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Tiempo después del último ataque de el Gobernador, en un acto de valentía tomaron la decisión de quedarse a defender la prision ante el próximo ataque del Gobernador ya que sabían que volvería a atacar.

Yo quería quedarme y ayudar pero Gleen dijo que no podía permitir que me quedara a ayudar, así que me vi en la obligación de seguir a Hershel.

Comencé a empacar mis cosas, me tomé el tiempo para empacar cuidadosamente todas mis pertenencias.

Metí en la mochila varias prendas de ropa. Aseguré mi arma en un compartimento especial, junto con suficiente munición para lo que pudiera necesitar.

No olvidé agregar dos botellas de agua para mantenerme hidratado por si acaso. Además, incluí otros artículos esenciales que podrían ser útiles.

Hershel el nos guió hacia bosque, cerca de la prision mientras Carl, Beth y yo lo seguíamos, adentrándonos más en el bosque mientras a lo lejos se escuchaban los disparos.

Un crujido entre los árboles captó nuestra atención, los sonidos eran leves pero era suficiente para poner nuestros sentidos en alerta, los tres estábamos armados así que no nos preocupamos demasiado.

De entre algunos de los árboles emergió un chico que parecía asustado y también sostenía un arma. Los tres lo apuntamos con nuestras armas mientras aquel chico se acercaba más, poco a poco.

—¡Esperen! ¡No disparen!— Habló el chico subiendo sus manos hacia su cabeza en forma de "paz".

—Baja el arma.— Ordenó Hershel.

—Claro...— El chico aún se notaba bastante nervioso y asustado, pero aún así obedeció la orden de Hershel —Tomenla.—comenzó a bajar su arma lentamente. Pero en ese momento Carl, quién estaba visiblemente enojado, le disparó en la cabeza haciéndolo caer al suelo, matándolo al instante. Todos volteamos a verlo, totalmente sorprendidos mientras Beth solo le tapaba los ojos a Judith.

—Carl...


Los hombres del gobernador no podían más habían caído en su trampa

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Los hombres del gobernador no podían más habían caído en su trampa. Exhaustos y debatidos finalmente no tuvieron otra opción más que rendirse, retirándose apresuradamente de la prision.

Los demás volvieron a la prision, Richie se dirigió directo a Gleen al verlo lo abrazó fuertemente, este le devolvió el abrazo.

—¿Está todo bien?— Preguntó Richie.

Gleen asintio a la pregunta de Richie —Lo conseguimos, pero no están muertos. Rick dijo que irán a terminar con esto.

—¿Tu irás?

—Estoy pensándolo. Quizás el Gobernador volverá.— Contestó Gleen y Richie asintió.

Gleen decidió no ir pero Rick, decidido a ponerle un fin a la situación de una vez por todas, se preparó junto a los demás para enfrentar el desafío que les esperaba. Marcharon con determinación, sabiendo que no habría vuelta atrás.

Al regresar a la mañana siguiente, no venían solos, había más gente con ellos; había más personas. Trajeron a la gente que solía ser del gobernador en un autobús.

Rick explicó que las personas se nos unirían ya que el gobernador los abandonó, el en su creciente paranoia, había llegado al extremo de asesinar a sus propios hombres y abandonar la comunidad. Ahora había más personas de nuestro lado.

Apocalypshit Donde viven las historias. Descúbrelo ahora