|𝟏𝟕| ━ 𝐋𝐚 𝐜𝐢𝐭𝐚.

367 27 5
                                    

La imagen adjunta es como se ve Eijiro en este fanfic, respectivos créditos al autor de este encantador fanart. En la parte inferior se encuentra su firma.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Conjunto de Apartamentos, Amapelis

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Conjunto de Apartamentos, Amapelis.

Un mes había pasado, en el cual habían pasado demasiadas cosas, incluyendo que ahora Eijiro se tenía que mudar temporalmente a la casa de Katsuki por petición del especialista. Entre más tiempo estuviera cerca del alfa que le proveía las feromonas sería mejor para el tratamiento que hasta el momento iba bien. Las inyecciones en la mañana, las pastillas en el almuerzo y cena, y la dosis de feromonas ya se habían convertido en un una rutina para Eijiro.

Vio cómo todas sus cosas ya se hallaban cubiertas por una manta, y tenía algunas cajas para donar la ropa que no le quedaba, pues era reciente que últimamente estaba disminuyendo sus tallas, cada vez se ponía más delgado e incluso pequeño. Su médico decía que no era desnutrición si no que se estaba amoldeando más a la contextura de su casta.

Las maletas ya estaban hechas, pero aún así Katsuki se había encargado de comprarle ropa para su estadía. El pelirrojo insistió en que quería ir por sus cosas a su hogar y traer todo, para no ocasionarle molestias.

Se sentó en su sofá, y soltó un suspiro.

Realmente no quería dejar su apartamento, pero sabía muy bien que esto es una conveniencia a futuro, y si le hacía ilusión vivir con su destinado, llevaba mucho tiempo queriendo esta vida. Lo único que le preocupaba era que quizás habían ido muy rápido, y en su mente estaba empezando a creer que Bakugo solo lo estaba utilizando para olvidar a Izuku lo cual sabía que no era cierto pero su inseguridad podía más.

Vaya que lo había escondido bien, pero aquella ansiedad solo estaba haciendo que el pelirrojo empezara a hacerse daño. Se sentía triste en ocasiones y su humor cambiaba constante.

No quería preocupar a su Alfa, así que no le había dicho nada al respecto trataba de sonreír con más frecuencia si eso lo hacía ver feliz.

Escucho como la puerta era abierta, sabía que era el rubio que había venido por él, se desplomó en el sofá esperando vislumbrar la figura de su Alfa. Cuando Katsuki ingresó por completo al apartamento venía con su celular en la mano.

Sonrisa Etérea; [𝐁𝐚𝐤𝐮𝐬𝐡𝐢𝐦𝐚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora