𝗔𝗟𝗜𝗖𝗘 𝗜𝗡 𝗪𝗢𝗥𝗗𝗘𝗥𝗟𝗔𝗡𝗗 ™ 𝖻𝗈𝗒𝗉𝗎𝗌𝗌𝗒 : 𝗄𝗈𝗈𝗏.

003 - Comencemos.

— ¿Y cuando volverá? - pregunto el hombre.

— Te he dicho que no lo sé, es más difícil de lo que crees. - hizo una pequeña pausa.

— ¿Uhmm?

— Creo que ella no es Alicia.

— Tiene que ser Alicia - Respondió con afirmación.

..

Pequeños recuerdos (disfrazados de sueños)

— ¿Se fue? - Pregunta en un suave susurro.

Espero unos cuantos minutos más y la dejo salir lentamente de aquella taza de té.

— Sal Alicia, ya puede unirte a nosotros otra vez.

Ella sonrió  y con cuidado se sentó en una silla, comiendo de la tarta que aquel hombre le ofreció y segundos despues volvió a su estado normal, y toda la atmósfera volvió a ser de risas locas y música estruendosa.

..

— Tae, taehyung por favor despierta. - Dijo mientras lo movía.

Aquella mañana era nublada, no tenía ningún indicio de que el sol saldría haciendo de ella gris y sin vida.
Ese día tan sombrío y sin color era un día especial, ya que se celebraba la fiesta de cumpleaños de uno de los hijos del socio de mi difunto padre; por lo cual estábamos invitados y debíamos asistir.

Entonces ahí me encontraba yo, harta de todos y ni siquiera había llegado a la dichosa fiesta, apenas íbamos en el auto y yo sinceramente, quería regresar.

Pero incluso si mis ganas eran pocas, debía asistir y para poder evitar alguna discusión gráfica con mi madre decidí que era mejor ignorarla y dedicarme a ver el paisaje, que si bien no era el más bonito. Me ayudaba a imaginar distintas cosas o situaciones; todas obviamente, descabelladamente locas.

— Tae. — Escuché a lo lejos. - Taehyung te estoy hablando.

Sentí un leve golpe en mi muslo.

— Deja de estar en las nubes.

— Lo lamento, ¿Qué sucede, mamá?

— Te pregunté, ¿Qué sí te sientes bien? Noto tu cansancio. - Dijo preocupada.

— Nada, es solo que.. — Callé.

— ¿Los sueños otra vez? - Interrogó.

Y su expresión cambio de una preocupada a una algo cansada.

— Son solo sueños.

— Pero mamá, se siente real.

— Taehyung, son solo sueños y ya.

— Los sueños no deberían sentirse tan reales, mamá.

— Basta, se acabó el tema.

Todo se llenó de un profundo silencio, algo tensos para ser realmente francos. Y todo el camino fue así, nadie hablaba solo se escuchaban las ruedas del carruaje, los pájaros, el viento y nuestras respiraciones lentas.