo, vámonos.

Su mamá lo llevó del brazo al salón donde estaban los invitados en sus respectivas sillas. Comenzaron a caminar por el pasillo junto a la marcha nupcial, el corazón de Kevin latía a mil al llegar más a su destino.

Ahí en el frente estaba el juez y podía ver al alfa de espaldas que al igual que él estaba vestido con un traje blanco. De repente sintió como todo pasó en cámara lenta, Julián se giró para verlo y pareció admirarlo unos segundos hasta que les sonrió de esa forma que tanto le gustaba. En ese momento fue como si por arte de magia todos sus nervios se esfumaran.

—Te encargo mucho a mi hijo Julián—dijo la madre de Kevin que les dió la bendición a ambos, el nombrado asintió y la señora Álvarez se dispuso a sentarse. Julián sujetó la mano de Kevin y este entrelazo sus dedos sin dudarlo.

—Te ves muy precioso—murmuró el alfa en el oído del mexicano. Este sonrió y le devolvió el cumplido.

"No tengo porque tener nervios, estoy a punto de unir mi vida con la persona que amo" pensó Kevin mientras la ceremonia empezaba.




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El omega abrió sus párpados despacio, se había quedado dormido un rato. Su cabeza estaba apoyada en el hombro de Julián, sintió su reconfortante aroma a madera.

Los dos estaban sentados en el sillón de su casa, estaban viendo una película y en algún punto el mexicano se durmió.

—Vaya, esa siesta estuvo un poco larga—le dijo el argentino que sintió como Kevin se removía en su lugar.

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