Oro

425 43 11
                                        


9 de julio 2024, Monterrey

Dahna's Pov

Estaba cenando con mi padres en uno de los restaurantes cerca del hotel donde se estaban quedando. Solo habían pasado cuatro días desde que mis padres llegaron y no podia estar mas feliz. No era un secreto que los había extrañado con locura, mis padres siempre han sido parte de mi motor junto con Paulina y su familia, agradecía con toda el alma tenerlos a ambos conmigo. Ver a mi madre por ejemplo luego de tanto tiempo me traía tranquilidad, ver sus ojos idénticos a los míos transmitiendo ese calor de madre me hacía falta. Mi padre por lo contrario me daba alegría con su humor casi roto, sus chistes malos me recordaban a los viejos tiempos cuando aún vivía con ellos, siempre fue una persona que quería alegrar el día y lo lograba.

— entonces tu y Paulina — mi padre comenzó y yo lo observe entre cerrando los ojos —

— Paulina y yo ¿que? — pregunté mientras comía de mi plato, mi madre solo rió un poco —

— cuéntanos ¿como fue qué pasó? ¿quien confesó primero? — pregunto mi madre — apuesto a que fue Paulina — miro a mi padre quien asintió como si estuviera de acuerdo —

— de hecho fui yo — confesé mirando mis manos que ahora estaban en mi regazo — confesé primero porque tenía que hacerlo y Paulina me había preguntado que sentía por ella y no tuve mas remedio que decirle la verdad — los mire a ambos — no fue fácil, ustedes saben que no soy buena expresando las cosas bajo presión y Paulina tuvo que presionarme un poco para hacerlo — el rostro de mi padre cambio por completo de feliz a serio, no le gusto eso ultimo que dije, siempre había sido muy protector conmigo porque según su creencia yo era una persona con el corazón muy grande y podía ser lastimada fácilmente, el pánico se apoderó de mi un poco, no quería que pensara que Paulina había hecho algo malo — Paulina no podia confesar primero papá — le aclaré, tenía que dejarle saber que todo lo que hizo ella fue por amor y por mantener una promesa que había hecho hace años — Nabil en la carta que le dejo a ella le había pedido que yo debía confesar primero, que por mas que ella me amara o quisiera tenía que dejar que yo confesara — a la mención de Nabil mi madre tomó mi mano y mi padre suspiró un poco como si estuviera aliviado, sentí mis ojos humedecerse, el ambiente había cambiado, ahora solo se podía sentir la tristeza y la nostalgia de un viejo amigo que desde donde quiera que este me seguía cuidando — Paulina estuvo años amándome en silencio sin poder decirme lo que sentía, quizo respetar ese deseo de Nabil —

— me alegra que tengas a Paulina a tu lado — hablo mi padre mientras colocaba una mano sobre mi hombro — como padre siempre quise lo mejor para ti y Paulina supera todas mis expectativas — confeso y yo le sonreí — la quiero como una hija y sabes que Nabil también fue como un hijo para mi —

— lo se, el y ella son increíbles y soy afortunada de tener la oportunidad de amar a Paulina — admití y mis padres sonrieron grandemente —

— siempre tuviste ese don — habló mi madre — sabes identificar y escoger a las personas adecuadas para estar en tu vida — sonrió y acarició mi mejilla con su otra mano — eres alguien excepcional y espero que Paulina lo sepa valorar — asentí, los ojos de mi madre estaban brillosos haciendo que el color azul y verde se mezclaran llegando a un tono completamente hermoso casi boscoso, me preguntaba si mis ojos eran capaz de generar esa ilusión y si Paulina lo notaba al verme —

— y ¿ustedes? ¿tienen algo nuevo que contar? — pregunté desviando el tema un poco, los dos se observaron unos segundos y mi madre soltó mi mano — ¿que? —

— ¿recuerdas nuestras conversaciones de comprar un apartamento aquí en Nuevo León? — asentí mientras mi padre miró a mi madre para que continuara — lo hicimos, compramos un apartamento — dijo emocionada y yo solo agrande mis ojos sin creer lo que me decían —

I will wait for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora