Sonrisa Etérea; [𝐁𝐚𝐤𝐮𝐬𝐡𝐢𝐦𝐚]

|𝟐𝟎|━ 𝐇𝐨𝐬𝐩𝐢𝐭𝐚𝐥.

Lee Medical Clinic, Hospital.

Katsuki entró con celeridad al hospital, no se fijaba en lo rápido que estaba yendo, empujaba al que se le cruzara por el camino. Su corazón latía como loco, tenía miedo de que se hiciera realidad lo que le había dicho Mina.

No podía creer que en cuestión de unas pocas horas todo había tomado un rumbo distinto, él sabía que Eijiro eventualmente lo escucharía y regresarían a la normalidad, porque aunque no haya dado con el motivo por el cual Eijiro se distanció de él, tenía la esperanza de que conseguiría su perdón.

Se acercó a la recepción y miró fijamente a la mujer que estaba en cargo, la enfermera seguía en una llamada, pero al ver a semejante hombre alzó su mirada para atenderle con una sonrisa.

— Eijiro Kirishima, llegó aquí hace una hora.— Comentó jadeando.

— Deme un momento. — ¿Es su amigo?

— ¡Maldición! Solo dígame de una vez en que habitación está, a usted no le interesa.¡Es mi jodido Omega! — Vociferó ya desesperado.

— P-perdone, el paciente está en la habitación 204 segundo piso, pasillo derecho hasta el fondo.— Le informó la enfermera.

No espero ni un segundo más, se dirigió a las escaleras porque esperar por el ascensor solo sería una perdida de tiempo se podía permitir subir las escaleras por la adrenalina que tenía en su sistema, no había podido procesar muy bien que había sucedido, simplemente sintió como su alma salió de su cuerpo al escuchar esas tres palabras que jamás creía escuchar "Eijiro intento suicidarse" fueron las primeras palabras que dijo Mina cuando recibió su llamada.

Una vez en el segundo piso volteo su rumbo hacia el pasillo que le habían indicado, por suerte desacelero el paso al ver a la pelirosada sentada en una de las sillas del pasillo, se hallaba cabizbaja con unas cuantas lágrimas secas en sus mejillas. Katsuki se acercó con ímpetu y miro a través del vidrio como Kirishima se encontraba inconsciente, sus brazos cubiertos con vendas y una máscara de oxígeno.

Su corazón se detuvo por un segundo.

El rubio sintió unas enormes ganas de entrar a la habitación y sujetarlo entre sus brazos, necesitaba sentir sus latidos, su respirar, el pulso de sus muñecas. Cualquier cosa que le dijera que su amado estaba vivo. Lo único que pudo hacer fue poner su mano sobre el vidrio que los separaba, así sintiéndose incompleto, no podía parar de culparse, sabía que de alguna manera si dejo que las cosas llegaran hasta este punto fue por no haberse percatado de que algo le sucedía a su pareja.

Mina sollozo más fuerte.

— ¿Sabes el miedo que tenía de perder a Kiri? — No todos los días te encuentras a tu mejor amigo casi muerto en tu baño, con la bañera desbordándose en agua y con cortadas profundas.— Sollozó con fuerza.

— Sé muy bien que no es tu culpa del todo, que quizás ambos fallamos al pasar por alto las actitudes que estaba tomando Kiri y ese descuido nos llevó a casi perderlo.— Trato de calmarla.

— Mina, es que yo la verdad no entiendo. ¿Qué hice mal?— Hablo Katsuki.

— Debí haber insistido más, ¿No es así?— Pregunto al ver cómo Eijiro tenía vendas por todo su cuerpo.

— No, sabemos bien que Kirishima no quería interactuar con ninguno. Si hubiéramos insistido, las cosas se hubieran puesto peor.— Aclaró.

El doctor salió de una de las habitaciones y siguió con su ronda, abrió la puerta del cuarto donde se hallaba Eijiro y entro junto con tres enfermeras, las cuales se encargaron de confirmar si todo seguía en orden, ya que hace menos de tres horas lo internaron y lo estabilizaron en la habitación. Katsuki y Mina entraron a la habitación esperando algún diagnóstico o indicación por parte del doctor, mientras él observaba los signos vitales del pelirrojo se mantuvo callado.