|𝟏𝟒| ━ 𝐄𝐧𝐨𝐣𝐨 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐦𝐢𝐭𝐞𝐧𝐭𝐞.

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Anteriormente...

De la nada se detiene la música, Touya se apartó de mí rompiendo el beso.

O eso creí...

Todo pasó en cuestión de segundos, mi sorpresa fue ver a Katsuki golpeando sin freno al azabache en el suelo, mire a todas partes y divisé a Mina con cara de preocupación, estaba sorprendida al igual que yo.

━ ¡¿Qué mierda haces con MI OMEGA?!

Rugió el cenizo, o lo que parecía ser más bien su lobo...

Rugió el cenizo, o lo que parecía ser más bien su lobo

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Unas horas antes...

POV KATSUKI:

Acababa de salir de mi sesión con el psicólogo, se había vuelto una maldita molestia, tener que contarle mis más profundos sentimientos a mi psicóloga. Le tenía confianza claramente, pero aun así me cuesta expresar todo sin filtro. Es totalmente nuevo para mí y digamos que me ha ayudado bastante.

Salí del sitio con afán, debería estar en el entrenamiento de básquetbol hace unas horas Tenya me había escrito sobre mi presencia el día de hoy, no quise negarme, debía despejar la mente después de mi sesión, lo cual me ponía jodidamente ansioso.

Me subí a mi auto, una vez ya adentro saque mi móvil y revise la bandeja de notificaciones, me fije si Eijiro ya me había respondido el mensaje de hace unas horas, pero al parecer no lo vio, supuse que estaría ocupado, no debería preocuparme tanto.

Parecía un idiota, tratando de convencerme de que todo estaba bien con Eijiro.

Estoy malditamente ardiendo en celos, todo por el hecho de que también hay otro Alfa tratando de conquistar a Eijiro. Sé perfectamente que aún estoy en mi proceso de sanación, pero por algún jodido motivo no puedo dejar de pensar en ese pelirrojo de sonrisa peculiar.

Sin darme cuenta salió un suspiro de mis labios, mordí mi lengua con frustración. Empecé a manejar hacia mi destino, durante el trayecto estaba replanteándome la idea de invitar mañana a una cita a Eijiro. Me gustaba esa idea, estoy seguro de que mañana tiene el día libre.

Después de insistir constantemente, conseguí que el bastardo de Todoroki me pasara sus horarios para yo asegurarme de cuando podría buscarle.

Estaba a unas cuadras cuando de repente mi móvil comenzó a sonar, mire de soslayo la pantalla y conteste la llamada por medio de mis audífonos, para mi sorpresa era Sero Hanta, aquel pelinegro el cual apenas se estaba abriendo paso en el mundo del entretenimiento. Lo conozco desde hace dos años, cuando apenas era un novato y era aspirante a alcanzar la fama.

— ¿Bueno? Habla Katsuki. — Respondí inmediatamente.

— Kats, hombre. — Hizo una pausa.
— ¿Cómo has estado? ¿Todo bien?

— Por supuesto, idiota. Ya dime que sucedió que estoy al volante. — Mencioné con afán.

—Oh, sí. Verás, tengo una fiesta esta noche y quería invitarte por los viejos tiempos.— Dijo el pelinegro con diversión.

Sonrisa Etérea; [𝐁𝐚𝐤𝐮𝐬𝐡𝐢𝐦𝐚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora