Truth vol.2

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Sin pensarlo dos veces, Carlos agarró a George del brazo y lo arrastró rápidamente hacia su driver room. Una vez dentro, Carlos fue el primero en romper el silencio.

-¡¿Qué carajos hacías espiando, Russell?! -exclamó el español, aún con la adrenalina recorriendo su cuerpo.

-No estaba espiando, Sainz -se defendió George, frunciendo el ceño.

-¿En serio? Porque hace un momento parecía todo lo contrario.

-No te vi quejarte cuando te quedaste a mi lado escuchando lo mismo que yo -replicó el británico, molesto por la actitud acusadora de Carlos.

-Yo solo... yo no...

-¡Agh, lo que sea! -exclamó George, dejándose caer en la cama de Carlos con un suspiro-. Solo quería hablar con Hamilton.

Carlos se acercó a una pequeña mesa cercana, recargándose en ella mientras observaba fijamente al británico.

-¿Y no podías esperar hasta que tu compañero estuviera en su motorhome? -preguntó Carlos con un toque de ironía en su voz.

-Me iba a ir cuando tú llegaste y luego... ya sabes el resto -respondió George con desdén, recostándose dramáticamente en la cama del español, cerrando los ojos en el proceso.

Un silencio tenso se apoderó del driver room de Carlos. George no dejaba de darle vueltas al tema del lindo piloto mexicano, sospechando que la raíz de todo el problema podía ser su propio compañero de equipo. Mientras tanto, Carlos sentía un nudo en el estómago tras escuchar las palabras tan empalagosas de Lewis hacia Charles. No podía evitar recordar lo que alguna vez Checo le confesó sobre su relación con Hamilton.

-¿Te encuentras bien? -preguntó Carlos, interrumpiendo el silencio.

-¿Hum?

-Te pregunté si te encuentras bien -repitió Carlos, con una mezcla de preocupación y curiosidad-. Pareces cansado, y si viniste hasta aquí para hablar con Lewis, debe haber algo que te esté molestando mucho.

George abrió los ojos, sorprendido por la empatía del español. No eran precisamente amigos cercanos; su interacción se limitaba casi exclusivamente al ámbito profesional. No sabía si podía confiar en él, pero considerando que Carlos era el mejor amigo de Checo, tal vez sería incluso mejor hablar con él que con Hamilton.

-Es sobre Checo -confesó finalmente George.

Carlos frunció el ceño. Al principio, la revelación lo tomó por sorpresa, pero luego se relajó. Sergio ya le había contado sobre sus citas con George y que iba en serio con él, aunque le desconcertaba que George quisiera hablar con Hamilton al respecto, sabiendo que él era el exnovio de Checo. ¿Qué ganaba con eso?

-¿Ibas a hablar con Hamilton sobre Checo? -preguntó Carlos con un dejo de desdén.

-Estoy desesperado -se justificó George, enderezándose en la cama y sintiendo la presión de la situación.

-¿En serio? -replicó Carlos con sarcasmo-. Ahora entiendo un poco más por qué estabas espiando a tu compañero y su nuevo novio.

George rodó los ojos, irritado, antes de mirar con seriedad al español.

-¿Vas a ayudarme o no? -preguntó tajantemente.

Carlos cambió a un tono más comprensivo, dejando el sarcasmo a un lado.

-¿Qué es lo que pasa con Checo?

-Eso es lo que quiero saber -respondió George, visiblemente frustrado, mientras se frotaba la cara con las manos-. Llevamos saliendo un poco más de un mes. Hablamos todos los días, hemos compartido algunos besos, y en general, va bien, ¿sabes? -dijo, buscando la comprensión en los ojos de Carlos, quien mostraba una mueca de disgusto que no pasó desapercibida-. Pero cada vez que quiero avanzar un poco más, cuando intento mostrarle lo mucho que me importa, Sergio pone una línea muy clara entre nosotros.

George dejó escapar un suspiro profundo antes de continuar.

-Es como si levantara una barrera, como si no quisiera... -dudó un momento, luchando con la sensación de incertidumbre que lo invadía-. Como si no quisiera nada serio conmigo -murmuró, sintiendo un nudo en el pecho.

Carlos vio la tristeza en los ojos de George. Los sentimientos del británico por su mejor amigo eran genuinos; se reflejaban claramente en su mirada. Sabía bien lo que Sergio sentía por el joven piloto de Mercedes, y por eso, sin medir demasiado las consecuencias, decidió hablar.

-No es por ti, George -aclaró el español, provocando una expresión de confusión en el británico-. Checo realmente está cayendo por ti.

George sintió cómo la esperanza se expandía por todo su cuerpo. Las palabras de Carlos lo motivaron. Ya estaba decidido a no rendirse, pero esto le daba aún más fuerza para continuar su misión de conquistar al mexicano.

-Es solo que... -Carlos se detuvo, dejando un suspenso que puso los nervios de George a flor de piel-. Carajo, no sé si debería contarte esto.

El británico estaba a punto de exigirle que terminara de decir lo que tenía en mente, pero entendía la posición de Carlos. No era asunto suyo, y ya era bastante que el español lo escuchara y lo apoyara. No quería poner a Carlos en la difícil situación de traicionar la confianza de su mejor amigo. Sin embargo, para su sorpresa, el español continuó hablando.

-Lo que te voy a contar, George, es delicado -advirtió Carlos, acercándose más mientras lo señalaba con el dedo-. Debes prometerme que usarás esta información sabiamente y que no le dirás a Checo que fui yo quien te lo contó.

George asintió con torpeza, sin apartar la vista del español, observando cómo este se sentaba a su lado.

-Sergio siempre ha tenido problemas con su autoestima. Cuando empezó a salir con Hamilton, este lo hizo sentir que era realmente hermoso, no solo por fuera, sino también como persona -empezó a relatar Carlos-. Los primeros años de su relación fueron los mejores. Checo incluso llegó a decirme que se casaría con él -dijo, sin notar la incomodidad que estas palabras causaron en George-. Pero como en toda pareja, comenzaron a surgir problemas. No quiero echarle toda la culpa a Hamilton, y quizás solo tenga una perspectiva limitada, pero Checo entregó mucho en esa relación. Estaba tan enamorado de Lewis que creo que terminó asfixiándolo, y eso llevó a que Hamilton se alejara.

Carlos tomó aire y continuó hablando.

-Lewis empezó a ser muy frío con Sergio, y a diferencia de los primeros años, ya no le decía cosas bonitas; al contrario, y no sé hasta qué punto era consciente del daño que hacía, pero empezó a decirle cosas realmente hirientes. Lo comparaba constantemente, ya no lo elogiaba. Checo empezó a sentirse insuficiente y su autoestima se desplomó. Eso lo llevó a buscar a alguien más, alguien que lo hiciera sentir valioso. Fue entonces cuando Lewis decidió terminar la relación.

Carlos hizo una pausa, permitiendo que George procesara lo que acababa de escuchar. El británico no podía evitar que su mente corriera a mil por hora, intentando entender mejor las inseguridades de Checo.

-Ahora está yendo al psicólogo, George. Está trabajando en ello, te lo aseguro -dijo Carlos, con una sonrisa que descolocó al británico-. Y es por ti, amigo -le dio un suave apretón en el hombro-. Checo es muy consciente de los límites que te está poniendo, y por eso decidió buscar ayuda. Quiere estar mejor para ti... para poder entregarse más a lo que está construyendo contigo.

Give me a chance | George & ChecoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora