VI.

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"No puedo, Alastor. Ella es mi alfa."

Estaba furioso, ¿cómo esa alfa loca se atrevía? ¿Qué le pasaba por la mente? ¿Cómo podía hacerle eso a Luci?

Alastor observó a Lucifer con una mezcla de preocupación y determinación, viendo el dolor reflejado en sus ojos. La atmósfera entre ellos se cargó de una tensión palpable. "No puedo permitir que continúe así. Tu bienestar es lo más importante, Lucifer. No puedes seguir soportando esto."

Lucifer, aún tembloroso, intentó recomponerse. "No puedo simplemente irme, Alastor. Lilith tiene demasiado poder sobre mí. No sé qué podría hacerme si intento escapar."

Alastor se acercó, tomando las manos de Lucifer entre las suyas con una gentileza que contrastaba con su habitual actitud imponente. "Lucifer, tú no estás solo. Hay formas de luchar contra ella, y yo estaré contigo. No tienes que enfrentar esto solo."

Lucifer miró a Alastor, buscando alguna chispa de esperanza en medio de su desesperación. "¿Cómo? ¿Qué puedo hacer?"

Alastor se puso serio, su mirada penetrante. "Primero, necesitamos asegurarnos de que estés a salvo. Hay maneras de enfrentar a Lilith, de desafiar su control sin ponerte en riesgo inmediato. Tendremos que planear cuidadosamente, pero hay un camino a seguir."

El tono firme de Alastor era reconfortante. Lucifer asintió lentamente, el apoyo de Alastor proporcionando un consuelo inesperado. "¿Qué tienes en mente?"

Alastor soltó un suspiro y comenzó a trazar un plan. "Necesitamos encontrar un lugar seguro para ti, al menos temporalmente. Si Lilith sospecha que estás planeando algo, podría ser más peligrosa. Debemos actuar con cautela y prepararnos para cualquier eventualidad."

Mientras Alastor hablaba, Lucifer sentía que una parte de su desesperación comenzaba a disiparse. Aunque el miedo seguía presente, el compromiso de Alastor le daba una razón para luchar. "¿Qué debo hacer mientras tanto?"

Alastor le dio una pequeña sonrisa, su mirada llena de confianza. "Por ahora, mantén la calma y sigue con tu rutina diaria como si nada hubiera cambiado. Intentaremos minimizar la sospecha de Lilith mientras preparamos tu escape."

Alastor se mantuvo a su lado en los días siguientes, observando y ayudando en cada paso del plan. La presencia constante de Alastor se convirtió en una fuente de fuerza para Lucifer. Cada vez que la desesperación amenazaba con consumirlo, Alastor estaba allí para recordarle que no estaba solo.

[...]

Un día, Alastor se apareció en la casa de Lucifer, trayendo con él un pequeño regalo para Charlie: un libro ilustrado sobre aventuras mágicas. Lucifer se sorprendió al ver a Alastor interactuar con la niña, su rostro iluminado por una sonrisa genuina mientras le leía el libro.

Charlie miraba a Alastor con admiración, encantada por la historia y la atención que le brindaba. "¿Papi, por qué Astor no viene a jugad con nosotros?" preguntó Charlie, mirando a Alastor con curiosidad.

Alastor, con una sonrisa cálida, se inclinó hacia Charlie. "Claro, pequeña. Podemos jugar juntos un poco más tarde. Pero primero, quiero asegurarme de que tu papá esté bien."

Lucifer observó la interacción con una mezcla de gratitud y asombro. La forma en que Alastor se preocupaba por Charlie le daba un alivio inmenso. Sabía que, en medio de su propio dolor, había alguien que cuidaba de su hija con la misma devoción que él.

Alastor se volvió hacia Lucifer después de la lectura, su mirada llena de una intensidad protectora. "Tu hija es maravillosa, Lucifer. No puedo permitir que Lilith siga causando daño a nadie, especialmente no a ella. Apenas es una niña."

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⏰ Última actualización: Aug 30 ⏰

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